El chico de la foto

46 8 21
                                    

Sabiendo que cualquier talismán me serviría, fui a varias tiendas de brujería, cosas religiosas, antigüedades.

Y en realidad sirvió bastante bien porque en cada lugar que iba, los fantasmas me observaban pero jamás se acercaban. Es malditamente genial. Me acostumbre rápido a llevar cadenas y pulseras o lo que sea que sean.

Conserve el camafeo porque quizás valga dinero y podría intercambiarlo, aunque nadie lo quiso en realidad. En cuanto lo veían preferían ni tocarlo, algunos asustados y otros como si no fuese nada del otro mundo.

Así que no entiendo si es importante o no, pero lo conserve.

Un aroma agradable paso a mi izquierda y me gire. Volvi a ver a la chica con aspecto de muñeca.

—¡Celestia!.

Se giro con su lápiz labial rojo obscuro, tan elegante que se ve atractiva.

—Buenos días, Kokichi.

La invite a algún lugar, estaba de paso y tengo algunas preguntas que hacerle.

Aunque se vea como bruja, a la vez simplemente parece una chica excéntrica con gustos en ropa extravagantes.

Se sentó y en su bebida de almendras puso unas gotas de lo que parece vino. Es interesante que traiga consigo un frasco con sangre o vino. Pero es suficiente para provocarme escalofríos y picar mi curiosidad.

—¿Por qué hueles a muerto?— me preguntó —¿Qué mierda traes contigo?.

Me sujeto la mano y miró todas las baratijas que compré.

—Se supone que me va a proteger.

Se río —Esto es budista...mormones...¿naturista? Lo naturista no te sirve ¿Quieres una vida vegana?

Parece que conoce bien los talismanes y símbolos.

—Pues me ha servido hasta ahora, más importante ¿Tú eres una bruja?.

Se sentó propiamente tomando un sorbo a su bebida. Mi refresco está con los hielos por encima haciendo ruidos de vidrio.

—Sí, yo soy muchas cosas.

—Entonces puedes ayudarme, quiero que me quites esta maldición o por lo menos me digas la razón de que veo fantasmas.

—¿Ves fantasmas? Seguro estas por morir— dijo lo mismo que Shuichi —No, de hecho, tienes una vida muy larga, no es lógico.

Sentí alivio y victoria en mi pecho.

—¡Dime que debo hacer entonces!.

—Nada— se terminó su bebida y se levanto —Muchas gracias por invitarme.

—Oye, no, ¡Espera!— la retuve parandome al lado de su silla
—¿Cómo que nada?.

Se aclaro la garganta y empezó a jugar con su cabello como una manía en la que me dice "me aburres".

—Un humano no puede tener una vida tan larga como la tuya, no debes preocuparte por lo que veas.

—Pero me han atacado más de una vez para poseerme.

Volvió a sentarse ya que no la iba a dejar en paz.

—¿Haz visto morir a un dios? Si es así entonces ya tienes tu respuesta, ver morir a un dios es básicamente el mayor regalo que puedas tener, sentir el paraíso por unos minutos y tener su mismo "don" y vivir una prolongada o infinita vida, muchos muertos quieren tener ese poder porque les devuelve la vida, aumentan años de existencia y lo pueden lograr al matarte; por eso te siguen, quieren los años que te dio el dios que viste morir.

La Muerte De Un Dios [Saiouma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora