Anubis

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《Capítulo 4》

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《Capítulo 4》

Ya era viernes en la tarde cuando estaba arreglando mis cosas.

Tenia algún teléfono viejo, la ropa cómoda, agua y muchas ganas de morir.

¡No! Olvidenlo, no dije eso. Bien, quise decir ganas de dormir, pasaron muchas cosas esta semana.

Después de que el emo y yo nos quedáramos en la pintura y me dijera su maldita hipótesis, no he dejado de pensar que el destino y la vida misma son muy injustos.

A parte saber que los mundos paralelos, la vida después de la muerte y la magia existen, me llena de una sensación incómoda.

Vibró mi teléfono y deslice el botón.

—Ouma ¿Dónde estás?.

—Ya estoy llegando, relájate, Akamatsu.

—De seguro aún no has salido de tu casa.

—Te digo que voy de camino.

Suspiro —Eres un inútil, si no llegas en cinco minutos yo...

Colgué.

Me quita tiempo escucharla relinchar.

Tengo dos boletos y sin embargo no pude invitar a nadie en especial. Me parece un desperdicio tenerlo cuando alguien moriría por comprarlo.

Quizás pueda encontrar a alguien que lo quiera.

Caminé viendo el atardecer, el sol resalta en las hojas de los árboles y son tan brillantes que parece que se están quemando.

Mire al cielo comprobando lo que tengo en mente: este mundo no se parece en nada a lo que vi dentro del cuadro.

En realidad, extraño mucho ese lugar.

Cuando me encontré con Kaede y llegamos al lugar, me alegre de encontrar a algún desesperado que quería un boleto.

Me lo agradeció y lo hice a escondidas para que la rubia no tuviera la oportunidad de regañarme.

Casi la escucho diciendo "Lo compre y no invitaste a nadie, vaya desperdicio, desaprovechas todo lo que te doy".

La palmadita que me dio en el hombro me saco de mis pensamientos.

—Disfruta tu noche Ouma. Lo que veas aquí, se queda aquí ¿Entendiste?.

—De todas formas se terminaran enterando, corazón— dije con sorna, no creo que la relación que consiga aquí pase desapercibida.

Se metió entre la multitud y esperaba ver al pobre hombre que debe aguantar semejante carácter.

Sin duda me sorprendí al ver una pelinegra de cara delgada y mejillas suaves.

Di una leve sonrisa al saber que pasará una buena noche, a juzgar por lo que ví se llevan bastante bien. Me alegro por ella.

Volví la mirada al escenario, no está pasando nada ahora mismo.
Mire a la gente y por primera vez no me sentí a gusto en una multitud. Normalmente estoy acostumbrado a este tipo de ambiente pero ahora...

La Muerte De Un Dios [Saiouma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora