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No entiendo nada de lo que está sucediendo desde que desperté, de repente Shuichi me dice cosas a medias de las cuales no entiendo el significado.

Pero más importante ahora, le tengo que decir a Celes lo que vi. Así que la busqué. La encontré en donde me dijo Shuichi que estaría.

Y ella me devolvió la mirada. Expectante. Se sentó y me sirvió un té con elegancia.

—¿Qué fue lo que viste?

—Vi...que el mundo se encontraba desolado, el cielo no tenía luz y yo me encontraba...lejos...miraba desde ese lugar que había una tempestad enorme, donde titanes caían. No quedaba ninguno vivo...la tierra era tanta que apenas podía ver con los destellos que provocaban los titanes al impactar.

—¿Había estrellas en ese mundo?

—Ni una sola.

—¿Viste a alguien más?

—Sí...estábamos a salvo mi hermana, Saihara y yo.

—Ya veo...— Celestia tamborileo las uñas en la mesa.

—¿Que significa?

—Significa que la caza llegará a su fin cuando los dioses antiguos caigan, y ellos no mueren solo por qué sí, lo que me hace pensar que quizás...alguien logre tener el poder de todos ellos.

Suena abrumador, un escalofrío me recorrió la espalda. Si el poder de un dios es inmenso. No me imagino lo que podría llegar a ser el de todos ellos en una sola persona.

—¿Qué podemos hacer nosotros?

—Sí quedan con vida, entonces podemos aferrarnos a eso, seguramente no serán los únicos y que los hayas visto, es por una buena razón.

Con un sentimiento agridulce salí de la habitación, me encontré con mi hermana con un par de maletas. Escuche que iremos a la ciudad.

—¿Nos vamos a morir?— pregunto ella sin pelos en la lengua.

Negué —Estaremos bien.

—¿Es fácil matar un dios?

Apreté los labios —Espero que no ¿Por qué? ¿Te preocupa que algo me pueda pasar?

—Me interesa matar un dios para hacerme más fuerte, es lo que Celestia nos dijo que hiciéramos para sobrevivir.

—Sin duda no he escuchado sobre ello...espero que no tengamos que hacerlo.

Salí con ella a la camioneta. Ayude a poner las maletas en la cajuela en lo que mi hermana subió al auto.
Pronto llegaron ambos chicos.

Miu se ve relajada —En cierto modo me emociona que debamos trabajar en equipo, me siento como Scooby-Doo.

—¡Ouma es Scooby y Saihara es shaggy!— grito mi hermana para después empezar a reír.

—¡Pues tu eres la miona de scrappy-doo!

El rostro de Miu ya no se veía tan relajado—Quizás no un muy buen equipo— le dio un guiño a Shuichi —Yo me encargo de ella y tú de él ¿Vale?

—Cuenta con ello.
Miu subió a la camioneta.

Mientras el pelinegro subía las maletas, note algo extraño.
—Recuperaste tu cuerda santa.

—Celestia nos dio a todos una, para que no nos detecten estando fuera.

—¿Es seguro ir afuera?

—Me tienes a mí, por supuesto que es seguro— volteé a mirar a Shuichi, es raro que conteste de esa forma y él también lo notó.
—No dejaré que nada te pase— cambio a su tono de habitual tan dulce.

La Muerte De Un Dios [Saiouma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora