8. ¿Qué me estás haciendo?

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Mi pesadilla comenzó como siempre lo hacía cuando cerraba mis ojos.

Estaba en un estrecho jardín en una helada noche de invierno, la una luz venia de una gran casa a unos metros de mí. En mi sueño, yo era pequeño, alrededor de 6 o 7 años, y estaba parado descalzo sintiéndome fuera de lugar, como si no debería estar ahí.

Una sensación de miedo me recorrió el cuerpo mientras corría hacia un costado del jardín donde había una fila de manzaneros. Los usaba para refugiarme y mantenerme lejos por si alguien de la casa me descubría.

No entendía como, ni siquiera el por qué estaba ahí en primer lugar, aunque si sentía esa sensación de necesitar algo mientras me escondía detrás del árbol. Estaba iluminado en un círculo azul que reflejaba la luna sobre mí.

Mire hacia arriba, hacia las jugosas manzanas que colgaban del árbol y mi estómago rugió mirándola con ojos bien abiertos, mis rulos castaños metiéndose en mis ojos mientras lo hacía. Me estire en puntas de pie para tomarla, apenas tocándola cuando bajé resoplando antes de saltar esperando agarrar la manzana.

—¿Qué estás haciendo?

Me desperté abruptamente jadeando mirando a mí alrededor. Mi corazón estaba acelerado y traté de descubrir en donde me encontraba. Mire hacia abajo notando que estaba en un cama que sabía que no era mía.

Luché tratando de tomar la sabana en mis manos, sintiendo la textura suave. Algo que nunca tuve cuando era niño, y tampoco ahora que era mayor. Las quité mirando mi cuerpo y jadeé al ver los moretones y cortes que marcaban mi piel, lo que sucedió la noche anterior volvió a mi mente junto con el dolor.

Levante mi mano tocando una venda que me rodeaba en mi costado, notando que no dolía tanto como antes.

Mire alrededor del cuarto lentamente, al instante me di cuenta que estaba en una habitación familiar. Mi rostro se frunce ante esto. Estaba en el cuarto de Louis, más importante, estaba en la cama de Louis.

Justo cuando quise bajar mis piernas de la cama, la puerta en una esquina se rechina antes de abrirse con cuidado. Me congelé y miré al intruso, mi corazón latiendo fuerte al ver a Louis entrando al cuarto.

Cuando sus ojos se encuentran con los míos no pude evitar mantenerlos ahí. No me moví para levantarme como planeaba y Louis cerró la puerta despacio, sus ojos romper el contacto.

Visiones de Louis rompiendo el cuello del soldado en la lluvia llenaron mi mente y mis ojos se cerraron ante eso, ya no lo miraba, giré mi cabeza hacia un lado. Louis continuaba con sus ojos sobre mí, su mente daba vueltas tratando de entender que estaba pensando y frunce el ceño cuando piensa que sabe en lo que estoy pensando. Deja eso a un lado y se acerca hacia mí.

Mis ojos se abren y mi cabeza se gira rápidamente hacia él antes de hacerme hacia atrás, esperando que me golpee por escaparme o sacarme de la cama y llevarme nuevamente al confinamiento solitario, donde debería estar ahora mismo.

Louis toma una silla y se sienta frente a mí; sentándose en frente de donde yo estaba sentado en la cama, se quita los guantes antes de tirarlos en un cajón a mi lado. Observe todo con un poco de miedo y muerdo mi labio inferior, sin decir nada para no empeorar las cosas.

Vuelve hacia mí y sus manos se dirigen a mi lado vendado, quitando la venda rápidamente y algo rudo mientras hago una mueca de dolor.

—Espera, no-

Llegó el momento. Ya había tenido suficiente de mí e iba a matarme pero estaba equivocado. Louis quita toda la venda revelando un gran moretón negro sobre mi piel. Louis coloca su mano con gentileza sobre la hinchazón, concentrado, y su otra mano sostiene mi antebrazo para que me quede quieto, una ola de energía salía de su mano.

Bravado (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora