12. Parece que te luciste

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La voz de Louis resonó a unos metros haciendo que todos giren sus cabezas. Estaba parado con dos guardias detrás de él obedientes esperando una orden de su líder.

El agarre de los soldados aflojó en mis hombros que me sostenían y ante eso le liberé girándome hacia Louis. Su expresión era oscura al mirar fijamente el cuchillo con el cual me apuntaban. Sus ojos oscuros se dirigieron a Max y se entrecerraron.

—Suéltalo. — Su voz baja llena de notoria amenaza y Max no dudó en soltar el arma, hizo un sonido fuerte al chocar el filo contra el suelo. Louis exhaló por su nariz y Max pensó que era la oportunidad perfecta para hablar.

—Señor, los rebeldes robaron las armas de la cabaña y éste me apuntó con su arco y flecha. Iba a dispararme si no fuera por mis habilidades manuales. — Max declaró con su voz algo temblorosa señalándome. Mis ojos se dirigieron a Louis a modo de ruego. Aún quedaban rastros de lágrimas en ellos de cuando estuve llorando.

La mirada de Louis cayó sobre mí, sus labios en una fina línea. Se lo veía pensativo. Tragué duro bajando mi vista al piso cobardemente.

—Quiero que todos vuelvan a su puesto hasta que sepa que haré con ustedes. — Su voz era baja pero seria. Era poder puro, los soldados a mi alrededor rápidamente se fueron de lugar. Max se quedó ahí parado y lo miré. Estaba mirando a Louis fijamente. Como desafiantes. — Me decepcionas. — Mencionó fríamente.

—¡Louis, robó un arma! ¡Me apuntó! ¿¡Eso no significa nada para ti?! — La voz de Max retumbó haciendo que me sobresalte. El rostro de Louis se enrojeció de furia.

—Limpiarás los baños en ambas prisiones desde ahora como castigo por faltarme el respeto. Fuera de mi vista. — Louis aumenta el tono de su voz haciendo que una corriente me pase por el cuerpo. Podía ser cruel cuando quería y también mostraba autoridad, recordándoles quien era el jefe.

Max se alejó. Con obvia frustración en su rostro, no dijo más nada y se fue. Dejándonos a Louis, a mí y sus soldados solos en silencio.

Mis manos y ojos se dirigieron a un Tom inconsciente a mi lado donde su nariz comenzaba a sangrar manchando su boca y barbilla. Y rápidamente coloque una manó tras su cuello y lo levanté haciendo que su sangre dejara de salir y que probablemente se ahogue en su propia sangre. Hice una mueca mirando a mi amigo, sin saber si iba a salvarse. Había muchísima sangre.

—Llévalo con Lucy, rápido. — Louis ordenó a dos guardias que rápidamente se acercaron quitándome a Tom de mis manos. Cada soldado sostenía una pierna y lo tomaron bajo sus axilas levantándolo como un bebé.

—Ven conmigo. — Louis dice despacio levantando su mano tímidamente hacia mi muñeca. Mis ojos lo miraron confundido. Sus labios presionados en un pequeño frunce antes de acercarse a mí. Me alejé por instinto lo que lo hizo fruncir sus labios aun más antes de que sus dedos toquen mi mejilla lastimada.

Sentí la energía saliendo de sus dedos, pasando hacia mis poros y curándome. Deje salir un suspiro de alivio mirándolo agradecido. Sus manos se colocaron en mis muñecas y tiró de mí con gentileza. Me puse de pie.

—Ven conmigo. — Repite. — Quiero mostrarte algo.

—Bueno. — sus ojos se suavizaron y me dirigió hacia donde el quería ir.

**

Caminamos en silencio dirigiéndonos a un lugar al aire libre, pasando ambas cárceles y nunca me había dado cuenta lo grande que era este lugar en general. No tan grande como para perderse de todas maneras.

Me detuve cuando un grupo de soldados apareció, parecía estar entrenando entre ellos. No me moví, y me giré solo cuando Louis me tomó del brazo llevándome hacia los soldados. Entré en pánico y me removí tratando de liberarme de su agarre pero Louis no me prestó atención mientras seguíamos acercándonos a ellos.

Bravado (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora