Lo que sigue ahora

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En este momento, dentro de la Casa Búho se encontraba Luz terminando de levantarse de la siesta que ella había tomado para poder recobrar de mejor manera sus energías.

-Ah, a veces creo que ni cuenta me doy de lo que el dormir un poco... puede llegar a servir. -dijo Luz para si misma a la vez que dejaba salir un bostezo de su boca.

Al retirarse cualquier posible rastro de lagaña de sus ojos, la chica se estirar de manera que siente el crujido de los huesos de su espalda, para luego sentarse y poder sacar algo de entre el bolso en el que llevaba sus ojos.

Una vez que encuentra lo que busca, lo saca dejando ver que se trataba de un marco café que ademas tenia una fotografía.

En la misma, aparecía ella junto a una mujer que tenia un muy gran parecido con ella, esa mujer era Camila Noceda... su madre.

Ver esa fotografía le hacia recordar que, a pesar de no tener amigos en su mundo al menos tenia a su madre pero, a su vez sentía cosa.

No es que odiara estar con ella eso era todo lo contrario, pero a veces sentía que no estaba presente, tanto literal como metafóricamente.

Pues, ella sabía lo difícil que había para su madre el haber tenido que criarla, y mas porque debido a su trabajo a veces no la llegaba a ver hasta que ya se encontrara bien entrada la noche.

Lo que en realidad le molestaba a ella, era de que el problema erradicaba en que su madre debido a eso, no se llegaba a tomar el tiempo para poder sentarse y hablar con ella al respecto.

En cambio, opto por inscribirla a aquel campamento y, eso en cierto modo solo la hizo sentirse peor de lo que en algún momento ya se ha llegado a sentir.

Y mas porque, en cuanto a sus emociones ella a veces no era sincera... ni siquiera consigo misma.

-Puedo ver una serie de dudas en tu mente niña, ¿pasa algo? -pregunto la bestia desde adentro de la mente de la chica, quien no pudo evitar que un suspiro saliera desde lo mas profundo de su ser.

-La verdad son muchas cosas, es que no se que pasara si llego a ver a mi madre a la cara, ella no sabe que estoy aquí y... ah, la verdad es que no se ni como podre empezar para poder explicárselo. -termino de decir Luz a la vez que se pasaba una mano por su rostro.

Por un momento, parecía que el ambiente se termino quedando en un total silencio, o así era hasta que a la joven le termina llegando a los oídos el hablar de su inquilino.

-Sabes, es que justamente es eso lo que hay que haces, algo que he aprendido de ver a las brujas y demonios a lo largo de los años es, que no siempre puedes esquivar o huir de los problemas, si se tiene alguna especie de problema lo tienes que afrontar de frente, y se que tu puedes hacerlo porque Eda y tus amigos siempre van a creer en ti... así como yo lo hago ahora. -termino de decir la bestia quien en todo momento hablo con tono de serenidad.

A estas alturas, Luz sentía como aquella palabras habían dado en lo mas profundo de su corazón, como si al impactar lo hubieran hecho de manera que fuese de un modo sumamente profundo.

Eran como una especie de alivio para ella el escucharla, aunque sin embargo eso le hizo pensar en otra cosa.

-Te lo agradezco, por cierto ya que como tu no cuentas con un nombre definido, ¿esta bien si te pongo uno? -pregunto Luz con lo ultimo a la vez que se rascaba la parte posterior de su cabeza.

-Bueno, no es algo que esperaba escuchar así como así pero, claro no hay problema. -dijo la bestia sin darle tanta importancia a eso.

Una vez que escucha la afirmativa respuesta, la chica se queda pensando durante unos instantes, hasta que al final se le termina ocurriendo algo.

The Owl House: La Bestia InteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora