Capítulo 4

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Se dirigió hacia el palacio imperial en uno de los carruajes de la mansión Rass acompañada de su fiel compañera Mily debido a que Sir Conrad aún no había regresado de la pequeña misión que le encargo.

Aunque no había tanta diferencia en tener a Mily o Conrand a su lado ya que ambos eran capaces de protegerla.

El de cabello ceniza era muy hábil con la espada y en las peleas cuerpo a cuerpo en cambio la pelimorada era una experta en sigilo y las peleas con cuchillos.

Adelaida tampoco se quedaba atrás desde pequeña había tenido que aprender a defenderse ya que su vida había sido amenazada en repetidas ocasiones.

En secreto se escabullia a entrenar la ballesta y un poco la espada con un viejo caballero que le era leal a su madre.

Además aunque sus habilidades en combate cuerpo a cuerpo no se podían comparar con las de un caballero sabía defenderse lo necesario.

Al bajar del carruaje uno de los guardias se apresuro ayudarla para luego indicarle el camino hacia una de las salas de espera en donde se vería con el emperador Mirkan.

El emperador era una persona confiable así que le pidió a Mily que investigara lo que sucedía en el palacio justo ahora de forma sutil.

Ella sin oponerse obedeció dejándola sola en la habitación.
Mientras esperaba a su majestad la puerta se abrió ella se puso de pie de inmediato para hacerle una reverencia en señal de respeto.

Pero en lugar de el se encontraba un chico de cabellera azul como el cielo y ojos del mismo color vestido con un elegante traje de color blanco y decoraciones doradas.

El recorrió cada parte de su cuerpo examinandola con la mirada haciéndola sentir un poco incómoda.

— Saludos su alteza futuro sol del imperio - saludo haciendo una reverencia bajando ligeramente la cabeza para después volver a su posición firme de siempre.

— Princesa Adelaida  no esperaba verla tan pronto - su voz sonaba amable lo cual no concordaba con la expresión de su rostro ni sus fríos ojos.

— Déjeme adivinar ¿ Esta aquí con la esperanza de ser elegida como emperatriz ? - pregunta en tono burlón cerrando la puerta detrás de el y cruzándose de brazos.

— Se equivoca alteza estoy aquí para conocer a su majestad el emperador soy la prometida de Sir Carsein de Rass - dice sin titubear mirándolo de forma fija a los ojos sin imutarse.

Sin darle tiempo de reaccionar el ya se encuentra a su lado de pie con su rostro cerca de su oído observándola de reojo con los mismo ojos fríos de siempre.

— Mientes.

— Le aseguro que no es así - se gira para verlo de forma neutra quedando ambos frente uno del otro.

— ¿ Acaso piensas qué te voy a creer ? Cuando toda tu vida siempre has estado detrás de mi - la toma del mentón obligandola a verlo a los ojos los cuales desprenden furia.

En su mente aparece la imagen de ambos cuando eran niños la pelifuscia trataba de reconfortarlo tras la muerte de la duquesa Jeremía.

— ¡ No te preocupes Ruv yo estaré a tu lado de ahora en adelante ! - las manos de ambos pequeños están entrelazadas mientras la niña le sonríe alegremente.

— Eso quedo en el pasado - de un pequeño manotazo aparta la mano del príncipe - Yo ahora no tengo ningún sentimiento por usted.

— Deja de mentir no te queda bien ¿ Crees que soy tonto o que ?

— ¿ Usas a sir Rass para llamar mi atención ? Esa táctica no funcionará - sin más se sienta sobre uno de los sofás cruzándose de brazos con ironía.

Pequeño Tulipán / EADonde viven las historias. Descúbrelo ahora