Capítulo 7

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El banquete ya había dado inicio y la duquesa se encargo de presentarle a cada una de las princesas de los países lejanos.

Cuando su vista se poso en una chica de cabellera castaño claro y ojos como la miel su mirada se volvió llena de furia la cual sabía disimular muy bien.

— ¿ No es esa la princesa Milen ?

— Así es duquesa - respondió sin apartar la mirada de aquella patética chica vestida de rosa la cual ya estaba rodeada de varios nobles en su mayoría hombres que se sentían atraídos por el aura tan inocente y angelical que desprendía.

— No sabía que también su hermana era una candidata a emperatriz - la ojiceleste mayor tomó la palabra.

— Así es duquesa si me disculpa necesito tomar aire fresco - sin más decidió retirarse del lugar antes de que no pudiera contenerse y terminará asesiando a aquella castaña.

Antes de partir le dio una señal a su dama de compañía la cual tenía intención de seguirla para que la dejara sola y observará cada uno de los movimientos de su hermanastra.

Abriéndose paso entre la multitud camino asta el jardín principal en el cual habían cientos de nobles y algunas princesas reunidas en un pequeño risco siendo atendidas por sirvientes.

Como no tenia intención de socializar con nadie se quedo alejada de todos recargada sobre el tronco de un árbol el cual cumplía su función de hacerle sombra.

Tal y como esperaba no le fue difícil visualizar una cabellera pelirroja que resaltaba entre la multitud junto a otra de cabellos plateados.

Ambos vestían con el uniforme de caballeros del imperio mientras estaban parados uno a la par del otro charlando de forma animada.

El espadachín sonreía de forma genuina y alegre haciendo parecer una persona completamente diferente a la que ella había conocido días atrás.

Al verlo sonreír de esa forma y por el color de cabello supo que quien estaba al lado del chico no era nadie más ni menos que Lady Aristia La Monique mejor conocida como la prometida del futuro emperador.

Algunos los observaban de lejos y murmuraban en su dirección parece que todos ya se habían dado cuenta de su presencia menos su prometido y acompañante.

Al ver como algunos le dedicaban miradas de tristeza y compasión mientras otros solo sonreían con burla al ver como su prometido nisiquiera había notado su presencia en cambio actuaba muy cercano con otra chica estando ella presente la hizo ser casi el centro de atención.

Un sentimiento de enojo y tristeza se apoderó de la joven princesa estaba harta de que todo el mundo sintiera lastima por su persona o burla.

Toda su vida había tenido ese tipo de miradas sobre ella era algo que no estaba segura de poder soportar de seguir así.

Sin ser consciente estaba apunto de huir como una cobarde al recordar su vida en el castillo después de la muerte de su madre, padre y todas las humillaciones e insultos que recibió de parte de su madrastra y la hipócrita de su hermanastra.

Antes de que pudiera hacer eso y quedar más como burla al escapar como cobarde los gritos escandalosos de una chica la hicieron recuperar la compostura.

Voviendo tener la mirada fría de siempre en en rostro.

Busco de donde provenía aquel escándalo encontrándose con su prometido el cual trataba de intervenir entre dos chicas que estaban peleando.

Parece que el karma le estaba llegando al ser su culpa de que ella quedara quedara ridículo minutos antes.

Y desde luego que lo disfrutaba se acercó a paso lento para poder escuchar y observar sin perder ningún detalle.

Veamos como resuelve esto sir Rass.

Por su parte el chico lucia desesperado sin saber que decir o hacer para calmarlas ya que cada minuto que pasaba parecía que ambas se enfadaban más.

— ¡ No me toque ! - grito una de ellas hacia el menor de los Rass que trataba de sujetarla para llevarla a otro lugar.

En un momento esa misma chica levantó la mano en dirección hacia el rostro del espadachín el cual estaba sorprendido sin saber que hacer al igual que los presentes.

El cuerpo de la pelifuscia se movió por instinto y cuando reaccionó ya estaba enmedio de ambos frente a la joven y dándole la espalda al caballero mientras que con fuerza sujetaba el brazo de la contrario deteniendola en el aire.

— Cuide sus acciones Lady Violet no olvide que a quién tiene enfrente es una de las personas más importantes y parte de unos de los linajes más poderosos de Castina - hablo de forma calamada mientras que sus fríos ojos verdes la observaban sin titubear.

— Parece que los rangos de poder en Castina son muy diferentes ya que la hija de un simple Barón se atrevió a ofender a uno de los miembros del Ducado más poderoso el cual posee sangre de la realeza y es un genio reconocido por el imperio.

— N-no y-yo - el terror se posa en los ojos de la chica - Princesa Adelaida... Por favor perdoneme - se inclina de inmediato con lágrimas en los ojos apunto de salir.

— No es a mi a quién le debe pedir  perdón Lady Violet - el pelirrojo que esta detrás de ella logra salir de su shock.

— No soy yo quién debe elegir el castigo que le será impuesto así que lo dejaré en manos de los Duques Rass y su alteza el Emperador - sin más le dedica una última mirada neutra antes de tomar por la muñeca al caballero y llevarlo consigo lejos de la multitud.

Ante la mirada fija del príncipe herdero el cual la observa con interés.

Al estar lo suficientemente lejos de todos los nobles en una parte alejada del palacio para de golpe soltando al pelirrojo.

— ¿ Q-qué ? ¿ Qué sucedió allá ? - el chico la observa confundido ya que jamás espero tal reacción de parte de la doncella.

— No fue nada - responde de forma simple.

— Ah... Gracias - sintiéndose avergonzado lleva una mano detrás de su nuca desviando la mirada hacia otro lado.

— Soy su prometida y como tal mi deber es siempre ayudarlo y protegerlo cada vez que sea necesario - cruzándose de brazos lo mira de forma fija.

El chico por el contrario no sabe que decir o hacer sin darse cuenta un pequeño rubor se hace presente en sus mejillas el cual desaparece de inmediato al escuchar las palabras que salen de la boca de su prometida.

— Sir Rass rompamos nuestro compromiso.

— ¿ Qué ? - había estado esperando ese momento desde hace tiempo pero no creyó que alguna vez pudiera suceder.

— ¿ Por qué ?

¿ No era ella una mujer malvada que sólo le importaba el poder y la fama ?

¿ Por qué querría renunciar a ello tan pronto antes de tenerlo ?




Pequeño Tulipán / EADonde viven las historias. Descúbrelo ahora