Capítulo 9

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Carsein se encontraba sentado frente a Adelaida mientras ambos compartian la hora del desayuno.

En su rostro se podía ver claro aburrimiento pues la chica no emitía palabra alguna de no ser para responder a alguna pregunta.

Sin poder soportarlo más dejó escapar un suspiro frustrado - ¿ Por qué eres así ? - pregunta mientras recuesta su rostro en uno de sus brazos sobre la mesa para verla con atención.

— ¿ A qué se refiere Sir Rass? - ella lo ve directamente a los ojos sin apartar la mirada.

— Muy callada, reservada no sacas tema de conversación a no ser que yo pregunte - un puchero se hace presente en su rostro - De verdad debe gustarte mucho el silencio.

Ella lo piensa con cuidado - Veo que le gustan mucho las cosas dulces - habla al ver que Carsein toma té con azúcar lo cual no muchos nobles suelen hacerlo.

— ¿ Eh ? - la ve confundido pero al notar que ella intenta iniciar una conversación sonríe satisfecho - Si así es odio las cosas amargas prefiero lo dulce.

— Eso es encantador - halaga con una pequeña sonrisa la cuál es algo extraña ya que su boca se mueve en una sonrisa mientras sus ojos permanecen fijos sin captarlo.

— A la mayoría de los chicos nobles no les gusta admitirlo porque sienten que los hace ver menos varoniles.

— Conmigo es diferente no hay nadie más fuerte y valiente que yo por eso muchos me envidian - se recuesta sobre el respaldo de la silla alzando ambos hombros - Que te puedo decir soy increíble.

— Si estoy segura de que es así  - se limita a responder bebiendo de su té.

— Conozco ese tono de voz tú no piensas eso - se cruza de brazos indignado - Ven a verme a uno de mis entrenamientos y te haré cambiar de opinión - sonrie de forma orgullosa.

— De acuerdo.

— ¡ Qué emoción ! - exclama Mily alegre mientras camina junto a su señorita ambas sosteniendo una sombrilla en sus manos para cubrirse del sol.

— ¿ No es emocionante ver a sir Rass entrenar ? - sonrie mostrando los dientes - Desde que mencionó romper el compromiso su actitud hacia usted cambió mucho ahora es muy amable y amistoso.

— Ah - suspira soñadora - Ahora entiendo porque todas las sirvientas y señoritas suspiran al verle.

— Creía que te gustaba Sir Conrad.

— Así es mi lady me ha gustado desde que eramos niños - las mejillas de la chica se tornan del color de cabello de los Rass.

— Solo digo que el joven maestro seria un buen esposo para usted en el futuro.

— No lo se cuando el corazón de una persona ya esta ocupado le es difícil abrirse a alguien más además solo debemos fingir ser un buen matrimonio ante la sociedad eso es todo.

— Tiene razón mi lady - la joven decide no insistir más y permanecen en silencio asta llegar a campo de entrenamiento de todos los caballeros imperiales.

Al notar la presencia de la joven princesa los hombres dejan de entrenar de inmediato acercándose a saludarla de forma educada mientras algunos lo hacen nerviosos al tener a una chica tan bella cerca de ellos.

La de ojos verdes les devuelve el saludo de forma neutral pero amable a la vez.

Los caballeros se apartan hacia un lado dejandole el camino libre al hijo menor de los Rass el cual se acerca hacia su prometida con una gran sonrisa de oreja a oreja.

— Creí que no vendrías - sonrie satisfecho como un niño pequeño el cual espera recibir aprobación.

— Bien prepárate te demostraré porque soy el genio espadachín más joven de este Imperio - antes de alejarse le giña el ojo mientras sonríe de lado.

— Muy bien dispersense y los que saludaron a mi prometida Veinte vueltas al campo ¡ AHORA !

— Los demás se enfretaran a mi - ante la mirada de ambas chicas el caballero empieza a derrotar a cada uno de sus oponentes dando lo mejor de sí y dedicándole una sonrisa presumida a la pelifuscia de vez en cuando.

— ¡ Sir Rass es asombroso ! - exclama maravillada la de cabellos morados - Whow nunca creí ver a hombres tan atractivos entrenar.

— Si he de admitir que tiene una increíble habilidad con la espada - con curiosidad observa cada uno de los movimientos del chico.

— Quizás el pueda ayudarla con su entrenamiento mi lady después de todo que mejor maestro que un reconocido genio.

— No creo que pueda escuche de parte de la duquesa que el palacio es una conmoción justo ahora además mañana terminan los preparativos para el banquete en donde se debería elegir una nueva candidata emperatriz.

— ¡ Claro ! También será el primer evento al que asistiría junto a sir Rass oficialmente como prometidos.

— Si así es - la mirada de la princesa enseguida vuelve oscura al recordar que su hermanastra estará presente también.

— No quiero pensar en ello ahora - antes de poder continuar el caballero pelirrojo ya esta inclinado frente a ella a solo unos centímetros de su rostro.

— No me estas pretendo atención - frunce ligeramente las cejas acercándose unos centímetro más.

— Quiero que toda tu atención sea solo para mi - susurra mientras su expresión cambia a una más oscura la cual no dura mucho tiempo ya que vuelve a usar su característica sonrisa.

— ¿ Eh ? - la joven se queda perpleja en su lugar.

Cuando el chico terminó su entrenamiento sin esperar una orden Mily se escabullo lejos de ambos dejándolos completamente solos.

Justo ahora princesa y caballero caminan en silencio atravesando el jardín de la mansión.

El ojiceleste parece estar ansioso por romper el silencio así que decide preguntar.

— ¿ Qué opinas sobre el diseño del jardín ?

— Me gusta es muy bonito la duquesa hizo un buen trabajo.

— Mi madre tiene buen ojo para estas cosas.

— ¿ Y qué opinas después de verme entrenar ? - pregunta ansioso.

Esa era su verdadera intención desde un principio por eso no paraba de mirarme.

— Es usted muy hábil.

— Lo se dime algo nuevo - adapto una pose orgullosa y egocéntrica a la vez.

—Joven maestro,  Princesa Adelaida - una sirvienta se acerca haciendo una reverencia antes de hablar - Le ha llegado una carta del ducado Monique.

Al escucharlo su rostro se ilumina de inmediato y su sonrisa se ensancha feliz se apresura a despedirse de su prometida para luego caminar o mejor dicho casi correr en busca de la dichosa carta dejando completamente sola a la joven en medio del jardín.

— Parece un perro el cual mueve la cola feliz en busca de su dueño - observa la espalda del chico mientras esté se aleja.

— Creo que lo representaría mejor un zorro debido a su cabello.

Pequeño Tulipán / EADonde viven las historias. Descúbrelo ahora