Marca «TaeKook»

16

Un dia habia pasado, tomo la decisión de ir a su casa, es por ello que, se encontraba indeciso de tocar la puerta, esa puerta que al pasarla daba la continuación a un infierno.

No aviso a nadie sobre lo que haría, y eso le daba más miedo, pero su celular estaba prendido.

Decidio tocar, pero apenas rozo la madera, la puerta se abrió, dejando ver a su madre, la cual se sorprendió.

—¿Que haces aquí?

—Vine...a...a...papá me llamo. 

—Vete, no saldrás vivo de acá. —suspiro, aún sintiendo miedo, bastante—

—¿Por que le dijiste? —dijo con los ojos llorosos—

—No lo hize yo, cuando llegue a la casa él ya lo sabía, estaba hablando con otro hombre, no se quien era, pero ese hombre sabía que tu estas embarazado y le dijo. —mordió sus labios nervioso, ¿que hacia? De cualquier manera vería a su padre. Es mejor que nadie esté involucrado a que lo sorprenda con alguien—  Debes irte.

—N-no, tengo que hablar con él, él...tengo miedo, pero no tengo otra opción.

—Tomaste una buena decisión —tembló cuando la voz que tanto conocía se escucho atrás de él, su lobo estaba en su contra y le decía que se fuera, o sería el fin. Pero no entendía razones, debía enfrentarlo, podría defenderse—

Fue empujado adentro de la casa chocando con su madre la cual le sostuvo y con la cabeza baja ingresaron a la casa.

—Comenzemos, a ver cariño, ve al cuarto, ahora.  —el tono serio solo intimido a los dos, y la mujer hizo caso.

Pero no iría al cuarto, no. Estaría alerta.

—¿Te lo dije, no? —asintió, no levantó la cabeza en ningún momento, eso sería retar a su padre, y no lo haría, no hasta que sea necesario.— ¿Cual es el problema contigo? Te di todo, te eduque para que seas un buen omega, un buen omega, no uno ofrecido, borracho y desobediente.

No respondió, y eso solo enfureció a su padre.

Jungkook esperaba de todo, así que no hizo más que quejarse al sentir un mano apretar sus cabellos.

—No entiendo por qué deje que nacieras, ¿Sabes? Hubiera preferido el aborto, pero por otros motivos te dejamos vivir. Confíe...confie que serias alguien grande, alguien igual que yo, un alfa igual que yo, con poder y tal vez con más dinero. Pero no, ¿que saliste? Un omega, un sensible omega, uno inservible que no es capaz de tener un alfa a su lado, eso te hace inservible.

—N-no es así —murmuró, con la voz quebrada—

—Aún así, te eduque correctamente, pero tuve tanta fe en ti, que pensé que serias alguien...grande, lamentablemente no fue así.

Cayó al piso. Sintiendo sus lagrimas salir debido a lo que podría ocasionar el golpe, se arrepintió en ese instante de haber ido.

—¿Que dirás al respecto? —sollozo bajo, cubriendo su viente con sus brazos, tal vez siendo disimulado— No intentes protegerlo, de todas maneras, morirá, o tal vez tu lo hagas.

Se levantó con el poco equilibrio que tenía, debía evitar a cualquier cosa golpes.

De pronto sintió un aroma, uno que le atemoriza y le dio asco. Su padre había dejado salir a su lobo.