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Luego de que los padres de Taehyung se fueran y de que haya tenido una platica media seria con Jin, debido a Namjoon. Al quedar solos, Taehyung no tardo en acariciar libremente el vientre del omega al desnudo, ganándose unos cuantos ronroneos bajos y beso inocentes en su cuello.

—Tae, ¿Por que no viniste en la mañana?

—Universidad, llevo varios días faltando y mis padres dijeron que no lo descuidara, aunque entendían tu situación.

—Si...ew, oye quiero ir a la universidad.

—Por ahora no, chiquito, estas en riesgo, no estoy en contra que termines tu carrera, pero nuestro cachorro y tu es nuestra prioridad por ahora, ¿si?

—Si~ tal vez pierda un año —solto un suave suspiro—

—¿Volvieron a venir? —negó simplemente, no quería entrar en el tema de aquellos alfas que le habían dejado con miedo— Menos mal.

—Mmm, quiero salir ¿no podemos salir?

Claro, ¿a quien no le aburría estar en un solo lugar día y noche? A él si, quería distraerse y ver de nuevo la calle.

—Le preguntare al doctor, ¿si? —Se sentó correctamente cuando Taehyung salió detrás suyo, dejandole una sensación de soledad, aunque no replicó, pues no iba a demorar mucho— No hagas fuerza, ahora vuelvo bebé.

[ ▪︎ ▪︎ ▪︎ ]

—Recuerde las indicaciones, no haga esfuerzos, señor, si puede comprele algo de comer por que vomito el almuerzo, ah, y regresen antes de las diez.

—Si, doctor —fue Taehyung quien respondió, pero no lo miró, pues más concentrado estaba ayudando a su omega que se sentará en la silla de ruedas— Gracias, nos vemos.

El doctor se retiro dando un pequeña reverencia.

Al encontrarse solos, Jungkook se puso su chompa, pues el sol ya había desaparecido, siendo reemplazado por el frío.

—¿Que se te antoja, mi vida?

Taehyung empujó la silla de ruedas para salir del cuarto.

—Avena con chocolate y pan con palta.

—¿Solo eso? Puedes pedir lo que quieras.

—por ahora solo eso, hyung.

El doctor dijo que no lo llevara tan lejos, más que nada por los horarios, así que Taehyung lo llevo al parque del distrito, no estaba muy lejos para tomar taxi.
Mientras Jungkook disfrutaba del aire, se sentia más libre, el aire que chocaba su rostro no lo llegaba a ahogar. Pero si lo hizo sonreír. No sabía ni cómo explicar ese sentimiento de libertad.

Pronto llegaron a un puesto de comida, o de lonche mejor dicho.

—Buenas tardes, uhm un vaso de avena y uno de quinua, por favor.

—Enseguida joven, tomé asiento —la señora le entregó un banco, pero primero acomodo bien a su omega para que no se sienta incomodo y luego se sentó—

—Hyung, ¿puedo pedir dos panes?

—Si, pero no más de dos bebé —recibió un puchero por parte de Jungkook, suponiendo que en forma de protesta, más él se acercó y dejo un besito sobre los labios rosaditos— Debes cuidarte de la harina, no hagas esa carita.

—Tengo mucha, mucha hambre.

—Claro, entonces come los panes que quieras.

Sabía perfectamente que Jungkook no comería más de dos panes, debido a que su estomago no resistía mucha comida y se llenaba rápido.

—Aquí tiene la avena joven

—¡Gracias! —sonrió enternecido al ver como Jungkook recibía el vaso con emoción y se lo tomaba de a pocos soplando—

—Gracias, dos panes con palta también por favor.

—Enseguida.

Disfrutaron de la pequeña comida, pero deliciosa, y luego de acabar Taehyung lo llevo a pasear por el parque, que estaba lleno de lucecitas de decoración. Este gusto mucho.

Ambos estaban en silencio, Taehyung sentado en la esquina de la banca mientras Jungkook estaba echado a lo largo de la banca, con la cabeza recargada en las piernas del alfa.
Ambos en paz, sin necesidad de emitir palabras para sentirse seguros y cálidos.




¿Quien pensaría que terminarían de esa manera, sabiendo como empezaron?

Para ambos aun seguía siendo sorpresa, pero lo que ninguno de los dos quería, era separarse, o arruinar esos momentos llenos de felicidad y calidez.

Marca «TaeKook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora