38 | Final

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Jungkook sentía nervios debido a la situación que experimentaba.
Habían pasado ya cuatro años desde el día que hablo con Dahyun.

Cuatro años donde reino más felicidad, sin algún problema serio con el que lidiar.
No volvió a saber nada sobre la familia de su padre.

Con Taehyung todo iba bien, peleas que fueron solucionadas a su tiempo, conviviendo felizmente con su hija, ahora vivían en una casa de dos pisos.
Taehyung siempre le demostraba cuanto lo amaba a pesar de todo, al igual que él.

Y es por eso que, hoy después de cuatro años, se encontraba en un auto decorado con flores matrimoniales.

Si...se iba a casar en menos de una hora.

El auto lo dejo enfrente de la iglesia, bajando con ayuda del padre de Jin, quien lo consideraba parte de su familia, y fue elegido por él para llevarlo al altar.

Sonrió dejando un beso en la mejilla del mayor quien le sonrió con cariño.

—Debo confesar que no pensé que sería yo quien estaría a tu lado.

—Yo menos, pero se convirtió en un gran apoyo desde que conocí a Jin.


Jungkook miro emocionado al final del altar al ver a Taehyung ahí, con una gran sonrisa, sin dudas él también estaba igual de emocionado de unir sus vidas en matrimonio..






El momento de los votos llegó, poniendo nerviosos a ambos chicos que mantenían sus manos unidas.

Jimin llegó con la almohadillas y los anillos en ellos.

Taehyung tomó el que le correspondía y miró a Jungkook.

—Jeon Jungkook, hoy me siento agradecido de la manera en que nos conocíamos, a pesar de todo, supimos superar cada circunstancia que la vida nos puso en el camino, teniendo a nuestra hija, ella nos unió  y aun así, soy feliz de decir que te amo, y prometo respetarte y amarte cada día de nuestros días, en la salud y en la enfermedad...hasta que la muerte nos separe. —el anillo fue colocado en el dedo anular de Jungkook quien luego tomó el que quedó en la almohadilla, era su turno—

—Kim Taehyung, después de tanto tiempo, te digo que el amor empezó a florecer desde el primer momento en que nos unimos, quiero decirte que...jamás podría arrepentirme de habernos conocido, sea la manera que fue, yo soy feliz de que ahora nosotros estemos felices y sigamos siendolo con el pasar del tiempo, prometo amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe —tomo la mano de su futuro esposo poniendo el anillo en e dedo correspondiente, hasta que el sacerdote  confirmó su unión y dijo las típicas palabras..

—Puede besar a su esposo.

Y ambos no lo resistieron que se besaron con tanta alegría que estuvieron a puntos de perder los estribos, hasta que entraron en razón y se separaron.

Después de la ceremonia, tomados de la mano regresaron al auto decorado, subiendo luego de que les hayan lanzado pétalos de rosa y arroz.

El auto los llevaría a su casa, donde estarían sus demás familiares.


—¿Estas listo para disfrutar el resto del día? —el alfa hablo con una gran sonrisa.

Sin duda ña fiesta que se les avecinaba los dejaría totalmente cansados y a la vez ebrios.
Pero eso no era problema, porque disfrutarían del mejor día de sus vidas hasta la noche, donde consumarian sus almas luego de una gran celebración.

Ellos estaban felizmente casados y no habrá nada ni nadie que los separe ahora.





Marca «TaeKook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora