Después de tanto llanto y estrés algunas cosas se deben terminar.
Un camino que por tanto tiempo quiso acabar.
Cansado de llorar al recordar, cansado del agobio al imaginar, tan cansado se encontraba al pensar lo que lo angustiaba.Así que respiro, respiro y respiro, dejando que las lágrimas siguieran su rumbo.
Sin detenerlas, sin obligarlas, sin ordenales a detenerse, sin insultarlas por estar ahí, sin regañarse por llorar.
Intentanto superar lo que le agobia.
No olvidándolas o fingiendo que no están presentes.
Sanando, por más difícil que se le a sido lo deja ir, se permite llorar, se permite sentirse mal, se permite no culparse.
Se permite no llamarse inútil, miserable o patético ¿por qué a de llamarse así? ¿Por qué a de juzgarse a si mismo si no juzga a los demás? No hay razón, él ya no la encuentra.
Así que respira, recuerda lo que lo a martirizado por tanto tiempo, lo que lo a echo llorar a cascadas, lo que le a impedido sacar a relucir su sonrisa. Lo que le a impedido sonreír en fotos, lo que le a echo sentirse miserable en las fotos.
Lo recuerda e intenta dejarlo ir, suena demasiado fácil y rápido, pero no se podría estar más equivocado, lo intenta y lo a intentado por tantos años que a perdido la cuenta del tiempo que a pasado.
Recuerda cada una de las veces que se culpo por llorar, cada una de las veces que se hizo sentir miserable, cada una de las veces que minimizó su sentir.
Recuerda cada una de esas veces y llora, llora tanto en un vago intento de liberarse.
En un vago intento de dejarlas ir.
Recuerda las palabras que le dijeron, recuerda cada una de las veces que se sintió inútil o insuficiente, llora por ellas y las deja ir.
Recuerda cada una de esa veces que intento distraerse de su dolor y se pide perdón, se pide perdón así mismo por no afrontar sus problemas, se pide perdón por no luchar, se pide perdón por rendirse.
Se pide perdón por no salvarse a si mismo después de prometer que salvaría a todos.
Llora, llora aceptando sus propias disculpas, se consuela a si mismo, repitiendo que lo intento, él realmente lo intento, nunca se rindió.
Él pidió ayuda, él se esforzó por reír, el busco mil y un formas para luchar, el nunca se rindió.
Él nunca se rindió consigo mismo, el lucho por su felicidad y sigue luchando por ella.
El lucha por ser feliz, por perdonarse, lucha para ayudarse, para salvarse, el lucha y nunca se rinde.
Y lo deja ir, esta consciente de que una que otra cosa seguirá ahí, que sin la debida ayuda psicológica no sanara por completo, pero por el momento se siente satisfecho.
No se siente culpable, no se siente patético al saber que necesita ayuda psicológica, no se siente un inútil al buscar ayuda.
Y esta vez no se deja callar, no se deja callar por los prejuicios, por la ignorancia o por el enojo de los demás.
No calla al ser ignorado, lo hizo una vez, pero no volverá a callar.
Alza la voz pidiendo ayuda, intenta no temblar al pedirla, pero esta vez no se esfuerza por retener sus lágrimas.
Las acepta, las ama y protege.
Él se ama y se protege.
Y como lo hace, lucha, lucha por su bienestar al enfrentarse a la cuadrada mente de su propia madre.
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Agobio
FanfictionUn sentimiento que no se puede eliminar por más que quieres, es sofocante y estresante, aturde tú cabeza y provoca lágrimas, Agobio. Distintas situaciones cotidianas con un izuku padeciendo un trastorno de ansiedad social. Los personajes no me pert...