NORTHBURY

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El olor a amoniaco que habían usado para desinfectar la habitación  intervino en mi sueño pesado, más bien de la pesadilla, desde aquella noche lo único que puedo soñar es en el accidente en forma de bucle, me levante con cuidado de la camilla y camine al baño, en cuanto me pare frente, vi lo ojerosa que estaba, como si no hubiera dormido en meses

habían moretones en mis brazos y un rasguño en mi frente, estaba algo pálida, supongo que la falta de sol me había convertido en una casi muerta, intente acomodar mi pelo y maquillarme un poco pero me lo quite en seguida, no había manera de que mi apariencia no me disgustara y no iba a ser tan banal, después de todo lo que paso, como me veo era lo menos importante.

Cuando salí ya lista, Sonia estaba terminando de armar mi maleta, la apoyo en el piso y sonrió de forma gentil, me dijo que todo estaba listo para ir hacia el Aeropuerto, caminamos hasta su auto blanco de último modelo, mire a mi alrededor, todos los colores, el ruido de las personas hablando, los pájaros, todo parecía estar a un volumen más alto de lo normal

me relajé en el asiento y cuando comenzó avanzar, abrí la ventanilla para que la brisa caliente tocara mi piel y que el sol de en mi rostro por última vez, me sentí liviana por un breve momento, pensé que lo  que recordaba del pueblo de northbury era que no  destacaba exactamente por sus días soleados, aunque daria las gracias de que no lloviera con frecuencia, el solo pensar que cada día iba a estar cubierta

por nubes grises y un clima congelante no me hacía sentir muy reconfortante, a medida que avanzábamos con cada kilómetro fuera de lo que era mi vida diaria, me hacía sentir triste, el tener que dejar mi hogar, recuerdos que había hecho junto con mis padres, todo se iba a quedar atrás en cuestión de horas

mi vida había dado un desenfrenado cambio, tan brutal y doloroso que aún no entendía si era real todo lo que estaba pasando, estaba acostumbrada a mi vida privilegiada, no hablo de lo material, que aun así no puedo negar que era muy buena, sino de mis padres

éramos muy unidos, como esas familias que vez en las películas, teníamos noches de películas, nuestra tradición de conocer restaurantes nuevos, el platicar por las mañanas mientras mi madre criticaba mi consumo de cafeína, teníamos una buena dinámica familiar, ese era mi lugar seguro y en una sola noche eso se había esfumado.

Hace dos meses mis padres y yo veníamos de cenar, era una noche normal, de esas rutinarias donde el viernes por la noche nos dábamos la maña de probar nuevos lugares, veníamos hablando de lo rica que era la pasta del nuevo restaurante italiano, obviamente intentando convencer a mi madre que ninguna podría superar su famosa pasta de domingos, nuestras risas fue el último sonido que recuerdo antes del golpe, un auto nos chocó

fue tan rápido que no pudimos ver por donde venía, nuestro auto se volcó al costado de la carretera, recuerdo haber recobrado la conciencia unos minutos, pude escuchar la voz de dos hombres discutiendo, pero antes de poder decir algo, todo se oscureció de nuevo. Cuando desperté estaba en el hospital, Sonia, la mejor amiga de

mis padres estaba ahí, se notaba cansada como si hubiera pasado horas sin dormir a mi lado, ella junto con mis doctores, me pusieron al tanto de lo que había ocurrido mientras estuve en coma, recuerdo sentir un dolor intenso en mi cabeza, el querer sacarme el respirador y intentarlo levantar pero la luz del sol que entraba por la ventana me cegó y me hizo caer de nuevo en mi lugar

quería salir corriendo de ese lugar y buscar a mis padres, me costó cerca de dos semanas recuperarme lo suficiente para comenzar a caminar y procesar todo lo que iba a pasar una vez estuviera recuperada. Sonia había regresado de la cafetería una tarde, nos había traído dos mocas, se sentó a mi lado y me preguntó que si sabía si mis padres querían ser enterrados o cremados

Ocaso LunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora