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Hacía apenas un día que vislumbró a aquella bella mujer en la cafetería, intento de todo para poder olvidar ese encuentro tan común pero no lo logro, sabía que estaba actuando como una psicópata acosadora pero realmente en su vida aburrida un poco de felicidad y brillo era una ráfaga de aire fresco que cambiaba su rutina diaria.

Dios no quisiera que su mejor amiga se enterará de toda la situación, Sam era una gran chica y siempre estuvo allí apoyándola pero sabía perfectamente que incluso ella no tolerará su comportamiento tan loco, a quien le importaba, si nadie se entera no dañaría a nadie, después de todo no mataría o dañaría a nadie solamente quiere saber y aprender más sobre esa bella desconocida.

No podía confiar en nadie, una enseñanza que lamentablemente aprendió a una tierna y joven edad así que no contratará a nadie para investigar, quien sabría que harían con esa información con tal de perjudicar su vida en cualquier forma posible, no, las personas no eran de confianza rápida se necesitaba mucho tiempo para que pudiese confiar, se sentía un poco mal en admitir que incluso antes de poder abrirse con su mejor amiga la tuvo que investigar totalmente, no podía evitarlo así era ella, no podía confiar de cualquiera, ni siquiera en tu propia familia.

Administro sus reuniones y organizo nuevamente su horario de trabajo para poder despejar varias horas libres que usaría para conocer a esa hermosa desconocida, se levantó después de avisar a su secretaria rápidamente que estaría ausente por un tiempo, se dirigió al estacionamiento con lentitud pero con su firme postura que intimida a cualquiera que la viese.

Se subió a su auto y condujo mirando la hora, perfecto, según recordaba ayer a esta hora aproximadamente fue que se topo a la bella rubia así que esperaba contar con suerte y que ella tenga una rutina o que al menos este por allí merodeando la zona, todavía tenía una ligera sospecha de que la chica trabaja en CatCo pero eso es otro tema, por ahora quería encontrarla y de allí ver qué descubría.

Sonrió de lado al ver a la deslumbrante mujer salir de la cafetería con una caja de donas y algunos cafés en sus manos, con discreción la morena condujo cerca suya mientras observaba fijamente el lenguaje corporal de la rubia, cuando observas a alguien que cree que nadie la ve puedes observar ciertas cosas que normalmente oculta. Miro como la rubia esperaba que el semáforo fuese verde pero mientras esperaba estaba distraída mirando nuevamente con una gran sonrisa a ese gran perro Pitbull de el otro día atado en un poste, perro que era amenazante a decir menos, la rubia sin miedo se acercó al perro y lo acaricio mientras hablaba como si fuese un bebé.

La morena alzo una ceja ante la temeraria mujer, estaría demente o muy borracha como para siquiera poner una mano en un Chihuahua sin conocer su crianza y allí estaba la rubia acariciando y dando mimos a un perro clasificado como peligroso que encontró en la calle y que perfectamente podría arrancarle su brazo, era peculiar lo fácil que ella confiaba.

Siguió su misión en observar a la mujer y pudo confirmar que de hecho la mujer si trabajaba en CatCo porque allí mismo fue donde se adentro, soltó un chasquido molesto al ver que no podría ver más de la rubia pero se rindió quedando con los resultados que había obtenido.

1-. Kara era una chica dulce que era amable con las personas.

Parecía tonto pero la morena conocía a varias personas que se creían mejor que todos y hablaban de forma grosera a las personas que las atendían siendo groseros y ofendiendo a esas personas, la rubia aprecia ser amable con todo ser viviente sea de la clase social que sea.

2-. Kara confía fácilmente.

Lo noto al ver cómo tocó con tranquilidad a un gran perro que podría saltarle encima, no sabía si es que ella ama a los animales de forma intensa o es que en general ella confía en cualquier persona.

STALKER •SuperCorp•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora