Josh hutcherson

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POCHE

Placer infinito. El puto paraíso. Correrme en la caliente boca de Daniela… mi deliciosa Daniela…

¡El timbre de Daniela sonó, sacándome de mi puto mundo de gloria! 

¿Quién carajos era? ¿Quién se atrevió a interrumpir un momento tan maravilloso? Tendría que haber traído una etiqueta con las palabras “NO MOLESTAR, DANIELA Y YO ESTAMOS OCUPADAS FOLLANDO”, y pegarla en la puerta de su piso, para que no me arrancaran brutalmente del enorme placer que estaba sintiendo. 

Todavía tenía esta indignación en mi puta cabeza, cuando Daniela me empujó y se levantó, cogiendo su blusa del suelo y poniéndosela rápidamente, antes de tirarme la mía a la cara, junto con mi sujetador.

- ¡Deprisa, Poche! ¡Vístete! Maldición, mierda, no puedo creer esto…

Murmuró y se paseó de un lado a otro, hasta que se detuvo frente al espejo que tenía en la sala y se arregló el pelo despeinado, el que yo había despeinado mientras chupaba deliciosamente mi polla. ¿No se había dado cuenta todavía de que yo estaba indignada?

¿Por qué una mujer nunca es sensible cuando se trata de un pene? Como a ella no les duele nada. Me arrancaron de mi puto paraíso. Sin mencionar que el puto timbre seguía sonando por algún despistado hijo de puta que no había entendido que estábamos ocupadas.

- ¡Calle! No me digas que te estás echando atrás ahora. Por favor, dijiste que me verías.

Y sí. Era un hijo de puta. ¡Un hombre!

- ¡Ya voy, Josh! – gritó.

Y Josh era el nombre del bastardo.

- ¡Poche! Por el amor de Dios, ¿aún no te has vestido? ¡Despierta, maldita sea!

- Dijiste que ibas a salir, no que ibas a tener visitas. ¿Por qué me has mentido, Daniela? – pregunté, viéndola ir al DVD y sacar el disco de nuestro depravado polvo.

- ¡Porque quería que te fueras lo antes posible! – dijo, guardando el disco en su estuche y acercándose a mí. – Ahora vas a tener que vestirte y esconderte, Poche. Por favor, coopera conmigo sólo una vez.

- ¿Esconderme? – Quería reírme y lo hice. Me reí, mientras me abrochaba el sujetador, me ponía la blusa poco después y me ponía de pie para meter mi (ahora ignorado) miembro en mis pantalones. – De ninguna manera, Daniela. Si tienes una visita y no me has dicho que la esperas, vamos a recibirla juntas. Recibirlo, debería decir. ¿Podrías dejar de ser grosera y abrir la puerta para que entre nuestra visita, por favor?

Me miró de arriba abajo y volvió a sonar el timbre. El hijo de puta de Josh estaba impaciente. Si Daniela tenía alguna objeción que hacer, quedó completamente descartada, porque se dio la vuelta y con pasos vacilantes se dirigió a la puerta. La seguí y tan pronto como me puse detrás de ella, abrió la puerta, revelándome a este tipo, Josh.

Primera impresión: alto, ojos marrones y cara de virgen. Seguramente, este tipo ni siquiera sabía follar con una muñeca hinchable.

- Hola, Josh. – murmuró Daniela, haciéndole espacio para que pasara. – Pasa.

La miró a ella y luego a mí. Luego a ella de nuevo, y entró mirándome fijamente, analizándome de arriba abajo, y yo hice lo mismo con él. No sabía quién era ni lo que significaba para Daniela, pero con esa cara de virgen, dudo mucho que consiga algo de Daniela después de conocerme. Ahora sabía que tener sexo con una mujer era mil veces mejor y estoy segura de que nunca me dejaría para estar con ese idiota. ¿O si?

¿Qué mierda de pensamiento es ese, Garzón? No lo sé, subconsciente, y no es el mejor momento para que  hagas esa pregunta.

- Hm… Poche, él es Josh Hutcherson, mi exprometido.

Oh, el ex. El ex. Me encanta conocer a los ex.

- Hola, Josh. Soy la actual, María José. – Dije dándole mi mejor sonrisa y tendiéndole la mano.

Y, por supuesto, ignorando por completo la mirada de asombro que me dirigió Daniela.

- Soy Josh Hutcherson, el ex y futuro de nuevo. – dijo, estrechando mi mano.

Audaz. Me gusta. Pero no sabía dónde estaba pisando.

- ¿Futuro? No creo que Daniela esté dispuesta a repetir el menú, ya sabes lo que quiero decir. – Respondí, pasando mi brazo por los hombros de Daniela y dándole un beso en la cabeza. – Ella ya está con alguien mejor, ¿no es así, cariño? 

- Sí… Yo-yo…

- ¡Wow, no lo puedo creer! – Josh, el virgen, la interrumpió. - ¡Sé muy bien quién eres! 

- ¿Lo sabes? – pregunté, levantando una ceja.

- ¡Claro que sí! Por Dios Calle, ¿desde cuándo sales con actrices porno? Sé que te gustaban las mujeres en tus días tontos de universidad, pero, maldita sea, ¿te estás volviendo loca?

- Josh, cálmate, no es lo que piensas. – dijo Daniela, soltándose de mis brazos y poniéndose entre nosotros. – Poche está bromeando, eso es todo. Es una amiga.

- Daniela, no hay necesidad de ser tan tímida. Cariño, después de todo lo que hemos hecho, no podemos considerarnos sólo amigas. – Sonríe – Josh, sí, yo soy actriz porno y Daniela está entrando en una relación conmigo. No es un gran problema. – Me encogí de hombros, mirándole y esperando su respuesta.

- Sí que lo hay, ¡tienes una polla! Ni siquiera sé si es correcto llamarte mujer.

Bien, eso fue demasiado lejos.

- Oh sí, no creo que eso fuera un problema para Daniela hace unos minutos, cuando estábamos… - Me llevé el dedo índice a los labios y fingí pensar – Ya sabes, o mejor dicho, no estoy segura de que lo sepas, con esa cara de virgen. Pero volvamos a cuando estábamos follando locamente antes de que pulsaras ese maldito timbre e interrumpieras nuestro orgasmo.

Sólo faltaba un centímetro para que la boca de la virgen no tocara el suelo. Se quedó perplejo y confieso que me esforcé por no reírme en su cara. Su mirada volvió a alternar entre Daniela y yo, el ambiente se volvió demasiado cómico para mí, mientras que Daniela sólo sabía ensanchar los ojos con cada segundo que pasaba.

- Calle. – comenzó. – Cuando dijiste que podía venir aquí, pensé que por fin hablaríamos y nos entenderíamos. Pero resulta que estaba totalmente equivocado. Nunca imaginé que pudieras caer tan bajo. ¿Una actriz porno? Especialmente con… - me miró con cara de asco… ¡Ella! Joder, qué asco, ¡nunca lo hubiera imaginado!

¿Nunca imaginaste que ella encontraría a alguien mil veces mejor que tú, virgen hijo de puta?

Ah, sí, mi subconsciente ha decidido unirse a mí en esta batalla, por una vez en mi vida.

Sacudió la cabeza, con cara de decepción, y pasó junto a nosotras dos, abriendo la puerta.

- Espero que estés satisfecha con esta mediocre elección. Piensa en todo lo que podría darte, toda la estabilidad, la comodidad y la esperanza de una vida segura, que nunca tendrás con una mujer como ésta. 

Mirando a Daniela una vez más, se dio la vuelta y se fue, cerrando la puerta tras de sí.

¡Eso es, cara de virgen! ¡Fuera, porque la chica ya es mía!

Bueno… Al menos de eso estaba convencida, hasta que miré a un lado y vi que Daniela ya no estaba allí. Había ido a la sala de estar y estaba sentada en el sofá, con la cara enterrada entre las manos.

No sé qué había pasado entre ella y Josh. No sé por qué rompieron, o si todavía tenía alguna esperanza de seguir juntos. Lo único que sabía, en ese mismo momento, era que a Daniela le seguía gustando y tal vez...

Tal vez yo haya jodido la posibilidad de que vuelvan a ser pareja.

ESTRELLA PORNO (caché) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora