Cita con Josh

7.7K 530 289
                                    

El restaurante donde me encontraría con Josh era bien conocido por ambos. Cuando estábamos juntos, ese restaurante italiano sirvió de puente para muchas cenas románticas y amorosas. No quería ir a ese lugar (me traía recuerdos desagradables) pero tampoco quería darle demasiadas vueltas cuando me llamó, así que la única opción que me quedaba era aceptar.

Ahora, estaba tomando un último respiro antes de entrar en el restaurante y dirigirme a la mesa donde probablemente me estaba esperando.

Cuando lo vi, mi primera reacción fue contener una gran carcajada. Era imposible no mirarlo y no acordarse de que Poche le llamaba “cara de virgen”, pero al igual que la gracia llegó rápidamente, pronto desapareció. Recordar a Poche me produjo una terrible opresión en el pecho.

Nuestro último encuentro había sido mágico, pero había terminado trágicamente y todo era culpa mía.

Pero ahora estaba allí para cerrar  (de una vez por todas) un ciclo de mi vida. Sólo esperaba que todo saliera bien.

-Calle, ¡estás preciosa! – Josh se levantó y caminó hacia mí.

Galante como siempre, me cogió la mano y la besó, antes de guiarme hasta nuestra mesa y arrastrar la silla para que pudiera sentarme.

-Cuando aceptaste mi invitación, apenas podía creerlo. Muchas gracias por venir hoy, sabes cómo hacer feliz a un hombre.

-Josh, tus galanterías ya no me afectan. Por favor, podemos saltarnos este paso e ir directamente al asunto que he venido a discutir contigo.

Sonrió de lado y negó con la cabeza, haciendo una señal al camarero con un dedo.

-Primero echemos un vistazo a la carta de vinos y veamos la recomendó del chef para nuestra cena. Una noche contigo, Dani, después de todas las estupideces que he hecho, tiene que ser perfecta. No voy a dejar que esta noche termine en el primer segundo que pude poner mis ojos en ti. – dijo, antes de que el camarero llegara a nuestra mesa.

Josh pidió un vino italiano de la cosecha 2003, y como conocíamos el restaurante, seguimos la recomendación del chef para nuestro menú de esa noche. Tan rápido como se fue, el camarero volvió con el vino y, antes de irse, dijo que volvería con la comida en cinco minutos.

-¿Cómo está tu… ¿Amiga?

Miré a Josh por encima de la copa y, antes de responderle, di un sorbo de vino lentamente. El hijo de puta era un buen conocedor de ello, tenía que admitirlo.

-Ella está bien. ¿Por qué el interés?

-Por nada. Sólo estaba bastante intrigado. ¿Cómo conociste a una tipa como ella? ¡Simplemente no encajan!

-¿Y quién te crees que eres para hablar así de ella? – me escuché decir, antes de que pudiera pensar.

Pero me limité a mirarle con dureza, dejando claro que no toleraría que hablara mal de Poche delante de mí.

-Cálmate, no lo decía en serio. O más bien… Sólo estaba siendo honesto. Siempre fuiste dulce y recatada, al menos te mantuviste así después de estar juntos. No puedo imaginarte relacionándote con ese tipo de gente. Ni siquiera veías porno, no entiendo cómo te volviste tan… Íntima, con esa… Persona.

Resoplé con fuerza, regañándole ya en silencio.

-No tienes que entender, Josh, porque… No eres parte de mi vida. En el momento en que Poche apareció, ya no vivías conmigo, y eso es todo lo que voy a contar sobre mi relación con ella.

Me miró con la copa quieta a medio centímetro de sus labios. Sus ojos se abrieron mínimamente ante eso. Esto era exactamente lo que quería: ponerlo contra la pared, dejarlo sin argumentos.

-Te gusta. – soltó, sin venir a cuento, mientras dejaba el vaso sobre la mesa. – No puedo creerlo, Daniela, ¿cómo pudiste dejarte llevar por alguien así? Es una jodida actriz porno, ¡no es adecuada para ti!

-Lávate la boca antes de hablar de ella, Josh. Ella es mil veces mejor de lo que tú podrías ser, ¿entiendes? – Dije, mirándolo directamente a los ojos. - ¡Cállate y deja de hablar así de Poche, o me levantaré y me iré ahora mismo!

Se rió y se recostó en su silla, mirándome fijamente. Justo cuando abrió la boca para decir algo más, el camarero llegó con los platos. Pasaron minutos de silencio después de que el camarero se fuera y me quedé mirando el plato de gambas que tenía delante, sintiendo que se me revolvía el estómago. El hambre me había abandonado por completo.

-Lo siento, Calle, tienes razón. – Murmuró con voz más calmada, haciendo que le mirara. Tras unos segundos, continuó: - No tengo derecho a juzgar tus elecciones, ni con quién te relacionas, sólo… Sólo quiero protegerte, ¿sabes? Después de todo lo que he hecho… Me he dado cuenta de que he perdido a una mujer maravillosa, la mujer que más quiero en todo el mundo. – tocó mi mano en la mesa. – Por favor, dame una oportunidad más. Sé que puedo hacerte feliz, un amor como el que sentimos el uno por el otro no puede terminar así. Sé que todavía me amas, por favor no te rindas con nosotros dos.

Quitó su mano de la mía y sacó una pequeña caja de terciopelo del bolsillo de su abrigo. Lo dejó sobre la mesa y lo abrió, mostrándome el anillo de diamantes que me había regalado el día de nuestro compromiso.  La misma que le había lanzado el día que lo pillé en la cama con esa zorra rubia.

-Todavía tengo este anillo. Ni siquiera cancelé nuestra boda. Se suponía que nos casaríamos en quince días y no dejé que lo cancelaran porque aún tengo esperanzas de recuperarte. Todo ser humano puede cometer errores, Calle, y yo lo hice. Pero lo siento y nunca, nunca volveré a hacer eso contigo. Te quiero como mi esposa, la madre de mis hijos, la mujer con la que estaré dentro de cincuenta años, y a la que amaré con una intensidad aún mayor de la que amo hoy. Puedes pensar que soy patético, pero es la verdad. Tuve que perderte para darme cuenta de lo importante que eres en mi vida. Te quiero más que a nada en el mundo y lo único que te pido es que me perdones y vuelvas conmigo. Por favor, amor, vuelve conmigo.

Esperaba todo menos eso. Josh tenía incrustada en sus ojos marrones, una sinceridad que nunca había visto igual. Lo sabía, ya no lo amaba, de hecho, sabía que nunca lo había amado. Creía que lo amaba, hasta que conocí a Poche y supe que el amor era un sentimiento mucho más fuerte.

Si realmente amaba a Josh, no podía enamorarme de Poche y eso era un hecho. Y ahora…

Sabía que Josh podría estar mintiendo. A él no le costaba nada una mentira más entre todas las que ya me había dicho. Y también sabía que Poche nunca me mentiría.

Pero Poche estaría con otra mujer prácticamente delante de mí. En lugar de salir de casa por la mañana para ir a trabajar como una mujer normal, se iría para tener sexo con otras mujeres y yo no podía ni siquiera objetar, entre otras cosas porque la conocí así. Me enamoré de ella de esa manera y nunca le pediría que cambiara.

Todo esto era demasiado para mí. No podía soportar ver a la mujer que amo teniendo sexo con otras mujeres todos los días. Pero tampoco podía estar sola, porque estar sola significaba que me sentiría libre para estar con Poche y nos enamoraríamos más, para romper poco después. Porque ninguna relación puede durar mucho tiempo, cuando se tiene una relación sexual con otras personas, aunque no haya sentimientos de por medio.

-Calle, amor... Di algo, por favor.

Lo miré fijamente, viendo a un hombre que, hace sólo dos meses, era el centro de mi universo. Hoy podría compararlo con cualquier otro hombre que pasara por la calle, porque para mí no tenía ninguna importancia. Pero aún así, incluso sabiendo todo esto, mi decisión ya estaba tomada.

-Volveré contigo, Josh.

ESTRELLA PORNO (caché) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora