Capítulo 9

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Habían pasado varios días y las chicas seguían en el proceso de la mudanza... Yulia iba a rentar su departamento mientras tanto... Ese día llevaban las últimas cosas de la morena al departamento que ahora compartirían ambas.

—¡Ahh, estoy agotada! —dijo la pelirroja dejándose caer sobre un sillón.

—Si, ha sido cansado traer todas las cosas hasta acá —se acercó a Lena, se sentó a horcajadas sobre la pelirroja y le dio un pequeño beso.

—Hey, ¡quiero más! —Dijo haciendo un puchero.

—Ay mi amor, no sabía que me mudaría con una bebita.

—Yul... Anda bésame, lo merezco luego de cargar tantas cajas, ¿no crees? —afirmó para acercarse peligrosamente a ella.

Empezaron una pequeña batalla para tener el control, era algo que disfrutaban hacer a veces, ver quien aguantaba más las ganas y quien se rendía a la otra...

Yulia, como estaba sentada sobre la pelirroja tenía ventaja, sujetó los brazos de Lena y los colocó detrás de su cabeza... Empezó a besar su cuello suavemente, arrastraba sus labios por esa piel pecosa, lamía sus hombros...

Sujetó las manos de Lena con una de sus manos, a estas alturas ya la ojiverde no se resistía. Yulia empezó a deslizar su mano libre por las caderas de Lena, subió hasta uno de sus senos y empezó a jugar con él, mientras besaba su pecho.

Escuchaba a la pelirroja soltar pequeños gemidos, eso la excitaba más, podía sentir como su entrepierna empezaba a humedecerse lentamente, necesitaba sentirla del todo...

Soltó sus manos y empezó a besarla con fuerza y a retirar la camisa de la pelirroja, estaba por desabrochar su pantalón cuando escucharon el timbre del departamento.

—Tienen que estar jugando... ¡Dios! —Dijo Lena molesta por la interrupción.

—Toma, ponte la camisa... Ahora arreglamos esto gatita —dijo para luego besarla e ir a abrir la puerta.

En la entrada se encontraba Inessa con el pequeño Vitya.

—Hola Yulia, ¿cómo estás? —Preguntó mientras la saludaba.

—Bien Inessa, ¿y tú? Hola pequeño —saludó a Vitya quien se abrazó a ella para que lo cargara.

—Tía Yulia... ¿cómo estás?

—Bien, ¿y tú peque?

—Bien jejeje.

—Siento venir así, es que Sergey me dejó al pequeño, pero había olvidado que tenía una fiesta hoy en el club y no puedo faltar porque soy oradora de orden... Me preguntaba si ustedes, ¿podrían cuidarlo esta noche?

—Hola mamá —dijo Lena saliendo de la habitación—, hola peque —mientras, se acercaba a Yulia para que le diera al niño.

—Hola tía, vengo a pasar la noche con ustedes —dijo con una gran sonrisa el niño.

—¿Cómo es eso peque? —Dijo viendo a su madre.

—Bueno Lena, tu mamá tiene un compromiso y nosotras cuidaremos al pequeño esta noche.

—Hija, no quise llegar así de sorpresa, pero todo se me complicó... No te molesta, ¿verdad?

—Sabes que cuando se trata de este pequeñín nada me molesta... Anda, vete a hacer lo que tengas que hacer, dile a Sergey que pase por él mañana...

—Gracias hija... Son unos ángeles las dos, aquí están sus cosas... Un beso.

—¿Vitya, quieres que hagamos unas galletas?

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