Capítulo 18

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Yulia por su parte estaba más tranquila. Sabía que Lena, a pesar de todo sentía algo muy fuerte por ella, tanto que la ausencia de recuerdos no lo anulaba del todo.

Podía verlo en los ojos de la pelirroja, ya estaba a mediados del octavo mes y su mente estaba más ocupada en el nacimiento de Vika.

Una noche, después de pasar el día comprando cosas para la bebé y comer, llegaron a casa.

Y: ¡Estoy agotada! Creo que no podré seguir realizando estas caminatas y Vika no deja de patear

L: Yo creo que a Vika no le gustan mucho las actividades físicas, saldrá flojita jaja

Y: Sí, pero eso no será por mi -reía-

L: ¿Ah no? ¿Y entonces por quien eh, me estás llamando floja? -Dijo entre risas siguiéndole el juego a la morena-

Y: Pues no veo a más nadie por aquí jaja

L: Yulia, mejor no te metas conmigo

Y: ¿Por qué... qué vas a hacerme si me meto contigo?

L: No querrás saberlo...

Y: Eres una cobarde Katina, no me harás nada... -dijo mientras se reía y se daba la vuelta para ir a la cocina-

Sin embargo, sintió una mano que sujetó la suya y la atrajo. Al voltear vio los ojos de Lena sobre los suyos y sus labios peligrosamente cerca.

L: De hecho, quisiera hacer muchas cosas en este momento y no soy cobarde -dijo mientras veía a la morena y la aprisionaba entre sus brazos-

Y: ¿Ah si, como qué? -Preguntó apenas con un hilo de voz casi imperceptible por los nervios-

L: Algo como esto... -tras decir eso, acercó sus labios a los de Yulia y la besó vorazmente-

Sentía la necesidad de ese beso en el fondo de su cuerpo, era como si todo su ser le gritara para que se fusionara con aquella mujer de mirar profundo.

El beso era intenso y fuerte. Sentían sus labios arder y sus lenguas batallar por romper las barreras que invisibles, se habían instalado entre ellas al perder Lena la memoria.

Estuvieron varios minutos besándose, hasta que la necesidad de oxígeno se hizo presente. Al separarse se vieron tiernamente a los ojos y se abrazaron.

L: No me importa no recordar, pero sé y siento que te amo Yul...

Y: No sabes lo feliz que me hace escuchar eso Lena, creí que más nunca lo haría -dijo mientras algunas lágrimas se deslizaban por sus mejillas-

L: No llores, todo estará bien, ya lo verás ojitos de cielo -dijo mientras le sonreía y volvía a abrazarla-

Esa noche durmieron abrazadas y hablando del futuro, ya la ausencia de recuerdos no sería un impedimento.

En medio de la noche la pelirroja se despertó sobresaltada y sudando.
Se agitó tanto al despertar que la morena reaccionó con eso.

Y: Lena ¿que pasó, estás bien? -Preguntó preocupada-

L: Yo, recordé algo...

Y: ¿En serio? ¿Qué recordaste?

L: Yo... recordé tu rostro cuando me encontraste con Ivana -dijo mientras agachaba su rostro y sujetaba su cara con sus manos- lo siento Yul

Y: Oye, eso pasó hace mucho tiempo tranquila ¿si?

L: ¿Por qué de todas las cosas que podría recordar, tuvo que ser esa?

Y: No lo sé, tal vez porque fue algo muy fuerte para ambas... Estuvimos alejadas por ocho meses luego de eso, no fue fácil.

La pelirroja se quedó callada. Era como si estuviera en una especie de trance, simplemente estaba sentada viendo la pared.

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