Capítulo 11

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Al día siguiente fueron a trabajar, se encontrarían en el hospital más tarde para que continuaran los estudios antes de la cirugía. Sin embargo, Lena citó a Kat antes en un restaurant.

—Gracias por venir así de repente...

—No es nada Lena, pero ¿qué sucede? te escuché rara.

—Es Yulia.

—¿Yulia? ¿Qué le pasó?

—Es que... —no aguantó más y se desplomó.

Aquella fría y fuerte mujer se desmoronó y lloraba profusamente ante su amiga. Kat trataba de consolarla, pero no surtía efecto. Luego de un rato, la pelirroja se calmó un poco y le contó lo que estaba sucediendo.

—Pero, ¿su vida corre peligro?

—Si es maligno el tumor si y tal vez no podamos tener hijos... Bueno no uno de ambas —dijo triste.

—Lena lo siento tanto, pero lo importante es que Yul se recupere.

—Lo sé, es que eres la única con la que puedo permitirme esto, ella me necesita fuerte Kat y yo...

—Lo sé Lena, lo sé, tranquila... Sabes que conmigo puedes desahogarte.

—Gracias... Eres la mejor amiga del mundo, ahora debo irme, tengo que encontrarme con ella en el hospital.

—De acuerdo... Avísame cualquier cosa, Lena.

Las chicas se despidieron. Esa tarde la pasaron en el hospital nuevamente, habían pautado la cirugía de Yulia para dentro de una semana. La morena estaba nerviosa, pero trataba de no demostrarlo. Iban en el auto cuando se le ocurrió una idea.

—Lena...

—Dime amor —decía mientras la veía de reojo ya que iba conduciendo.

—No quiero ir a casa todavía.

—¿A dónde quieres ir entonces, preciosa?

—Crees que podríamos ir a visitar a tu hermano... Me gustaría ver al pequeño monstruo —dijo sonrojándose levemente.

La pelirroja se sorprendió por esa petición, pero entendía en el fondo a su novia.

—De acuerdo, iremos a verlos... Pero a casa de mis padres, me dijeron que estarían allí.

—Tu mamá me dirá los adelantos de la boda.

—Sí, estoy segura de eso, ojitos de cielo...

Llegaron a la casa y se bajaron del auto. Antes de tocar el timbre, la pelirroja tomó a su chica por la cintura y la atrajo hacia ella. La vio dulcemente y luego la besó.

—Yul... Eres lo más hermoso que tengo y no me importa más nada, solo que estés bien, que te quedes conmigo —dijo suavemente y sintiendo como algunas lágrimas acariciaban sus mejillas.

—Amor...

Yulia estaba conmovida por ver a la pelirroja así, siempre actuaba tan fuerte que no había pensado como se sentía la pelirroja en ese momento...

—No voy a irme a ninguna parte Lena, no voy a dejarte de acuerdo, te amo demasiado como para no seguir disfrutando de esto —dijo mientras retiraba las lágrimas con el dorso de su mano—. Quiero que pienses en nuestra boda y como tú has dicho, el resto lo veremos luego, pero la operación saldrá bien, así que no pienses en eso...

—Se supone que debería estar apoyándote y siendo fuerte y mírame...

—Lo único que necesito que me des es tu amor y si es por llorar lo haremos juntas, de ahora en adelante y mientras respiremos todo será juntas...

Reina de hielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora