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Narrador;

Un rubio ojiazul se encontraba durmiendo tranquilamente hasta que el sonido del timbre lo despertó haciendo que se caiga de la cama, con molestia se lavento del suelo y se colocó sus pantuflas de conejito para salir de su habitación. Camino hasta la sala y llegó a la puerta principal, en el trayecto el timbre sonaba sin parar. Al abrir la puerta soltó un bufido molesto, claro que el ojiazul sabía de quién se trataba, como no saber si llevaba despertando en la madrugada ya más de un mes gracias a nada más ni nada menos que un ruso borracho tocándole el timbre sin parar.

— Gustabo — Murmuró Viktor con dificultad apoyándose en el marco de la puerta. Una sonrisa traicionera apareció en su rostro.

— Joder cabeza hormiga, deja de emborracharte. — Regaño el ojiazul cruzándose de brazos mientras bostezaba. Tenía sueño, obviamente, seguro eran más de las tres de la mañana.

El peligris sonreía bobamente mientras miraba al rubio de baja estatura.

— Me enteré que aceptaste salir con Jack. — Hablo nuevamente con dificultad el ruso haciendo un puchero. Tierno pensó el ojiazul sonriendo levemente.

— Sea quien sea la persona te dijo eso está mintiendote. — Respondió Gustabo suspirando.

Volkov sonrió al escucharlo y se acercó hasta donde García para tomarlo de las mejillas, ambos se miraron fijamente, las mejillas del rubio estaban calientes. Ya sabía lo que iba a pasar, venía pasando desde hace dos meses y no le molestaba en absoluto, es más, incluso lo anhelaba siempre. Los labios del peligris chocaron contra los de Gustabo, el sabor a vodka estaba presente. Gustabo estaba empezando a amar el vodka, pero solamente en los labios del ruso.

El beso era suave y tierno, no habian segundas intenciones. El rubio abrazo por el cuello al más alto para atraerlo más a él y el ruso torpemente bajo sus manos hasta la pequeña cintura del ojiazul. Volkov a pesar de estar borracho y no estar en sus cinco sentidos, estaba disfrutando el beso, como siempre lo hacia.

Se separaron del beso y ambos soltaron una leve risa. Las mejillas de ambos estaban completamente rojas.

Y sin esperarlo Gustabo le dió un golpe en la cabeza al más grande soltando un bufido.

— Te he dicho mil veces que no te emborraches, puto ruso de mierda. — Regaño molesto el rubio cruzándose de brazos ignorando que sus mejillas seguían calientes y rojas. — Anda a tu casa, borracho. — Hablo empujando levemente al mayor hacia afuera de su hogar.

Volkov se acariciaba la cabeza con un puchero mientras miraba al rubio. —¿Y si tengo un accidente? — Pregunto, apenas se le entendió lo que quiso decir.

— No seas gilipollas, tu casa esta al frente de la mia. Estúpido. — Respondió suspirando. Viktor asintió levemente suspirando y empezó a caminar en silencio hasta su casa, saliendo de la recidencia del rubio. Gustabo espero a que el ruso entrara a su hogar para luego hacer lo mismo él.

El rubio no podía negarlo, le gustaba que Viktor fuera a dónde él cuando estaba borracho.

🐢

Buenas

me duele la cabeza, me voy a matar.

Besos en la cola  😽😽

𝙑𝙤𝙙𝙠𝙖; 𝙑𝙤𝙡𝙠𝙖𝙗𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora