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Narrador;

Volkov estaba mirando su televisor con el entrecejo fruncido, ya ni siquiera le prestaba atención al anime que había puesto, solo miraba el televisor por mirar. Pensaba en el ojiazul y en el mecánico dándose aquel beso, de solo recordarlo la sangre del ruso hervía de celos. Un suspiro salió de los labios del peligris haciendo haciendo que la gatita que estaba a su lado en el sofá lo mire levantando la cabeza para mirarlo y volver a dejarla dónde estaba sin mucho interés. De un rápido movimiento, el ruso saco su celular para ver la hora, 10:47 PM.

— Joder — Murmuró con molestia y se levantó del sofá para ir a la ventana que estaba alado de la puerta principal. Corrió la cortina un poco para mirar hacia el frente dónde estaba la casa del rubio, vio que estaban las luces apagadas por lo que supuso que todavía el ojiazul no llegaba o eso supuso hasta que vio como llegaba una camioneta 4x4 color negro y se estacionaba frente a la casa del rubio. Viktor siguió mirando por la ventana sin despegar su mirada, podría ser algún ladrón o alguien que quiera hacerle daño a Gustabo. Tenía que estar pendiente.

Un suspiro salió de los labios del ruso al ver al ojiazul bajar de aquella camioneta y sonrió levemente pero su sonrisa se borró rápidamente al ver bajar al mismo pelirojo de la mañana junto con el jefe de los mecánicos y a un chico de gorra blanca. El entrecejo del ruso se frunció al ver cómo el ojiazul los abrazaba a los tres, pero una mueca de disgusto se formó en su cara al ver cómo Gustabo se quedaba abrazando más tiempo al jefe de los mecánicos.

[•••]

Habían pasado dos horas desde que Volkov vio llegar a Gustabo, dos horas en las que el ruso se había pasado pensando varias cosas. La primera, ¿Gustabo sentía algo por él?. La segunda, ¿Que hacía tan especial a los mecánicos para que el rubio sea tan cariñoso y abierto con ellos?. Y la última y menos importante. ¿Gustabo lo rechazaría si él le pide una cita decente? ya habían estado besandose, Volkov quería empezar a avanzar un poco más con el ojiazul, pero si el rubio no quería, él lo iba a entender. Ahora solo tenía que armarse de valor para ir a la casa de Gustabo y pedirle una cita, y eso iba a hacer, se iba a armar de valor.

Viktor se acercó a un mueble y bufó, le quedaban dos botellas de vodka. Ojalá eso sea suficiente para que el ruso se "arme" de valor y pueda ir a pedirle la tan preciada cita al ojiazul.

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Bueno el sábado o el domingo subiré los otros dos capítulos 😽😽😽

Besitos en la cola 😽

𝙑𝙤𝙙𝙠𝙖; 𝙑𝙤𝙡𝙠𝙖𝙗𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora