Capítulo 5. "El mejor y peor día de mi vida"

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Esteban

El día Lunes de la semana siguiente, voy a la universidad, al terminar la jornada quedo exhausto, estaba totalmente cansado y aburrido durante las clases. Después de terminar las clases me fui a ver con Daniela. Nos juntamos cerca de su universidad, cuando la veo mi corazón empezó a latir de una manera muy fuerte, me encanta todo de ella. 

Se gira un momento y me ve cuando me estoy acercando a ella y comienza a sonreír.

– Hola, Esteban ¿Cómo estás? – Dios se ve jodidamente hermosa, su pelo rubio largo, sus ojos verdes, sus labios, ay dios, me tiene a sus pies.

– ¿Bien y tú?

– Bien.

– ¿Qué vamos a hacer?

– Emmm, no lo sé, ¿Qué quieres hacer?

– ¿Qué tal si caminamos tranquilamente por aquí?

– Me encanta el plan.

– Ok.

Comenzamos a caminar, hay muchos árboles, muchas flores, y todo es muy hermoso, decidimos ir a un parque cerca de dónde estábamos caminando, nos sentamos en una banca del parque y se me ocurre una idea muy loca, pero no sé si es el momento. Y en ese momento se escucha un trueno, y comienza a llover intensamente, nos empapamos enteros. Corrimos y nos quedamos debajo de un árbol y ahí nos mantuvimos por varios minutos. Comienzo a pensar dentro de mi mente hasta que me decido y lo hago.

– Daniela, necesito que me escuches un momento, mira, yo lo he estado pensando mucho y... Creo que es el momento indicado. Hace un tiempo que me están pasando cosas contigo y quiero hacerte una pregunta. – Me arrodillo frente a ella y le pregunto. – ¿Quieres ser mi novia?

Daniela se tapa la boca con una mano, sorprendida, y comienzan a salirle algunas lágrimas. Hasta cuando está llorando se ve hermosa.

– Sí, Esteban. Obvio que sí. – Me pongo de pie y la beso, el beso es muy suave, tierno, lento, muy largo, pero lleno de emociones. Soy el primero en decirlo.

– Te amo, Daniela.

– Te amo, Esteban.

Y así fue como Daniela aceptó ser mi novia, no me lo puedo creer, ¡Oficialmente somos novios!, estoy demasiado feliz, la amo, muchísimo, soy el hombre más feliz de este planeta y de todo el universo.

A los minutos, nos vamos a su casa, conocí a sus padres. Amanda y Rodrigo. Son muy agradables, me hicieron algunas preguntas, no son intensos como mis padres, ellos son muy amables, en serio que Daniela es muy afortunada de tenerlos, desearía que mis padres fueran así, que no controlen tanto la vida de uno. Estuvimos compartiendo unas horas y cuando me dí cuenta de que ya casi se hacía de noche, decidí irme a mi casa. Me despedí de los padres de Daniela, y con ella nos despedimos con un beso, muy largo, que casi duró como 2 minutos, luego me subí al autobús. Después de bajarme en la parada que está cerca de mi casa, me dirijo a ésta, y cuando llego me encuentro a mis padres muy serios sentados en la mesa, y pienso en que algo pasó y que tiene que ver con mi hermana. El corazón me latía a mil por el miedo, y la ansiedad. 

– Hola, ya volví.

– Esteban, siéntate por favor. – Dice mi madre.

–¿Qué pasa ahora? – Me siento para hablar tranquilamente con ellos. – ¿Tiene que ver con Julieta?

– No, Esteban, es otra cosa que tenemos que hablar, y es importante. – Agrega mi papá.

Ok, me asusté por un momento, creí que tenía que ver con mi hermana. 

Mi padre rompe el silencio y me asusto por un momento ya que me hizo salir de mi mente.

Tu madre y yo lo hemos estado pensando mucho y... Llegamos a la conclusión de que nos equivocamos. Tienes razón, Esteban, ya estás grande, no eres un niño, eres un adulto. Lo entendemos, a los padres nos cuesta aceptar que ya creciste, siempre vas a ser nuestro hijo, Esteban. Pero sabemos que tal vez te hacemos daño, no te dejamos crecer y ser libre. – Mi mamá ya comenzó a llorar como una Magdalena, ya sé que soy su hijo, y siempre lo voy a ser, pero también me tienen que dejar vivir, tampoco puedo vivir controlado todo el tiempo. – Sandra no llores, cálmate, tienes que estar tranquila. Es lo mejor para Esteban. Es por su bien.

– Lo sé, pero es que... No... No puedo creer que ya es un adulto. – Dice mi mamá con voz rota. – Pero sí, es lo mejor.

– Muchas gracias papás, los quiero muchísimo.

– Nosotros también. – Agregan los dos al unísono.

Es muy bueno que ahora mis padres me den mayor libertad. 

Me voy a mi cuarto después de hablar con mis padres y darnos un abrazo largo y un poco asfixiante, pero cálido. 

Cuando entro a mi habitación y cierro la puerta me encuentro con un papel encima de mi cama, y lo que dice me deja sin palabras.

Nunca vas a encontrar a tu hermanita. Nunca. Ella está en un lugar muy lejano dónde tú jamás vas a poder encontrarla. Si quieres que siga con vida, deja de buscarla, si no haces lo que te digo, voy a asegurarme de que no vea la maldita luz del día.

Esto no puede estar pasando, no puede ser. 

¿Cómo entro a mi casa? ¿Cómo entró a mi habitación? 

De algo estoy seguro. Alguien nos está vigilando, muy de cerca.  Está pendiente de cada movimiento que damos, de seguro nos vigila a cada uno de la familia.

No, no quiero dejar de buscar a mi hermana, necesito saber dónde está y que carajos quiere el que la secuestró. Después de unos instantes veo que en mi cama no sólo estaba la nota, si no un pendrive, lo conecto a mi computador, tiene un archivo, cuando lo abro comienza un video. Mi hermana aparece atada de brazos y pies a una silla y con una cinta en la boca, sus ojos están aguados, está llorando. De fondo se escucha a mi hermana que está sollozando y gimiendo del dolor. Y se escucha una voz alterada.

Saluda a la cámara, maldita perra, saluda a tus papitos y a tu querido hermanito. Escuchen con cuidado lo que voy a decir, si siguen buscando a esta perra les juro que les haré sus vidas realmente miserables, y me encargaré de que esta tonta no los vuelva a ver nunca más en la puta vida.

Cuando termino de ver el video me rompo y me pongo a llorar, duele ver a mi hermana sufrir de esta manera, y atada, sin poder hablar, queriendo ayuda, queriendo que alguien la vaya a rescatar y que la saquen de ahí. Cómo duele esto. No voy a dejar que le hagan daño, pero tampoco puedo dejar de buscarla, tengo que encontrarla, tengo que ayudarla. 

No voy a detenerme hasta encontrar al infeliz que tiene secuestrada a Julieta.

Va a pagar por todo esto que nos está haciendo.

Este ha sido el mejor y peor día de mi vida.

Mi Búsqueda DesesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora