Capítulo 7. "Face to face"

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23 de Octubre 2021

El día de la tragedia

Julieta

Me fue imposible dormir anoche, no pude sacarme esas malditas imágenes de la cabeza, es que no puedo creerlo, una de las personas que más amo es un traidor, un mentiroso, un asqueroso. Me duele lo que hizo.

Esteban

Hace un rato salí de la universidad, me fui a encontrar con Daniela, Raquel, Sofía y Dante. Hablé con él y su padre para pedirle si nos puede ayudar con la búsqueda de mi hermana. En estas semanas de abril no me ha llegado ninguna nota de la persona que tiene secuestrada a Julieta. Por suerte. Hemos estado más atentos a cada movimiento que hacemos, cada rincón de cada lugar por si alguien nos está vigilando. No se ve a nadie que nos esté espiando. Todos se van a sus casas, mientras que Daniela y yo nos quedamos solos en el parque cerca de su universidad. Nos quedamos escuchando música en la radio y de repente suena una canción que me encanta de una serie Disney. "Cuéntales" de "Isabela Souza" y "Julio Peña" de "BIA". Es una canción preciosa. De alguna forma la letra de la canción me hace sentir identificado con mi relación con Daniela. Para mi sorpresa, ella comenzó a cantar el coro conmigo. Yo me quedé sorprendido, no sabía que le gustaba esa canción, y tal vez la serie.

– ¿Cómo te sabes la canción? – Ella me mira con una cara también sorprendida. – ¿Te gusta "BIA"?

– Sí, ¿Y a ti te gusta la serie?

– Sí, y sobre todo esta canción.

Suena de nuevo el coro y cantamos los dos juntos al unísono.

"Cuéntales, te enamoraste por primera vez, sin darnos cuenta nuestro mundo cambié, sabes todo de mí, no puedo estar sin ti. Pero cuéntales, que no pienso rendirme ésta vez, y esa promesa que no te iba a perder, no la voy a romper, no la voy a romper."

Por un momento, el mundo se detiene y sólo somos Daniela y yo. Nos quedamos mirando por muchos segundos y me acerco a ella y estampo mis labios contra los de ella. Se sienten tan suaves, húmedos, y me hacen tocar las estrellas. Ella es el paraíso. Desearía estar así por el resto de mi vida, pero de repente siento una sensación muy extraña en el pecho, no sé si va a pasar algo bueno o malo. Me separo de ella y de repente creo ver a alguien detrás de un árbol. Me asusto un poco y Daniela me pregunta que es lo que me ocurre.

– ¿Qué te pasa? ¿Qué viste?

– Creí que nos estaban observando detrás de ese árbol, pero creo que no hay nadie.

– Bueno, amor. Creo que será mejor que nos vayamos de aquí.

– Está bien, que llegues con cuidado a tu casa. Te amo.

– Te amo, Esteban. Chau.

Tomo un autobús para que me deje cerca de mi casa. Me bajo y camino hacia ésta. Cuando me voy acercando me doy cuenta que la puerta está abierta, con mucho cuidado me acerco a ésta y el miedo me invade por dentro, el corazón me late a mil. Entro y veo todo desordenado, es como si un ladrón hubiera estado buscando algo en específico. Voy a la cocina y no hay nadie. Pienso en ir a los cuartos de arriba, voy subiendo las escaleras de forma silenciosa y voy primero al cuarto de mis padres. Lo mismo, todo desordenado. Pero no hay nadie. Luego, me aproximo al cuarto de Julieta, y su cuarto está ordenado. Eso es rarísimo. Después voy a mi habitación y aquí es dónde el miedo aumenta. Abro la puerta y no hay nadie. Está ordenada, no hay nada. Es muy raro que abajo y en la habitación de mis padres estuviera todo desordenado mientras que en el cuarto de Julieta y en el mío estuviera ordenado. Y de repente siento un ruido abajo, me asusto y sigilosamente bajo las escaleras. Los ruidos vienen desde la oficina de mi padre. Me acerco a la puerta. Y rápidamente abro la puerta de golpe y veo a alguien completo de negro y con una capucha puesta y también una máscara. Ambos nos quedamos mirando y me doy cuenta que tiene una cuchilla y se me está acercando. Al darme cuenta de sus movimientos me alejo corriendo hacia la puerta principal para salir corriendo de ahí. Al salir busco mi celular para llamar a la policía y también a mis padres y contarles lo que acaba de pasar. Estoy temblando del miedo, pasan unos quince minutos y aún no sale el hombre de la máscara. Entro despacio a la casa y rápidamente paso por toda la casa. Se ha escapado. Tal vez por el patio trasero. En ese instante llegan mis padres.

– ¡Hijo! ¿Estás bien? ¿No te pasó nada? – Pregunta mi mamá muy asustada, con cara pálida. – ¿Qué fue lo que pasó?

– Estoy bien, mamá. Vi a alguien de negro en la oficina de mi papá.

– ¿En mi oficina? ¿Cómo lograron entrar ahí? – Pregunta mi padre.

– No tengo idea.

– Es imposible que hayan entrado a mi oficina. Yo siempre dejo cerrado con llave.

– ¿Te dijo algo ese tipo? – Mi mamá pregunta

– No, sólo se me acercó con una cuchilla.

– ¡¿Con una cuchilla!? – Preguntan mis padres al mismo tiempo.

– Sí... Hay algo raro aquí.

– ¿Por qué dices eso hijo?

– Porque si se dan cuenta sólo está desordenado aquí, en su habitación, y en la oficina de papá. En el cuarto de Julieta y en el mío está ordenado.

– ¿De verdad?

– Sí. Algo están buscando y no sé que es. Pero tengo que averiguarlo.

– No, ni lo pienses, Esteban. Es peligroso. No te expongas en esto.

– Papá, ¿Y si tal vez lo que busca tiene que ver algo con lo de Julieta?

– ¿Por qué piensas eso?

– No sé. Tal vez sea eso.

– Esteban no te metas en esto. Es mi última palabra. Suficiente haz estado haciendo buscando a Julieta.

– Pero, papá...

– Pero nada, Esteban. Ve a tu cuarto, nosotros veremos que vamos a hacer al respecto.

Subo a mi cuarto, y a los dos minutos escucho que llegan los policías. No dejo de pensar en todo lo que acaba de ocurrir hoy. No dejo de preguntarme si volveré a ver face to face al tipo que estaba en la oficina de mi padre. Tengo un miedo muy grande. ¿Qué tal si vuelve con un arma esta vez?

Pero no me puedo detener ahora, no puedo dar vuelta atrás, no puedo retroceder. Ya hemos llegado lejos como para terminar de buscar a mi hermana.

Tengo que continuar con mi búsqueda.

No pienso rendirme.

Mi Búsqueda DesesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora