Esteban
¿Por qué Ethan y Dante se miran de esa manera? Se notaba la tensión entre ellos. Decidí ir con ellos antes de que ocurra cualquier otra cosa.
– Hola, chicos. – El primero que me miró fue Dante, seguía tenso.
– Hola, Esteban. Vine porque necesito hablar contigo. – Dante volvió a mirar a Ethan. – A solas.
– Pero ahora no puedo, Dante. Voy a salir con los chicos. – Miré a Ethan. – Ethan, ¿tú que haces aquí?
– Vine porque Raquel me pidió que le trajera algo. – Raquel vino hacia nosotros corriendo. Ethan le pasó la cartera a su hermana.
– Gracias, Ethan.
– De nada, torpe.
– Estaba apunto de llamarte mi héroe, pero no te lo ganaste al llamarme "torpe".
– Bueno, nos tenemos que ir, ¿verdad Raquel?
– Sí, chicos. Nos vemos luego.
– Chau.
Nos fuimos de ahí, miré hacia atrás para ver si se seguían mirando de mala manera Dante e Ethan, pero vi que Ethan se estaba subiendo a su auto. El que nos estaba mirando era Dante. Decidí seguir adelante e ir con los demás a comer.
A las horas después de comer, Daniela, Sofía, Raquel, Julieta y yo nos quedamos hablando. Danilo se tuvo que ir.
– Chicas, Danilo es encantador. Me encanta cada día más. Estoy enamorada. – Sofía dijo, dando un suspiro dramático.
– Oh, mierda. No me había dado cuenta de eso. – Se burló Raquel. – Desde el día que lo viste por primera vez no dejas de hablar de él, Sofía.
– Es que es tan guapo. Y tan caballero, y tan simpático, y tan perfecto.
– Ay, por dios, ya bésense. Los shippeo. – Dijo Julieta. – #Danía o #Sofianilo.
– ¡#Sofianilo me gusta más! – Dijo Daniela.
– A mí también. – Dijimos Sofía y yo al mismo tiempo.
– Esto es ridículo. Todos tienen pareja y yo no tengo ninguno. – Se quejó Raquel.
– ¿Y cómo yo no estoy en una relación? – Le dije. – Estoy soltero hace varios meses.
– Ah, por cierto. ¿Qué onda con Dante?
– Sí, es cierto. Hoy cuando lo vimos, me di cuenta que no nos sonreía a nosotros, si no a un chico llamado "Esteeebaan" – Canturreó Sofía.
– Nada que ver, chicas.
– ¿Vas a mentirnos en la cara? Julieta nos contó que se te declaró hace un tiempo.
– ¡Julieta!
– Lo siento hermanito, no me aguanté las ganas de contarle a las chicas.
– Pasa que... Dante... y yo... nos besamos en la fiesta de Raquel.
– ¡AAAAAAAAAAHHHHHH! ¡No lo puedo creer, me voy a morir!. – Gritó Sofía, haciéndonos saltar del susto a todos. – ¿Por qué no nos contaste esto? Son detalles importantes. Tienes que mantenernos al día con el chisme.
– Es que todo pasó muy rápido, fue por eso que me fui de la fiesta. No era porque me dolía la cabeza cómo les había dicho, fue por lo del beso.
– ¿No te gustó el beso? – Preguntó Daniela. – ¿O es por qué no te gusta él?
– Es que somos sólo amigos, yo no quiero ser algo más que eso con Dante. Yo a él solo lo quiero como un amigo.
– Por ahora, tal vez, más adelante te guste. – Dijo Raquel tomando un sorbo de su botella de cerveza.
– Sólo necesito tiempo para pensar y aclarar mis ideas.
– Eso es lo que debes hacer, Esteban. – Comentó Julieta poniendo una mano en mi hombro. – Ay, qué buena soy dando consejos.
– Eso es cierto.
– En lo que eres muy buena, maninha. Es en andar contando chismes a los demás, sin mi permiso.
– Perdón, maninho. Es que yo a las chicas les cuento todo. Lo que no les conté fue cuando vi llorando a Dante después del beso en la fiesta.
– ¿Qué? ¿Cómo que Dante estaba llorando?
– Sí, estaba triste por lo del beso.
– Ay no, tengo que hablar con él. – Me levanto rápidamente tomando mis cosas.
– Hey, tranquilo.
– No, no puedo. Lo dejé llorando, no era mi intención. Perdón, chicas. Nos vemos luego.
– Espera, Esteban.
Salí apurado del local, paré un momento para llamar a Dante.
– ¿Hola?
– Hola, Dante. ¿dónde estás?
– Estoy en mi casa. ¿por?
– Voy para allá. Te veo luego.
– Ok.
Y así me dirigí a casa de Dante. Necesito hablar con él, decirle que no quería lastimarlo de esa manera, no era mi intención hacerlo sufrir.
Llegué a su casa después de media hora. Estoy algo nervioso, no sé porque, pero mi mente me dice que tengo que hacerlo, debo disculparme con él, no quería dejarlo llorando así. Así que decidí tocar el timbre de su casa. Salió Dante con el pelo desordenado y en pijama.
– Hola, Dante.
– Hola, Esteban.
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Mi Búsqueda Desesperada
RandomEsteban es un chico de 19 años. Su vida cambia tras enterarse que su hermana "Julieta", está desaparecida, y no sólo eso, está secuestrada. Se va a ir acercando al entorno de su hermana para descubrir quién es el culpable de su secuestro. Va a conoc...