-Capítulo 14-

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Dos semanas habían pasado desde el viaje a Bulgaria y Artemis se sentía cada vez más a gusto con su trabajo, su nuevo hogar y sus nuevos amigos. Con el paso de los días había comenzado a frecuentar las casas de sus compañeros y compañeras de trabajo, además de pasar aún más tiempo con Freya. Descubrió que, dejando de lado a Theodore que tenía intenciones con ella, eran todos muy simpáticos y amables.

La relación con Charlie se mantuvo estable, Artemis procuraba no arruinar su preciado "ambiente de trabajo", aunque de vez en cuando jugaba algunos movimientos para mantenerlo interesado. Un poco de escote, llegar tarde a la firma luego de cada día, labial y un perfume que olía de mil maravillas. Ella sabía que él se estaba conteniendo, y también sabía que no tardaría mucho en volver a caer. Solo tenía que esperar.

El lunes a las tres de la tarde, luego de un largo almuerzo, volvió a su lugar habitual junto a Freya. Los visitantes eran pocos los lunes así que no estaban teniendo un día especialmente ajetareado.

-El sábado festejaré mi cumpleaños, querida Missy-le comentó-. Estás más que invitada, por supuesto.

Artemis le sonrió a su amiga.

-¿Quieres que vaya antes para ayudarte?

-Me encantaría que vinieses a maquillarme-le respondió Freya riendo-. Así que sí, por favor. Mi departamento es un desastre.

-Allí estaré-respondió Missy.

Iba a seguir hablando con Freya sobre los visitantes de ese día, solían comentar sobre todos y muchas veces su amiga le contaba datos sobre quienes venían. Una vez incluso se dieron cuenta que uno de los magos de Rumania estaba engañando a su esposa porque trajo a su amante al centro.

Sin embargo, este plan se vio interrumpido por la llegada de un rubio al centro.

-Quién es ese dios griego-preguntó Freya.

Artemis volteó a ver, esperando encontrar al nuevo amor de su vida. Sin embargo, solo vio a su hermano.

-¡APOLO!-exlamó ella, más que emocionada.

-¡MISSY!-respondió él.

Ella salió de su escritorio y corrió a abrazar al rubio que todavía tenía el bolso sobre el hombro.

-¿Qué haces aquí?-preguntó confundida.

-Bueno, tenía dos días libres y Bjorn me envió la foto del centro por si quería aparecerme algún día...

-¡Te extrañé mucho!-exclamó ella volviendo a abrazarlo.

-Yo más hermanita, yo más-respondió Apolo sonriendo.




Charlie había estado meditando mucho sobre el tema Artemis. Estas dos semanas habían sido duras, pero tolerables. Sin embargo, no sabía cuánto más podía aguantar.

Usualmente no almorzaba fuera de su lugar de trabajo. Trataba de quedarse con los dragones que tenía a cargo lo máximo posible, pero por alguna razón, decidió que hoy sería un buen día para tomar un café en alguno de los restaurants cercanos al centro.

Como detestaba aparecerse, fue caminando. Eran casi las tres de la tarde, además de ser lunes, y Pietro le debía varios favores así que tardaría lo necesario por tener ese preciado café de Mom Rileys que tanto le gustaba. Un gran, gran error.

Artemis le había coqueteado disimuladamente durante estas dos semanas, lo cual lo volvía loco, como todo aquello que uno quiere y no puede tener. Claramente la técnica que más le dolió fue la de utilizar a Theodore, pero él sabía que Nott no tenía ninguna chance con ella. Sin embargo, dudó de si mismo al verla abrazada a ese rubio.

Dragones y flechas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora