-Capítulo 19-

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Los dragones de Eleonor nacieron una semana después, tal y como había dicho Charlie. Artemis tuvo que cerrar el centro de urgencia junto con Freya, guiando a los visitantes a la puerta de salida y entregándoles vales para usar durante el mes a manera de compensación.

Bjorn estaba tan emocionado como ansioso, y les había indicado a ambas que era de suma importancia que nadie fuera del personal quedara en el Centro de Dragones, porque el nacimiento de los pequeños hijos de Eleonor era demasiado especial y no era algo para comercializar. Así que ellas se encargaron de llevar a todos los visitantes, que por suerte eran pocos, hasta la salida.

Una vez que terminaron, ambas se aparecieron en la zona de Charlie, para presenciar el nacimiento. Todos estaban del otro lado de la valla, atentos a los movimientos del pelirrojo.

-Weasley nos dijo que si entrabamos, nos cortaría las piernas-indicó Samuel, negando la cabeza divertido.

-Hay que dejarlo hacer su trabajo-dijo Bjorn entre medio de todos.

-Es el mejor con esto-repuso Pietro-. Al menos con la crianza...

-Y adora a Eleonor así que imagino que va a estar contento unas semanas-añadió Fénix.

-Últimamente está de mejor humor, ¿lo han notado?-preguntó Dafne.

-Me pregunto, ¿por qué será?-preguntó Freya, y Artemis le dio un codazo disimulado.

-Quizá solucionó sus problemas con Annika-aventuró Pietro.

-¿Quién es Annika?-preguntó Artemis y se arrepintió al segundo de haber hablado.

-Oh, no estabas antes pero Annika es una de las pocas que pudo retenerlo más de tres noches-le explicó Fénix-. Pero jamás pasó a mayores, creo que se pelearon hace poco.

-¿Hace poco?-indagó Freya, pensando en su amiga.

-Hace algunas semanas...-siguió explicando pero Bjorn lo detuvo.

-Quizá lo mejor sería no hablar de la vida privada de Charlie mientras está trabajando frente de nuestras narices-dijo y todos callaron.

Artemis comenzaba a aburrirse, por mucho que le gustara Charlie, él no estaba haciendo más que hablar con Eleonor y medir los huevos. Minutos después, Weasley se apareció frente a ellos, provocando que Theo trastabillara hacia atrás por el susto.

-Hola-saludó en general-. Lo mejor será que se vayan a la cabaña-indicó, señalando una cabaña dentro del campo, pero rodeada de hierbas-, así Eleonor no se pone nerviosa porque honestamente, puede olerlos a todos ustedes, y apestan a ansiedad.

-Lo siento, Charlie, no queríamos interrumpir-respondió Bjorn-. Ya vamos.

-Está bien, no hay problema. En unos minutos van a nacer-repuso Weasley. Miró a Artemis a lo lejos pero no hizo nada más-. Hoy no podrán acercarse de todas formas, es demasiado prematuro. Creo que lo mejor será que pase la noche aquí.

-Claro-aceptó Bjorn-. Las chicas pueden traerte la cena, ¿no?-preguntó mirando a Freya y a Artemis.

-Sí-asintieron ambas.

-Genial, bueno, vuelvo al trabajo, vayan a la cabaña, ya mismo-les dijo.

Todos obedecieron y minutos después entraron en una cabaña que solo tenía algunas sillas y una cocina ínfima, probablemente para que Charlie usara cuando quería comer o tomar algo en sus horas de trabajo.

-Ambas abemos quien va a ser la encargada de traer la comida hoy, ¿no?-le preguntó Freya en un susurro y Artemis se rio.

-No veo otra opción viable-respondió Missy.

Dragones y flechas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora