—¿Para qué demonios tienes un móvil si no contestas las llamadas? —La voz enfadada de Yoongi despertó a Taehyung un martes a las ocho de la mañana.
—Es temprano. ¿Qué pasó? —le preguntó con voz ronca, enderezándose en la cama mientras sobaba sus ojos con la mano libre.
—Te estoy esperando en la cafetería del centro para desayunar, claramente. —La respuesta llegó con tono de obviedad, como si la información recibida no fuera algo nuevo para Taehyung, quien con el ceño fruncido, separó el celular de su oreja para observar el calendario. No recordaba tener nada planeado para aquel día.
—¿Íbamos a vernos? No recuerdo haber acordado...
—No íbamos, vamos a vernos. Y no debes recordar algo que no planeaste, yo acabo de decidir que nos veremos, así que apresúrate. Por cordialidad no he pedido nada y la gente me observa, creo que creen que me han plantado, qué vergüenza.
Escuchar a Yoongi abochornado siempre resultaba gracioso. Taehyung se rio bajo para no ser descubierto en plena burla y preguntó por la ubicación del sitio de encuentro mientras removía el edredón de encima, arrepintiéndose cuando el frío golpeó su cuerpo. Informó que se daría una ducha y llegaría al lugar tan pronto le fuera posible.
Suspiró cuando el llamado fue colgado. Estaba algo sorprendido por el pedido repentino de Yoongi, pues su relación con sus amigos funcionaba más como un equipo en conjunto que de manera individual; se llevaba bien con ellos, los adoraba, pero rara vez solía verlos de forma particular, a excepción de Jungkook, claro. No se trataba de vínculos profundos, sino, en realidad, de personas con las que intercambiaba memes y vídeos por el chat privado de Instagram junto a alguna breve conversación trivial y, posiblemente, forzada por la cordialidad y el manual implícito de cosas que hace un buen amigo.
Estaba arraigado a un círculo de amistades pequeño, donde la falta de tiempo y la distancia provocaba que lentamente, sin tenerlo muy en cuenta, se quedara solo. No servía para mantener relaciones y terminó por adaptarse a ello. Ignorando por completo extrañar a los amigos que había hecho en el colegio o en sus primeros años de universidad, quienes habían dejado de insistir con pasar un rato en conjunto. Ni siquiera hablaba con su propia familia más que con su madre y padre.
Agradecía que, en aquella ocasión, la persona que le forzaba a tener un encuentro fuera Yoongi. Se trataba de una de las pocas personas con las que podía hablar sin parar, sin sentir que faltaba alguien para mediar la conversación o guiar la reunión. Motivado por ello, llegó apresurado a la cafetería previamente indicada, ingresando al negocio con ojos que servían escáner al analizar cada rincón del sitio, deteniéndose en la cabellera rubia que era tan identificativa del mayor. Se acercó a él con algo de temor por la espera, ya que llevaba allí unos cincuenta minutos, mas no recibió queja alguna, era lógico que no había forma de que llegara en hora.
—He llegado. —Se dejó caer en la silla que se encontraba al frente, quitándose los guantes para dejarlos sobre la mesa.
—Increíble, solo te esperé una eternidad completa —bromeó a modo de respuesta, deslizando el menú que tenía en frente hacia el otro extremo de la mesa—. Pide lo que quieras para desayunar, tendré piedad de ti y pagaré tu comida; es lo que ganas por reprobar.
—¿Quién diría que no recibirse resultaría tan práctico? —vaciló, ignorando que sus propias palabras dolían. Era una herida reciente, no superaba haber fallado por ser un tonto enamorado.
Yoongi ignoró el comentario con el fin de dar inicio a una conversación casual con la que ponerse al día con su amigo. Taehyung supo, a raíz de ella, que el mayor trabajaba en nuevos proyectos y se encontraba emocionado, poco a poco se aproximaba a la oportunidad de sus sueños como productor. Además, obtuvo de primera mano información curiosa sobre ciertos personajes de la industria. Siendo eso prohibido, pues Yoongi había firmado cientos de contratos de confidencialidad; no era algo que molestara a ninguno de los dos, ya que compartir noticias que parecían sacadas directamente de una revista amarillista con los títulos más irreales era apasionante para ambos, pero moría en sus reuniones casuales.
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HURTS LIKE HELL ┃ kookv
FanfictionㅤTal vez, esperar que Jungkook se enamorara de él fue demasiado pretencioso de su parte. Tal vez, por eso, había sido condenado a la tristeza absoluta de verle ser feliz con alguien más. ۰ historia original ۰ angst, friends to lovers