HURTS LIKE HELL ┃ kookv

不安; i have to go

                Taehyung habría estado encantado si, luego de aquella última noche juntos, Jungkook le hubiera escrito un mensaje, como mínimo. No pedía mucho, dos palabras, un emoji, un meme, cualquier cosa que demostrara un interés pequeño en continuar relacionándose. Un simple intercambio digital le serviría para saciar su necesidad de saber cómo se encontraba él. Podía parecer una tontería, pero dos días habían pasado y estaba destrozado por la falta de contacto. 

Seguía cuestionándose cómo sobrevivía a un corazón roto, era una pregunta difícil para la que, hacía mucho tiempo, necesitaba una respuesta; mas en el momento en el que se encontraba se detestaba a sí mismo. Creía que había encontrado una solución, que podría repararlo, pero solo se trató de un fuerte sometimiento a una ilusión sin ningún fundamento, sin solidez. 

Jungkook logró recoger los trozos de su corazón desgarrado y los cuidó lo suficiente para lograr reunirlos lentamente; les dio calidez y cariño hasta que lo pudo unir en una única pieza y luego, sin aviso previo, lo dejó en el suelo y se alejó. Al marcharse lo pisó. Quizá sin querer, quizá intencionalmente en base al plan que Taehyung había propuesto aquella tarde en el auto, el que entre besos y caricias juraron que jamás debió existir.

La montaña rusa emocional en la que vivía había tocado el punto más bajo una vez más, lo que le empujaba a que, nuevamente, no tuviera intención alguna de moverse fuera de su cama. 

Le restaban tres días para reunirse con la poca gente que quería para despedirse de ellos sin que lo supieran. Quería visitar a Yoongi en su estudio; llegar de imprevisto al apartamento que Jeonghan y Hongjoong compartían sin aviso previo; dar un paseo con Bogum, pagarle una cena y pedirle a Sohyun que les acompañara. Repetir experiencias del pasado para intentar encontrarse a sí mismo sin ninguna preocupación en mente mas que los exámenes que aún tenía pendientes en la universidad.

Quería volver a sentir, al menos por un instante, que todo estaba bien. Quería permitirse ser feliz en aquel sitio que no tenía nada más para ofrecerle que el recuerdo constante de que enamorarse de la persona equivocada podía costarle hasta las ganas de vivir si no era consciente de cómo lidiar con la situación correctamente.

—Taehyung, es hora de comer. 

Bogum abrió la puerta de su habitación sin siquiera tocar, encontrándolo boca abajo en la cama, con la cara enterrada en la almohada. Llevaba consigo una bandeja con un tazón con ramen y dos palillos.

—Taehyung, ¿qué te dije de dormir contra la almohada? ¿No ves que te puedes ahogar?

—Ojalá. —Hizo más presión contra la superficie mullida, separándose al sentir un tirón en sus cabellos.

—Tú no te mueres, menos bajo mi techo, ¿me oíste?

—Muerto o en Inglaterra, son similares. No estaré aquí, ¿qué más da?

—No hagas esos comentarios, ¿quieres? —dijo molesto, cruzándose de brazos—. Ya suficiente me duele tener que dejarte ir lejos de mí. Lo único que veo de bueno a todo esto es que cuando vuelvas me vas a hablar con acento británico —murmuró en voz baja, Taehyung le observó con una expresión incomprendida—. Ya sabes. —Se encogió de hombros—. Give me da watta... —Exageró la tonada, arrancándole una risa al contrario. 

—Confías demasiado en mí, apenas recuerdo cuándo debo usar on o in.

Bogum se acomodó en la cama, sentándose con cuidado antes de tomar la bandeja en la que llevaba la comida para colocarla en sus muslos. Utilizó los palillos para agarrar una buena cantidad de fideos y levantarlos reiteradas veces, luego colocó su mano debajo de ellos para evitar que cualquier líquido que resbalara de los mismos manchara la ropa de Taehyung o las mantas sobre las que se encontraban y acercó el alimento a la boca contraria, consiguiendo que se abriera para recibir la porción que ofrecía.