キスして; i did something bad, but you know i don't want to hurt you

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                 La sensación de las manos trémulas de Taehyung presionando su piel con nerviosismo le mantuvieron en un estado ansioso incluso cuando se encontraba a solas en el auto. Sus dedos tamborileaban el volante con un ritmo veloz y caótico. Apenas unos veinte minutos atrás había realizado el examen teórico en el cual daba respuesta a una serie de preguntas sencillas relacionadas con las reglas de conducción que debía conocer para poder circular por la vía pública con un vehículo. Lo que, en realidad, se resumía a que hacía aproximadamente una hora abandonó al hombre de cabellos negros y, aún así, seguía sobresaltado por el pedido que le fue realizado.

Estaba inquieto y no se debía al instructor que con pasos lentos se acercaba a él para subir a sentarse en el sitio de copiloto, tampoco a la pista de obstáculos a la que tenía que enfrentarse, sino a Taehyung, quien con sus codos apoyados sobre sus rodillas y la parte superior de su cuerpo inclinada hacia delante, le esperaba desde el banco de acompañantes.

El pedido era lo más inusual que alguna vez oyó en sus veintiséis años. Era todo lo contrario que esperaba oír de alguien que estaba enamorado. Gracias a ello, logró comprobar una idea que rondaba la población de manera genérica: Las personas que se enamoran se vuelven estúpidas y, en caso de no ser correspondidos, esa estupidez se intensifica. Por ese motivo, Taehyung le había solicitado, casi rogando, que le rompiera el corazón sin ningún tipo de compasión ni rastro de piedad.

Empezó a cuestionarse si era lo que realmente tenía que hacer. ¿Acaso su postura de mantener la paz e intentar reducir daños no era la adecuada? ¿Debía actuar de una manera desconsiderada y romperle el corazón a una de las personas que más quería, no, amaba, en el mundo?

Era absurdo pensarlo. Ridículo cuando consideraba llevarlo a cabo y, con ese último pensamiento, empeoró la situación al reconocer lo insensato de cada escenario que cruzó su cabeza, pues todas ellas incluían las ganas de saciar su curiosidad en torno a lo que podría significar Taehyung en una relación romántica; sin embargo, no era un ser infame para experimentar con su mejor amigo, ya que no era alguien a quien tenía a su merced para apaciguar los caprichos adolescentes que arrastraba hacía tiempo o sus dudas actuales.

Sacudió su cabeza, queriendo dar un paso al costado en esa red de pensamientos, cuando el mismísimo instructor Choi, con quien tanto había aprendido en las últimas semanas, se sentó a su lado, dándole indicaciones de cómo sería llevada a cabo la prueba práctica. Debía estar centrado para dar con su licencia, pues en caso contrario, supondría una gran pérdida de dinero para su bolsillo. Aquellas clases que tomó y el examen que estaba a punto de rendir no eran especialmente baratos, no podía darse el lujo de fallar.

En cada breve instante en el que debía frenar aprovechaba para echar un vistazo a la banca donde Taehyung se encontraba. Su postura había cambiado, con la espalda recta y una sonrisa ausente de emoción alguna en su rostro, descansaba allí, con sus ojos siguiendo el recorrido del coche. 

Jungkook tragó saliva, la imagen de su amigo le otorgó ciertas ansias de acabar con ello cuanto antes para ir en su búsqueda. Tenía la intención de llevarle a comer para poder conversar con tranquilidad del tema. Era un plan fantástico; descansados, con el estómago lleno y el tiempo suficiente a su disposición podrían discutir al respecto con madurez, sin levantar la voz ni atravesar por exabruptos emocionales. Necesitaba resolverlo, sentía que, en caso contrario, enloquecería. El caos se había instalado en su cabeza e íntegramente lo que le mostraba a futuro eran escenas en las que él arruinaba todo por su falta de habilidades para enfrentar una situación como aquella. 

Su planificación, en parte, fue correcta. Su idea principal parecía ir a la perfección y, tras finalizar su examen, con unos treinta minutos de espera donde se le dio por aprobado, se le tomó una fotografía y posteriormente se le entregó un carné plastificado que le conmemoraba capaz de conducir un vehículo de cuatro ruedas. Corrió hacia Taehyung emocionado, exclamándole con alegría que lo había conseguido.

HURTS LIKE HELL ┃ kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora