HURTS LIKE HELL ┃ kookv

ゲーム; keep playing, do it

              Para el martes, Jungkook envío muchísimos mensajes a Taehyung, pero ninguno fue contestado hasta que llegó la tarde. Había intentado ocuparse de otras cosas a lo largo del día; eso incluía ignorar a toda costa cualquier acción que tuviera que ver con él. Risible fue, cuando a la noche, cansado de batallar contra sí mismo, sintió una serie de golpes en la puerta que conformaron un ritmo específico, uno realizado con el propósito de generar un código que solo ellos dos conocieran. 

Fallando, Bogum también lo conocía, por lo que dejó que fuera Taehyung quien se encargara de abrir la puerta a Jungkook, dándole una mirada de desaprobación previo a recibirle. 

Jungkook ingresó casi atropellando a Taehyung, reclamando haber sido ignorado a lo largo del día; mencionó estar preocupado por aquella actitud, no porque fuera extraña en Taehyung, sino porque se había dado justo después de una situación crítica en la que se habían besado; exigió comprensión hacia su lado.

Casi ahogándose por su propia saliva, Taehyung pidió disculpas por su accionar. Se quedó sin palabras al recibir un beso sobre los labios, el cual fue presenciado por Bogum, quien fingió centrar su vista en el PDF que leía en su portátil. No emitió sonido alguno, ignorando al intruso cuando le saludó cordial para huir apresurado a la recamara del menor, queriendo escapar del bochorno y la sensación que le generó ser visto bajo una situación como aquella.

Dentro de la habitación, ninguno de los dos decidió continuar con la mención de lo que ocurría y Jungkook, reconociéndose como el maestro de generar encuentros risibles, pidió ayuda para algunos de los detalles finales de la boda. Taehyung no se opuso y recibió instrucciones exactas para seguir al día siguiente.

Otro beso más fue la despedida de la noche y Taehyung, sin ser capaz de discernir si aquella era la realidad pura o si simplemente se trataba de un sueño, se recostó en su cama, esperando despertar en algún momento mas, al contrario, solo se durmió profundamente.

El miércoles se encontraron en la estación de autobuses alrededor de las diez de la mañana y caminaron una larga distancia hasta llegar al lugar que Kyulkyung se encargó de buscar por cada rincón de la ciudad. Jungkook se sorprendió ligeramente al verlo, a pesar de que ya había estado allí con su prometida. 

Taehyung también se vio impactado por la estructura interna del edificio y, como un joven amante del arte, no pudo resistirse a hablar de algunos aspectos arquitectónicos que observaba conforme sus ojos recorrían el friso que se encontraba en la parte más alta de las paredes. Su tono de voz era bajo, por lo que Jungkook caminaba a la par suya para oírle con claridad, con el brazo rodeándole por la cintura. No fue un detalle que pasara desapercibido para el contrario, quien decidió no prestar atención y continuo con su charla.

Al separarse, entrelazaron sus dedos; la agente que les guiaba por el lugar llegó con el archivo de la reserva para la pareja Jeon-Zhou, Taehyung observó con detenimiento cada dato que se especificaba en la ficha. Tanto la comida que se serviría como la decoración del sitio y algunos otros aspectos relevantes eran controlados por los encargados de la locación, por lo que se permitió fisgonear lo que le fuera posible para pedir detalles de ciertos colores e incluso preguntó por los estilos que se utilizarían, resolviendo las dudas que Jungkook le planteaba para que su presencia en el salón se viera justificada de alguna manera.

Tras finalizar con ello, abandonaron el lugar con pasos tranquilos y decidieron buscar un pequeño mercado para comprar algunos ingredientes con los que llegarían al apartamento que Taehyung compartía con Bogum. Jungkook se las había dado de gran chef y mencionó querer cocinarle algo delicioso únicamente para él; claro que su acompañante no se negó a nada y para cuando el reloj marcó la una de la tarde con unos cuantos minutos, se encontraban a carcajadas en la cocina.