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Anne y Marcy estaban saliendo de la Universidad con un destino ya establecido, irían a su lugar especial, al lugar donde se declararon todo su amor sincero: el parque. Cuando, repentinamente un grito se alzó y ambas chicas se tensaron buscando algún peligro, algún golpe que jamás llegó más que un abrazo hacia la azabache.

—¡MARCY WU!– gritó aún más una chica un poco más pequeña que Marcy.

Su cabello era castaño oscuro, sus ojos negros como la noche sin embargo en ellos había brillo, parecía realmente emocionada por ver a Marcy. Era delgada pero no demasiado, su piel era bronceada.

A Marcy le tomó unos segundos reaccionar, no sabía que hacer, ni siquiera sabía quién era la persona que tenía delante, hasta que se separó con incomodidad y logro analizar aquel rostro que ya conocía.

—...¿Maya?– sus ojos se llenaron de brillo al igual que la otra chica.

Ambas emitieron un chillido tan agudo que hizo a Anne taparse los oídos, volvieron a abrazarse y comenzaron a saltar. Boonchuy se sentía un mal tercio, incómoda por ver a su novia ser abrazada por alguien más pero no quería tener comportamientos tóxicos con ella.

—¡Maya! ¿Eres realmente tu? – la tomó de los hombros para examinarla con emoción.

—¿Tú y yo? ¿Aquí?– Marcy la sacudió.

—¡Lo sé! Te extrañé tanto.– la chica cuyo nombre parecía ser Maya la volvió a abrazar.

—¡Oh, te extrañé también!– Marcy correspondió al abrazo.

Anne carraspeó su garganta llamando la atención de las dos chicas.

—¡Oh, Maya! No me lo vas a creer. Ella es Anne, mi novia.– y por primera vez en esa hora, la sonrisa de Maya se esfumó tan pronto como apareció.

—¿La anti-amigos Wu tiene novia?– se burló haciendo que Anne se molestara.

—Si, Soy Anne Boonchuy, la novia de Marcy.– Maya hizo una mueca de disgusto provocando satisfacción en la tailandesa.

Y con egocentrismo en su ser, Anne le extendió la mano a modo de saludo a la tal Maya, quien solo la miró de arriba a abajo y se detuvo en las manos de las asiáticas que se encontraban unidas nuevamente.

—Un gusto.– hizo la sonrisa más falsa que Anne haya visto jamás y aceptó el saludo.

—El gusto es todo mío.

El ambiente olía a hipocresía, se podía tocar la hipocresía que emanaban ambas chicas, sin embargo, Marcy seguía fascinada.

—Nunca creí regresar, ni mucho menos volverte a ver, Maya.– contó Marcy con nostalgia en su voz.

—¿Regresar?– Aún había confusión en su voz pues estaba segura de que Marcy no le había contado absolutamente todo de su vida, tampoco quería obligarla, le daría su tiempo.

—Si, ¿Recuerdas que mi madre me sacó de una escuela? Fue por ella.–rió.– Nos mudamos pero al final terminamos regresando aquí.

—Y luego te conocí.– concluyó Anne y Marcy asintió.

—Si, fui el primer amor de tu novia, Anne.– arrogancia.

—Yo no lo llamaría mi primer amor...– jugó con sus dedos.– Solo fueron puros problemas con mi madre.– Anne acarició la mejilla de Marcy para calmarla lograndolo de inmediato.

—¿Cuánto llevan siendo pareja?– escupió la última palabra con disgusto.

—Tres meses.– contó con orgullo la azabache.– Y dentro de dos meses más iremos al baile de nuestra universidad juntas.

𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 "𝐶𝑙𝑖𝑐𝑘"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora