𝑊𝑒 𝑓𝑒𝑙𝑙 𝑖𝑛 𝑙𝑜𝑣𝑒 𝑖𝑛 𝑜𝑐𝑡𝑜𝑏𝑒𝑟

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Seis jóvenes se encontraban en un centro comercial desperdigados en diferentes tiendas, algunos la pasaban mucho mejor que otros. Cada uno de ellos estaba en busca del atuendo perfecto pues solo faltaba un día para el tan esperado evento de otoño, El baile. Y, como cualquier joven, dejaron todo al final.

-¿Cuál te gusta más? ¿Este o este?- preguntó Ivy a su pareja quien miró con detenimiento ambos vestidos.

-Este me gusta más.- señaló el que estaba en la mano izquierda de la más pequeña.

-¡Este será entonces!- descartó totalmente la sugerencia de su novio y eligió el vestido contrario.

Sprig solo río por aquello, estaba cansado y harto de ese lugar y de absolutamente toda la tela que lo rodeaba pero le hacía feliz ver a su novia con alegría en su ser.

Todos pensarían que Anne y Marcy estarían juntas buscando sus atuendos, sin embargo no era así, cada una fue por un lado distinto pues deseaban que los conjuntos fueran una sorpresa para la otra.

Sasha, bueno, ella no le importaba en lo absoluto el evento, solo iría porque es la chica popular y necesitan verla ahí. Probablemente ganaría el título de reina del otoño nuevamente pero no le interesaba pues la única reina que deseaba a su lado ya tenía pareja.

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El sol comenzaba a adquirir tonos anaranjados y las hojas yacían en el suelo, algunas luchando por mantenerse en el árbol, aferradas al mismo.

La chica de cabellos azabaches estaba alistándose con gran alegría y con movimientos delicados mientras arreglaba su cabello con perlas y dando retoques a su suave maquillaje que había decidido utilizar. Quería impresionar a su pareja, si, pero también anhelaba salir de su zona de confort y ese día sería una excusa perfecta y por ello había decidido utilizar un vestido lila sin mangas, tacones del mismo color y un chal¹ transparentoso del mismo color como adorno.

Unos suaves golpes en su puerta llamaron su atención, «Pasa» dijo para después ver a su madre entrar a su habitación.

-Te vez preciosa, hija.- dijo la señora mayor al instante.

La chica de ojos esmeralda sonrió en respuesta y fue suficiente para su madre.
Su relación había estado mejorando, incluso más cuando Anne fue a cenar con ellas, «irónicamente» pensaba la chica.

-¿Lista?- preguntó en cuanto vió a su hija suspirar frente al espejo sin mover ni un detalle más de su persona.

Su suave mirada se posó en ella y sonrió mientras asentía.

-Lista.

Madre e hija emprendieron su camino hacia la casa de Anne Boonchuy. La pareja había decidido tener su lugar de encuentro en el hogar de la morena pues el padre de ella se había ofrecido a llevarlas el mismo.

Cuando Marcy se encontraba en el asiento del copiloto y veía las casas pasar por la ventana, no pudo evitar pensar en lo mucho que había cambiado su vida en tan poco tiempo. Las hojas cedían a la gravedad y ella solo las observaba con detenimiento, todo era anaranjado y eso la hacía feliz.

𝐹𝑢𝑚𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑖𝑔𝑎𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑡𝑒𝑐ℎ𝑜

La chica de cabellos azabaches yacía tocando la puerta con delicadeza mientras era observada desde atrás por su madre quien permanecía en el auto.
El señor Boonchuy fue quien abrió y le permitió la entrada con una gran sonrisa en su rostro. Saludó la mujer del auto con un movimiento de su mano y ella lo respondió de la misma manera. Segundos después el auto se había ido.

𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 "𝐶𝑙𝑖𝑐𝑘"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora