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6 meses para la graduación.

La chica de orígen taiwanés se encontraba caminando por los pasillos de aquella institución cuando se encontró con ella.

Waybright seguía a Marcy desde una distancia segura, según creía, la azabache ni siquiera había podido notar su presencia, se equivocó. Marcy, con hartazgo en su voz, habló:

-¿Qué quieres?- alzó su mirada cuando nadie más estaba cerca.

-¡Oh, vamos! ¿Cómo me viste?- salió de su escondite con molestia.

-Soy distraída, no estúpida.- se volteó a verla.

La oscura mirada de Sasha se encontró con las hermosas esmeraldas sin brillo de Marcy. Apenas se vieron, la chica de cabellos azabaches optó por utilizar una postura atemorizante aún que la diferencia de alturas era muy notable.

-Sigues sin darme miedo, Wu.- se acercó.

-¿Y? Responde, ¿Qué quieres?

Marcy se cruzó de brazos expectante. Hubo un silencio incómodo por parte de la rubia hasta que habló:

-Lo lamento.- se abrazó a si misma.

Se veía tan frágil, tan... rota. Esto enfureció aún más a la chica de ojos verdes. Marcy sentía que Sasha no tenía derecho alguno en sentirse mal o siquiera en sentir tristeza. Sabía perfectamente que no solo ella era responsable de las consecuencias pues su ex novia era igual de culpable, sin embargo, era la única que estaba ahí para recibir el regaño. Acortó la distancia que había entre ellas y la señaló.

-¿Es todo? ¿De verdad creíste que sería así de fácil?- exclamó- Waybright, arruinaste mi relación.- la empujó con su dedo índice.

Sasha retrocedió y Marcy se acercó más.

-Besaste a Anne.- volvió a empujarla de la misma manera.- ¡Besaste a mi novia!- su voz se quebró.- Me traicionaste, Sasha, lo hiciste.- sollozó.

La chica de cabellos rubios desvío su mirada.

-Lo sé.- respondió y su voz se rompió igual.

Marcy levantó su palma, iba a golpearla, quería hacerlo, anhelaba darle un poco del dolor que sentía desde hace meses. Sus ojos ardían con intensidad hasta que de ellos brotaron lágrimas, estaba furiosa. Sasha simplemente cerró sus ojos, suspiró y esperó el impacto que jamás llegó.

—Tu... Tu.– susurro.

La chica de cabellos rubios casi pierde el equilibrio cuando sintió un peso extra sobre ella, sintió unos brazos rodearla, sintió su aliento entrecortado cerca de su cuello, sintió su cuerpo temblar, escuchó su voz sollozar, era Marcy, la estaba abrazando. Cuando sus ojos fueron abiertos se encontró los dedos de la más pequeña aferrados en su camisa. El corazón de Sasha dolió. 

—Lo lamento, de verdad lo lamento.– habló Sasha y sintió su voz temblar.

Correspondió al abrazo con fuerza, de igual manera, se aferró a las prendas de Marcy como si tuviera miedo de que ella desapareciera, que se esfumara o simplemente saliera corriendo, nada de eso ocurrió.

Permanecieron así durante 10 minutos.

Cuando Marcy lo creyó necesario, se separó de ella, los ojos de ambas jóvenes estaban inchados por las lágrimas que habían sido liberadas. Observó a Sasha durante unos segundos, examinó cada gesto o acción, suspiró y se marchó.

𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 "𝐶𝑙𝑖𝑐𝑘"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora