Capítulo 8

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Tamara

Ayer fue mi primer día del segundo ciclo de la universidad y puedo decir que muy malo no fue. Me aburrí un par de veces al escuchar la misma presentación que el ciclo pasado en cada inicio de clase, pero fue divertido ver como todos se presentaban. Parece que este nuevo ciclo será más entretenido que el anterior. Empezando por las clases, estas parecen ser un poco más interesantes.

Estaba caminando hacia el aula que me tocaba cuando en eso vi a Jimena Huarte caminar directo hacia mí. Por un momento pensé que estaba equivocada y que estaba caminando hacia otra persona, pero cuando se detuvo frente a mí con una gran sonrisa supe que no era así.

—A ti te estaba buscando —reí levemente para luego mirarla confundida—. Esto es para ti. De parte de Marcelo.

¿Marcelo?

Me entregó un papel y tenía un número de celular escrito.

—¿Gracias? —rio y me dio un beso en la mejilla.

—Nos vemos luego Tam.

Odiaba que me llamaran así. Sonreí falsamente y luego me centré en ver el número. ¡Qué vergüenza! ¿Qué habrá pensado Jimena? Saqué mi celular y guardé el número. Entré a WhatsApp y le envié un mensaje que decía: Hola, soy Tamara. Jimena Huarte me dio tu número. Ni siquiera dudé en enviarlo. A los segundos los checks se pusieron celestes.

Marcelo y yo hablamos durante toda la clase de lenguaje. Se suponía que debía atender a esta clase, pero la verdad es que la conversación con Marcelo estaba más entretenida. Me contó que no estaba estudiando nada y que tampoco estaba en sus planes. Eso me desconcertó bastante, pero no pregunté el por qué. Tampoco pregunté si planeaba quedarse de mesero toda su vida...me pareció algo inapropiado.

En un abrir y cerrar de ojos terminó la clase y el profesor dijo que podíamos irnos. Isabella apareció a los segundos por la puerta y me llevó fuera del salón para ir a comer algo a la cafetería de la universidad.

—Te veo muy contenta como para haber estado en la clase de lenguaje —alzó una ceja—. ¿Qué estuviste haciendo?

—Estuve conversando con Marcelo, por WhatsApp —rio.

—¿Te dio su número esa noche? —negué con la cabeza y ella dejó de reír.

—Le dio su número a Jimena Huarte para que me lo diera —esta vez fui yo la que dejó escapar una risa.

—Es todo un romeo —nos sentamos en unas sillas—. ¿En qué universidad estudia?

Dudé en si decirle la verdad. Por más que era mi mejor amiga, tenía ideas muy diferentes a las mías. Estaba segura que diría algo negativo al respecto, pero correría el riesgo. Nunca le he ocultado nada.

—Dice que en la universidad de la vida —alcé los hombros—. No estudia.

—Retiro lo dicho. No es un romeo. No está ni cerca a la ro.

—Tendrá sus razones —jugué con mi celular en la mano.

—Tu papá te asesina si se entera que te gusta alguien que no tiene futuro.

—¡No me gusta! —le pegué levemente en el brazo—. No hables así, no...

—Ay no lo defiendas, T. Sabes que es verdad. No tiene un futuro prometedor.

Suspiré y decidí cambiar de tema.

—¿Comprarás algo de comer?

Acompañé a Isabella a comprar comida, mientras volvía al chat con Marcelo. No me parecía una mala persona y, además, tenía casi mi edad. Sólo era un año mayor que yo. Tenía mucho tiempo para decidir si ir o no a una universidad. Tal vez tenía otros planes para él y aún no los había compartido conmigo.

Una vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora