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El pelirrojo se alzó en su cama de golpe al sentir un ruido estridente golpeando en sus oídos, luego de localizar de dónde venía el ruido acercó su mano con torpeza a su celular y contestó la llamada sin siquiera saber de quién era. —¿Hola?— preguntó mientras la duda crecía en su cabeza, no vió la hora pero estaba bastante seguro de que era de madrugada ¿Quien demonios llamaría a esa hora?

—Ah ¿Munseong? De verdad, lamento mucho llamarte a esta hora pero tengo una pequeña duda.— Habló Tomeo desde el otro lado del celular mientras que se despedía con la mano de su amigo Sung Joon y salía de aquel restaurante. Munseong por su parte solo frunció el ceño cada vez más confundido, ¿Acaso se le quedó algo en la cena? No, imposible, ni siquiera traía algo más que su celular y este lo tiene en la mano ahora mismo. —¿Aiko está contigo? Salió hace un rato y no he sabido nada de ella, ya sabes cómo es de insensata.—

El corazón del pelirrojo se estrujó por unos segundos y sintiendo una angustia en el pecho se levantó de la cama y comenzó a buscar sus zapatillas. —¿Ella escapó? ¿Hace cuanto no vuelve? ¿Salió con su celular?— En espera de una respuesta el pelirrojo pegó el celular a su oreja tratando de escuchar claramente lo que sea que dijera el mayor, en vez de una respuesta solo escuchó una puerta cerrarse y seguido de esto el sonido de un motor de auto encendiéndose.

—Ah, así que supongo que no está contigo, no te preocupes, ella volverá. Ahora duerme, los jóvenes necesitan dormir.— seguido de esto solo cortó y comenzó a conducir en dirección a su casa dejando a un preocupado y angustiado Munseong al otro lado de la línea telefónica.

Tomeo sentía su cara caliente debido a la copa de alcohol que bebió, a pesar de que creía que pasando un tiempo relajándose con su amigo la preocupación desaparecería, no fue así. El suspiró. —Supongo que hay cosas que no se pueden evitar... Mientras pueda seguir haciéndolo, seguiré protegiendote pequeña Noa.— murmuró comenzando a acelerar para llegar pronto a casa, no estaba preocupado por saber dónde estaba la chica, con un poco de esfuerzo podría rastrear su celular, solo tenía que corroborar que haya salido con este. —Ah... Y todo por decirle que era débil.—

Mientras tanto, Munseong comenzaba a vestirse lo más rápido que pueda mientras llamaba sin parar el número de su mejor amiga. —Maldición Aiko, dónde estás ahora.— murmuró entre dientes abrochando sus zapatillas y saliendo disparado de su casa, su amiga estaba perdida, sin dudarlo la buscaría.

—¡Apaga ese puto celular o nos descubrirán!— susurró/gritó Hyeonsu mientras hacía señas de silencio a su amiga frente a el y se agachaba más en su escondite detrás de una pared tratando de que el guardia no los vea, trataban de colarse a una mansi...

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—¡Apaga ese puto celular o nos descubrirán!— susurró/gritó Hyeonsu mientras hacía señas de silencio a su amiga frente a el y se agachaba más en su escondite detrás de una pared tratando de que el guardia no los vea, trataban de colarse a una mansión abandonada, pasaron casi media hora caminando para buscarla y luego se percataron de que había un nochero custodiando la gran casa.

—Perdón, perdón.— dijo ella apagandolo sin siquiera mirar la pantalla, seguido de esto se giró mi miró a la misma dirección que su amigo. —Estoy segura que ya podemos salir.— susurró acercándose a la oreja del chico por detrás.

—M-mierda, no hagas eso.— Espetó moviendo el hombro intentando apartarla.

Aiko lo miró de reojo sin separarse, gracias a la oscuridad no podía ver muy bien el rostro del chico pero por el timbre en su voz no le fue difícil suponer que le había puesto nervioso. —¿Hacer que cosa?— preguntó poniendo su voz más suave adrede, apoyó su barbilla en el hombro del chico el cual quedó estático y  ella comenzó pasar uno de sus dedos por el ante brazo del chico.

—Pues eso de...— Se giró sin percatarse de lo cerca que quedaron sus caras una de la otra, por la oscuridad y perspectiva el no se daba cuenta pero Aiko si que lo noto, sin embargo, no se separó. De pronto, para Hyeonsu la presencia de Aiko se volvió abrumadora. —D-de susurrar en mi oído.— dijo tratando de mantenerse firme, finalmente se dió cuenta de su cercanía.

—Hyeonsu, ¿Estás bien? Tu voz se escucha algo temblorosa.— se divertía sintiendo como la piel de su amigo se ponía chinita bajo su toque, mordió su labio inferior tratando de no reírse y continuó. —Deberiamos ir a descanzar, quizás trasnochar tanto te hará mal.—

—Te dije que no hagas eso.— gruñó sintiéndose sonrojar.

—No me has dicho el porqué.— respondió ella alejando sus dedos del contrario pero manteniendo la cercanía, mantenían una pelea de miradas ambos tratando de no ser el primero en apartarse, una cuestión de orgullo.

—Mejor podría demostrártelo.— Aiko sintió un escalofrío, el aura del chico había cambiado y eso de alguna manera la puso nerviosa. Hyeonsu estiró una mano a la mejilla de la chica para poder ubicar mejor sus labios, pasó un pulgar por encima de estos y comenzó a lentamente acercar su boca a la de ella.

Los ladridos de los perros que resguardaban aquella enorme casa los asustaron a ambos, aunque Hyeonsu se espantó el doble al darse cuenta de que estuvo a punto de besar a una chica que apenas conocía desde hace tres días. Aiko estaba en las nubes, en toda su vida nunca antes había sentido un escalofrío tan agradable como el que sintió cuando su amigo acarició sus labios, o quizás si, recordaba algo similar la primera vez que vió reír a su mejor amigo Munseong.

 Aiko estaba en las nubes, en toda su vida nunca antes había sentido un escalofrío tan agradable como el que sintió cuando su amigo acarició sus labios, o quizás si, recordaba algo similar la primera vez que vió reír a su mejor amigo Munseong

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Q opinan si agrego a Snipper al harem 😋

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