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—¡Munseoong~!— Tarareó la chica corriendo hacia el chico el cual cuando escuchó su nombre se detuvo y se giró, de todas las cosas que esperaba jamás se le ocurrió que esta se le lanzará a abrazarlo, aunque la chica se agachó al lanzarse por lo que su abrazo quedó justo en la cintura, definitivamente era muy pequeña, o al menos lo es si la comparamos con el. —¡No te vayas! ¡Quédate a cenar!— el no respondió se quedó allí parado mirando hacia abajo la cabeza de la pelinegra. Pronto, su tono de cabello se volvió poco comparado con su cara. —¿Munseong?— levantó la mirada aún pegada al chico, sentía como su barbilla chocaba con los abdominales de este mismo, esa era una de las razones por las que aún no se separaba de el.

El carraspeó para aclarar su voz antes de hablar. —¿A cenar? ¿A tu papá no le molesta?— Intentó que su tono de voz sonara lo menos expresivo posible, aunque no lo negaría, sentía su voz y sus rodillas bastante inestables, ese tipo de momentos con la pelinegra lo abochornaban y confundían en exceso.

—El me dió la idea de invitarte.— sonrió y finalmente lo soltó alejándose unos pasos de él y escondiendo sus manos por detrás de su espalda. —¡Vamos! No lo hagamos esperar.— lo sujetó de una muñeca y tironeó de el hasta la entrada de su casa.

—No seas tan brusca con el muchacho.— Espetó papá acomodando una fuente con puré junto a otra con distintos trozos de pollo y carne. Ambas aún soltaban vapor y un olor que abrió el apetito de los dos hombres presentes, Aiko estaba acostumbrada a solo tomar un vaso de leche tibia antes de dormir, ella no cenaba, Munseong tampoco aunque no es como si el no quisiera, si pudiese cenar así todas las noches lo haría sin pensar, y el padre de Aiko... Bueno, el tiene hambre todo el tiempo. —Sientate con confianza, Aiko me ayudará a poner la mesa.— sin siquiera mirar a ninguno de los dos el papá de Aiko se giró y volvió a la cocina.

Aiko tiró del brazo de su amigo para hacer que se agache y poder susurrarle algo al oído. —Sientate allí.— señaló el lugar. —Así quedas justo a mi lado.— se giró y fue a la cocina para poner platos, cucharas y vasos.

El la miró caminar hacia la cocina hasta que entró y ya no pudo verla más, se giró y alejó aquella silla de la mesa para poder sentarse justo en el lugar en donde le dijo Aiko, se sorprendió al ver a un gato durmiendo allí, uno negro en su totalidad. —Se llama blanco.— Dijo el papá de Aiko llegando con un jarrón con lo que parecía jugo de frutillas. —Solo zacude la silla.— detrás de el llegó Aiko la cual fué directo a acomodar los platos, vasos, tenedores, cuchillos, etc.

— detrás de el llegó Aiko la cual fué directo a acomodar los platos, vasos, tenedores, cuchillos, etc

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—Gracias por la comida.— murmuraron el señor Tomeo y Aiko al mismo tiempo, el invitado sé sintió confundido con eso.

Apenas empezando a comer Munseong se dió cuenta de lo lujosa que lucía la casa de su amiga, muebles de madera de un café oscuro, el techo era estúpidamente alto y con unas lámparas colgantes que alumbraban con una luz cálida, una sala de estar a unos metros del comedor en la cual no había ninguna luz encendida por lo que no pudo ver bien que había allí. —Es linda ¿No? Fue mi papá quien la diseñó por completo, también trabajó en el proceso de construcción, aunque estoy segura que eso lo suponias ¿Verdad que sí?— cortó un trozo de carne y lo llevó a su boca una vez terminó de hablar, no le quitó los ojos de encima a su amigo en ningún momento.

—Señor Tomeo, su casa es realmente hermosa.— habló el recién tomando los cubiertos para empezar a comer, se veía tan malditamente delicioso que sintió un martirio tener que aguantarse dar el primer bocado ya que no quería ser descortés, esperó a que alguien más lo diera primero para así comenzar a comer sin culpa.

¿Cómo fue que Aiko conoció a Munseong? Bueno, su papá trabaja como jefe en construcción y Munseong trabajaba ayudando en construcciones para ganar dinero y poder independizarse, A Aiko le gustaba acompañar a su papá al trabajo y allí conoció a Munseong, aprovechaba los ratos de descanso de este para acercarse y hablarle, por lo serio que era el tipo -siguesiendolo- ella creyó que le caía mal, comenzó a llevarle comida para caerle mejor, esto le sentó muy bien al chico pues apenas y si comía en las horas de almuerzo.

Así progresivamente se volvieron "cercanos", de no ser por la desvergüenza de la chica por actuar con gente que apenas conoce como si fueran amigos de años de confianza su relación realmente no hubiese progresado.

Así progresivamente se volvieron "cercanos", de no ser por la desvergüenza de la chica por actuar con gente que apenas conoce como si fueran amigos de años de confianza su relación realmente no hubiese progresado

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¿Quieren capítulos más detallados sobre cómo se conocieron Munseong y Aiko o prefieren que vuelva a aparecer Hyeonsu? 👀

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