El Intercambio

16. Skateboarding

Efectivamente no podía volver a casa o me castigarían, pero quedarse más tiempo afuera sería peor, así que optamos por regresar inmediatamente y enfrentar las consecuencias.

Estábamos a punto de abrir la puerta de entrada cuando un par de brazos nos atraparon y nos arrastraron hacia otro lugar. Todo fue tan rápido, sin darnos cuenta estábamos en la sala de estar, específicamente la de mi vecino.

—Pero que...—Dylan nos calló—Agradezcan que las estoy salvando, la señora Anderson ha estado preguntando por ustedes toda la mañana, ha venido mucho en la última hora, le he dicho que siguen dormidas.

—Eres nuestro héroe, nos has salvado ¿Quieres una carta de agradecimiento, también?—Alexa volteó los ojos.

—Podrían ser más amables— Dylan fingía indignación.

—Gracias por hacernos este favor tan desinteresado—me interrumpió—. Espera, no he terminado.

—Yo sabía que no hacías esto gratis, que poco colaborador, ya lo esperaba de ti— dijo Alexa cruzada de brazos.

—Ey, no entiendo por qué—mi amiga volteó los ojos, mientras el chico continuaba—bien, tienes razón. Necesito que me devuelvan el favor. Hoy tengo una competencia de skateboarding, necesito que me acompañen.

—¿Por qué nosotras?—mi mejor amigo dio un suspiro largo— Va a sonar difícil de creer, pero estoy involucrado en una pequeña apuesta con unos chicos del parque, estábamos haciendo skateboarding y mi orgullo me ganó, terminé apostando que era capaz de enseñarle a una novata a ser la mejor en el deporte, ellos aceptaron, pero con la condición de que tengo sólo un día.

—Atrae a una chica experta en el deporte y dile que finja por ti— Dylan negó con la cabeza—. Ellos conocen a todas las chicas que practican skateboarding en la ciudad, aparte, no creo que pueda convencer a alguien más.

—¿Qué pasa si no cumples la apuesta?— nos miró con cara de preocupación.

—Tendré que darles demasiado dinero que claramente no tengo y golpearán mi fotogénico rostro—. Iba a responder, cuando Alexa se me adelantó.

—No seas ridículo, tu rostro es todo menos fotogénico— se nota que estaba fastidiado por su comentario.

—Lo haré, con la condición de que asumas la completa responsabilidad de nuestra ausencia, no menciones lo que pasó y hagas mis tareas del hogar por medio año.

—Si no tengo otra opción, sólo me queda decirte que desde el fondo de mi corazón te detesto por aprovecharte de mi situación.

—Tranquilo amigo mío, ¿qué es lo peor que puede pasar?

* * *
—¡No, no, no! Me niego completamente, llevamos varias horas y no he avanzado más de diez pasos. Esto no es como patinar, es muy diferente.

Desde la mañana estamos en el parque de skateboarding, practicando sobre un pedazo de madera con ruedas. Se me dificulta más de lo que pensaba, soy de la peores en esto y Dylan parece notarlo. Está cuestionando toda su vida y deseando no haberme elegido para esto.

—¿Cuánto crees que valga vender mi riñón? Esa es la única opción que me queda ahora.

—Lo más probable es que igual no sobrevivas para...—mejor me callo—.Ten confianza en mí, puedo intentarlo y fallar con dignidad.

—No sabes lo feliz que me hace escuchar eso, enserio. Todos mis problemas se resolvieron.

—Vaya, vaya, vaya. Miren a quién tenemos aquí. Dylan Miller, el mayor fraude de la ciudad. ¿Estás listo para pagar la apuesta?— dijo uno entre un grupo de chicos que se iban acercando a nuestra dirección.