El Intercambio

Fiesta de bienvenida

A los 5 minutos se me perdió Alexa. Mi única ancla se ha ido, soy como un barco sin rumbo. Los chicos se fueron con las primeras chicas que vieron y Dylan está en la pista de baile. Estoy en alerta, no conozco a mucha gente y es difícil socializar. Soy un perrito abandonado que busca a alguien con desesperación.

Me armo de valor y entro a la casa, la música invade mis oídos. Sólo observo todo: Personas bailando, chicos jugando, los típicos vasos rojos de las películas adolescentes, personas subiendo escaleras, más vasos rojos. Tengo hambre, me dirijo a la cocina por un bocadillo. Estoy comiendo hasta que alguien habla detrás de mí.

-¿Por qué tan sola, Adams? Me dice un chico, no reconozco su voz hasta que volteo.

-No creo que te incumba Chase.

-¿Por qué tan enojada? Es una fiesta, ven a divertirte conmigo.- No pasó un minuto cuando el chico ya me arrastraba al medio del salón. He mejorado bailando, pero no es lo mío. No pueden obligar a alguien a divertirse de esta manera.

Siento que alguien me mira mientras bailo, no sé quién es, sólo espero que no sea un fantasma o un monstruo. Debo dejar de ver tantas películas de fantasía. Al instante llega Chase con un vaso rojo que huele a alcohol.

Mi mente me dice "No lo bebas, podría ser veneno". Era una combinación de todo el alcohol de la casa, mejor pasaba. No quería decepcionar a los Anderson en mi primera fiesta.
Negué la bebida y el chico después de insistir por unos segundos se marchó a alguna parte. No me quedó más alternativa que bailar un rato hasta que me sintiera cansada.

Media hora después...
Estoy agotada, no entiendo cómo Dylan coquetea con tantas chicas cuando baila. Yo ni una persona he conocido. Tengo que descansar, por lo que me dirijo al patio a tomar un poco de aire fresco.

-¿Te crees tan especial? ¡Despierta de una maldita vez! Estás loca si crees que algún día sería capaz de fijarme en ti.- Me encuentro con una escena un tanto desgarradora: El capitán del equipo, el mejor amigo de Christopher, Chase, gritándole a una pobre chica de primer año. Observo la escena atónita ¿Quién se cree para gritarle así?

-Creí que me amabas...Me lo dijiste cuando me entregué a ti.-responde la chica con voz temblorosa.

-Todo esto fue una apuesta. Tu virginidad fue tan sencilla de conseguir. Sinceramente, me das asco. Te regalaste tan rápido. ¿Creías que era amor verdadero? -Chase y sus compañeros de equipo se ríen a carcajadas, mientras una gran cantidad de personas observan. Creo que lo transmiten en directo.

Mi conciencia toma presencia y me aconseja que haga algo. "Imagina que estuvieras en esa situación, creo que te gustaría que alguien te defendiera".
La chica seguía arrodillada en el piso, jurando que las palabras que dijo el chico eran mentira, culpándose por haber cometido ese error, lamentandose entre sollozos por ser ridiculizada ante tantas personas. En este momento reacciono, camino hacia la chica, la ayudo a levantarse y me enfrento a Chase y sus amigos junto a ella.

-Chica nueva, ¿Por qué defender a una cualquiera como esta? Es muy diferente a mí, yo no me regalo a nadie.

-En primer lugar, Chase tienes razón, ella no se compara en lo absoluto a ti. Ella es una chica inocente que conoció al equivocado y cometió errores como todos nosotros, es una persona valiente que no teme enfrentarse a todos ustedes... En cambio tú, eres un imbécil que no sabe cómo tratar a una mujer correctamente, crees divertido burlarte de los demás con tus amigos-continúo.-En segundo lugar, que ingenuo eres Chase, adivina qué...la virginidad está sobrevalorada, prácticamente no existe, es sólo un inútil invento de los seres humanos para apropiarse de un supuesto momento importante de una mujer. Que te quede claro, esta chica tiene su dignidad y su valor intacto, porque ni tú ni nadie es tan importante para afectar a una mujer.