2. EL VUELO

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Camino por los pasillos del aeropuerto, me mantengo tranquila. Esto es fácil, no? Solo tengo que buscar el número de la sala y esperar.
No es la primera vez que viajo sola así que sé cómo funciona esto.

Después de encontrar la sala, espero por media hora. Reviso mi celular para matar el tiempo. De repente, todos empiezan a pararse, es el momento de abordar. Hago la fila como todos las personas. Cuido que nadie me quite el puesto, las personas son muy tramposas. Paso a otra larga fila para entrar en el avión. La clase preferencial hubiera Sido mejor opción, pero ya que. Me tocará esperar.

Que 15 minutos tan largos!!! Esto es una falta de respeto hacia mi ser. Al fin entro al avión. Reviso mi boleto y busco mi asiento. Me tocó en la parte de atrás, muy conveniente en caso de que quiera ir al baño. Espero que me toque un buen asiento, son 12 horas de vuelos con 1 escala. Esto puede ser tranquilo o fastidioso. Todo depende de las personas que me acompañen.

Ya casi llego, faltan unos pocos asientos.
Llegué!!! Ay no! Ya llegaron las otras dos personas. Me tocó en la mitad. Eso es lo más incómodo cuando estás con desconocidos.
- Con permiso- Creo que notan mi incomodidad, porque me miran demasiado.

Al lado izquierdo, junto a la ventana está un niño pequeño y a la derecha está un señor un poco pasado de peso, por lo que me siento más incómoda en el asiento.
Busco distraerme durante los siguientes 15 minutos. Juego con mis manos y miro fijamente la pantalla

-Atención a todos los pasajeros- La azafata empieza a hablar.- Vamos a despegar, favor colocarse los cinturones de seguridad, permanezcan sentados y por favor presten atención a las indicaciones- Al instante aparece el típico video de qué hacer en caso de emergencia. Todo el mundo ha visto ese video al menos una vez al viajar en avión. Siento que ya hasta me aprendí los diálogos.

El avión se mueve. Empieza lento y poco a poco va aumentando la velocidad hasta que deja de tocar el suelo y nos encontramos volando. Vine preparada para que no me dé dolor de oídos, así soy yo.
La ciudad se ve tan pequeña, las personas parecen hormigas. En realidad eso somos, hormigas en un universo infinito. La vista ha la ciudad se nubla por las esponjosas nubes, lo que significa que ya puedo prender la pantalla.

Entro al menú y estoy a punto de ver algo cuando el niño me habla.
- Hola, ¿cómo te llamas?
-Mmmm. Hola, mi nombre es Emma.
-Soy Tommy.- Para evitar un largo silencio continúo la conversación.-y dime Tommy,¿Por qué hiciste este viaje?- Le doy una sonrisa amable. Él continúa
- Bueno...Mis abuelos viven aquí, pero yo vivo en Ottawa con mis padres y mi hermano. Vine a pasar las vacaciones. Lástima que ya se terminaron.- Veo la tristeza en sus ojos. A ningún niño le gusta volver al colegio. Hay demasiadas tareas, evaluaciones y estrés. Además de los problemas que pueden haber en un ambiente escolar como el acoso.

-¿Te gusta estar mucho con tus abuelos?- Le pregunto para dejar atrás la tristeza del colegio.- Si, son asombrosos. Me dejan comer muchos dulces.- Me rio al escuchar sus palabras. Los niños tienen demasiada energía, algo que vamos perdiendo a lo largo de los años.

Pasan unos minutos y me pongo a buscar en el menú, nos pasan unos audífonos y decido ver una serie. Está interesante, me alegro de que el niño no escuche, porque están diciendo cosas que él no entendería. Está tan buena, que creo que me la terminaré de ver en otra ocasión. Volteó a ver a Tommy, quien está viendo una serie al igual que yo.
Ya han pasado dos horas. La azafata llega a nuestro puesto con un carrito de bebidas. Le digo a Tommy que ya llegó, no como otras personas groseras.
El señor a mi lado pide café, en cambio el niño y yo pedimos jugos de caja.
- Brindemos.- Dice el niño alzando su cajita de jugo. - Por el vuelo más inusual que he tenido.- Digo previo a tomarme un sorbo de mi jugo. Este niño es muy divertido, a diferencia del señor de al lado, el cual es un gruñón.

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