Capítulo 2

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Emma estaba esperando pacientemente en la habitación del hotel; tenía que admitirlo, estaba emocionada de conocer a la deslumbrante morena durante todo el dia, ya habia estado pagando prostitutas o strippers por algun tiempo, asi que sabia como se hacía, podía decir que la morena era ambas cosas, lo que la rubia acogió con alegría.

Finalmente, escuchó que la puerta se cerró de nuevo antes de que el sonido de un taconeo llegará a su dirección, después de unos segundos, se enfrentó a una mujer, o debería decir, una deslumbrante morena. Llevaba un poco de maquillaje y labial rojo intenso, un abrigo negro y unas botas de tacon altas que le llegaban hasta las rodillas. Su cabello caía en esos hermosos rizos oscuros que Emma ya había visto ese mismo día y tenía muchas ganas de agarrarlos. Incapaz de hablar por los primeros momentos, la rubia le entregó el dinero a la morena, el cual ella tomó y puso en su cartera, luego cuando sus ojos se encontraron de nuevo, la morena caminó lentamente hacia la gran cama en la que Emma estaba sentada. En ese momento el abrigo cayó y la hermosa morena estaba nada más que en ropa interior.

«Hola...» dijo Emma con una pequeña sonrisa mientras miraba a la diosa frente a ella justo antes de que la morena se sentará en su regazo.

«Hola» respondió ella con una pequeña risa que inmediatamente calentó el corazón de Emma. Sin mencionar su voz, sin embargo, era ronca pero suave al mismo tiempo, imposible aun así. «Escuche sobre tu...extra» dijo la morena con una pequeña sonrisa mientras su mano bajaba de los hombros de Emma a su pecho, luego bajaba a su cintura y luego la morena la colocaba en el muslo de Emma.

«Mmm, en efecto» respondió Emma mientras acercaba aún más a la morena a ella, sus labios chocando uno contra el otro con lujuria.

La rubia se estiró detrás de ellos mientras tomaba uno de los condones y rápidamente se quitó la ropa, lo que ocasionó que los ojos de la morena se abriera un poco y la rubia sonriera.. Sabía que era musculosa y era muy consciente del tamaño de su no tan pequeño amigo. Sin embargo, su cuerpo no era nada contra el de la morena, pensó Emma. El cuerpo de la otra mujer era hermosa, piel suave y tonificada, con curvas pero no demasiado, un trasero increíble, sus pechos no eran tan grandes pero perfectos para las manos de Emma.

«¿Crees que puedes soportarlo?» preguntó Emma, hablaba en serio esta vez, sabía que era enorme y la rubia no quería lastimar a la otra mujer.

«Si» fue su única respuesta antes de que la rubia se pusiera el condón y se cerniera sobre la morena mientras la acostaba en la cama.

Emma estaba entre sus piernas mientras besaba el cuello y la mandíbula de la morena, bajando lentamente hasta sus senos. «Sin marcas» le grabó la morena mientras gemía un poco por el contacto. Por supuesto, no se permitía ninguna marca en la morena, ya que Emma no era la única clienta, aunque la idea la puso celosa: aun no conocía a la morena en todo un día, pero quería que fuera solo suya, simplemente le mostraría lo bien que podría tratarla.

Sin previo aviso, Emma le arrancó las últimas piezas de ropa interior a la morena antes de entrar rápidamente en ella, ganándose gemidos calientes de esta. Sin embargo, si Emma hubiera sido un poco más grande, es posible que no hubiera encajado.

«Dios, eres tan apretada» gimió Emma mientras agarraba las caderas de la morena con una mano para encontrarse con sus embestidas, la otra sostenía ambas muñecas de la mujer sobre su cabeza con un fuerte agarraba, la rubia tenía el control completo sobre la otra mujer.

«¡Ahh!» gimio la morena mientras trataba de balancear sus caderas contra Emma lo mejor posible, solo la situación podría haber hecho que ambos se corrieran.

La boca de la rubia encontró los pezones de la morena mientras los chupaba bruscamente con la boca, sin detener nunca sus movimientos bruscos. «¡Y-ya me voy a correr!» gimio la morena mientras recuperaba el aliento, sabía que era demasiado pronto para correrse, pero no pudo evitarlo con Emma embistiendola de esa manera.

«Entonces córrete para mi, niña» susurró Emma en su oído sonriendo antes de acelerar una vez más y ganar gritos y gemidos de la mujer debajo de ella.

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