Real?

Capítulo 9

Cuando Regina abrió la puerta principal de la casa de Emma y entró, inmediatamente fue empujada contra ella cuando los labios de Emma chuparon su cuello y sus manos apretaron su trasero con fuerza.

«Eres mía» recordó Emma y golpeó el trasero de Regina con dureza una vez más.

«Soy tuya» respondió gimiendo la morena.

«Bien» respondió Emma y jaló a Regina hacia el sofá antes de tirarla un poco sobre él.

«Renunciaras a tu trabajo, quiero que seas mía» dijo Emma y se bajó los vaqueros de Regina como su ropa interior antes de que mano se encontrará con el culo desnudo de Regina, lo que provocó que la morena gritara y gimiera. «Qué niña tan traviesa» comentó Emma sonriendo y golpeó el trasero de Regina nuevamente. «Renunciaras a tu trabajo» repitió Emma y volvió a golpear con fuerza el trasero de Regina. Su otra mano estaba por la espalda de Regina para mantenerla inclinada sobre el sofá mientras que la otra golpeaba el trasero y se endurecía.

«Pero-»

«Nada de peros» Emma interrumpió y golpeó el trasero de Regina con fuerza otra vez. «Dilo» ordenó Emma cuando su mano se encontró con el culo desnudo de Regina de nuevo; ya estaba un poco hinchado, pero a ambos no parecía importarles demasiado todavía.

«Renunciare a mi trabajo» jadeó Regina mientras se aferraba a lo más cercano, los azotes de Emma eran un poco dolorosos pero al mismo tiempo la excitaba enormemente.

«Buena chica» dijo Emma sonriendo mientras acariciaba el trasero hinchado y rojo de Regina. Sin más palabras, Emma abrió sus cinturones, se bajó mis jeans y los boxers antes de entrar bruscamente en Regina.

«Papi» gimió Regina mientras intentaba encontrar una posición contra los empujes de Emma.

«Joder estas tan caliente» gimio Emma meintras comenzaba a frotar el clitoris de Regina mientras agarraba un puño lleno de mechones marrones.

«¡Ah!» gritó Regina cuando Emma comenzó a hacer sus estocadas más rápidas y profundas. Emma gimio cuando sintio su orgasmo crecia más rapido que nunca, Regina era todo lo que simepre habia querido y tener sexo con ella podia hacer que se corriera tan duro con tanta facilidad.«¡Ah!¡Papi!» gritó Regina al igual que Emma también muy cerca.

Justo antes de que Regina pudiera obtener su liberación, la rubia se retiró y la mujer pequeña se encogió «Entra al dormitorio, desvistete y espera en la cama» ordenó Emma y Regina asintió y así lo hizo. Emma por otro lado, sonrió para sí misma mientras sacaba algunas cosas que esperaba poder usar para Regina.

«¿Confías en mí?» preguntó Emma mientras miraba a la morena.

«Si»Regina exhalo ante Emma, la venda le cubrió los ojos y esposo las manos frente a ella.

«Eres una chica muy buena ¿Verdad?» preguntó Emma con una sonrisa satisfecha mientras pasaba los dedos de arriba hacia abajo por el cuerpo desnudo de Regina.

«Si, papi» respondió Regina mientras trataba de apoyarse en el toque lo mejor posible.

«Bien» murmuró Emma antes de abofetear el trasero de Regina otra vez, esta vez no con la mano, esta vez con una fusta que hizo que la morera gritara por reflejo. «Shh. Quédate quieta bebé» dijo Emma y besó el lado de la cara de Regina para calmarla y ese fue su efecto, «Que buena chica»

Emma empujo lentamente a Regina hacia atrás en la cama antes de que ella se cerniera sobre ella, luego tomó uno de sus pezones en su boca mientras sus dedos frotaban el clítoris de Regina con fuerza, «Papá» gimió la morena mientras su espalda se arqueaba contra el colchón.

«Shhh, no te preocupes, dejame ayudarte» respondió Emma mientras sus labios se derretian» Emma era cuidadosa, llena de lujuria y amor, lenta pero ansiosa, eso no era follar, era hacer el amor y Emma lo sabía muy bien; pero ¿realmente estaba lista para algo así? No estaba segura.

Colocó las piernas de Regina sobre sus hombros antes de lamer lentamente su entrada, lo que provocó que la morena gimiera en voz alta una vez más. Sin embargo Regina no estaba muy segura de que decir o pensar, Emma nunca había sido así con ella, siempre estaba follando, provocando o bromeando, nunca nada como salir a comer o besarla mucho. Ella no se quejaría.

«¡Ah!¡Mierda!¡Si!» gritó cuando Emma comenzó a follarla con su lengua, sus manos permanecieron en las caderas de Regina para mantenerla cerca. La morena quería agarrar cualquier cosa pero las esposas no la dejaban hacer nada, todo lo que sentía era sus piernas temblar y sabía que no podía contenerse por mucho tiempo «¡Papá!¡Me voy a correr!»