-Adiós -Esa palabra atravesó mi pecho como una espina, pero me tragué ese dolor, mi orgullo podía más.
Antes de aquella despedida todo marchaba de maravilla... No espero que me creas, pero realmente estaba viviendo en un cuento de hadas, Sungmin y yo éramos la feliz pareja de película, aunque tenía claro que en algún momento debía acabar...Es solo que nunca creí que sería tan pronto...
Si me preguntas el porqué de aquella despedida, te respondo que no lo sé... Él solo se despidió y se marcho. ¿Qué hace cuanto sucedió?, hace una semana y tres días... ¿Qué si me dolió?, Sentí una puñalada en la espalda, no sé si eso será dolor...
Lo vi. Me ignoró. Me aseguré de no llorar. Habían pasado ya tres largos meses...
Mi corazón se agitaba con fuerza, no era capaz de respirar con normalidad, mis manos sudaban, la saliva se abría paso por mi garganta y sonaba en el trayecto, ¿por qué?, porque estaba muriendo de los nervios... ¿por qué tenía nervios?, porque mi celular estaba vibrando... ¿Qué tenía eso que ver?, el contacto en la pantalla era Lee Sungmin. Me torturaba la cantidad de segundos que duraba en vibrar de mi celular por cada vez que llamaba de nuevo, ¿por qué no se rinde?, ¿por qué no me deja en paz?, no quiero contestar... Apagué mi celular, pero pronto comenzó a sonar el teléfono fijo... Me estaba volviendo loco... Tomé unas tijeras y corte el cable, ya me encargaría de pagar uno nuevo.
Desperté y me levante, corriendo hacia la cocina, esperando encontrar el desayuno preparado junto a una nota, esperando encontrarlo a él... Pero nada... Correr hacia la cocina se había vuelto mi maratón matutina... Deseaba verlo tanto como deseaba olvidarlo... Me torturaba su presente ausencia... Estúpido Lee Sungmin, estúpido Cho Kyuhyun.
Un mes y 2 semanas y media... Diablos! Si supieran cuanto anhelaba sus labios...Esto no podía ser el adiós definitivo, no sin una buena despedida, porque demonios... Necesitaba sentirlo de vuelta, necesitaba marcar mi territorio aunque sea una vez más, porque diablos... Yo amo a Lee Sungmin.
Patético. A la mierda el orgullo.
Patético. Dignidad por los suelos.
Patético. Deseo brotando.
Patético. Ansiedad.
Patético, patético, patético. Simplemente estúpido. Estaba en la palma de su mano, solo otro juguete más. Pero eso no me importó, o quizás sí, solo un poco... Un poco demasiado... Demonios lo admito! Quería, quiero y querré siempre que el desgraciado de Lee Sungmin sea solamente mío, aunque sé que eso es imposible, pero es mi anhelo.
Tenerlo bajo mío, gimiendo mi nombre, pidiendo por más, dándome a entender que me amaba. Aún sabiendo que eso era solo una fantasía, yo la quería creer. Quería que fuese tan real como me fuese posible.
Le besé sus finos labios y susurré sobre ellos un "no me abandones"... Sonrió.
-Por qué terminaste conmigo? -pregunte acostado a su lado, en mi cama.
-por qué no contestaste mis llamadas? -atacó de vuelta.
-por qué no contestas mi pregunta? -me mordí el labio molesto.
-por qué tú no contestas la mía?-en definitiva lo odiaba.
-porque yo pregunte primero -me justifiqué.
-pero yo soy el mayor -se aprovechó.
-esto es injusto... -repuse haciendo una mueca.
-responderás o no? -insistió.
-bueno, resulta que tenía miedo... -respondí.
-miedo a qué? -preguntó sin comprender, suspiré.
-bueno, responderás tú a mi pregunta? -le recordé algo molesto.
-mm.. No -contestó sacándome la lengua, mi expresión de molestia paso a una de desprecio.
-esto es totalmente injusto! -Se levantó de la cama y comenzó a correr, yo lo seguí- Vuelve aquí! -Le grité a la siga, hasta por fin alcanzarlo, lo tomé del brazo y lo tiré hacia mí, me miró y se acercó. Entré en pánico, me sentí nervioso. Me abrazó desde la cintura y me atrajo más hacia su cuerpo, quedando pegados. Apreté mis puños sobre su camisa y lo miré fijo a sus pupilas, sentía como lentamente me derretía entre sus brazos. Demonios había pasado tanto tiempo, y demonios, lo amaba.- Respon..de.. -Alcancé a susurra sobre sus labios antes de que los uniera y fundiera en un beso lento, con todo el tiempo del mundo para conocernos de nuevo, para comenzar, para dar el primer paso. Primero el labio inferior, luego el superior, repetíamos esos dos simples pasos disfrutando cada lento roce. Introdujo su lengua, exploró mi boca, sentí como explotaban petardos y fuegos artificiales en mi estomago. Unimos ambas lenguas, se volvió un juego más hambriento. Dios sabrá en qué momento fue que termine contra la mesa.
Maldito Lee Sungmin.
Te amo, te deseo, te necesito.
Maldito Lee Sungmin.
Se solo mío, concede mi anhelo.
Maldito Lee Sungmin.
Ámame, deséame, necesítame, quiéreme, anhela que sea solo tuyo. Aunque ya lo sea.
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Tengo una pequeña duda {Kyumin}
Roman d'amourLa historia esta ambientada mayormente dentro de una biblioteca, y la pasión de Cho Kyuhyun por los libros, la pasión de Cho kyuhyun por Lee Sungmin... Te advierto, prepara tus pañuelos. Aventurate a definir junto al Cho y a Sungmin los sentimientos...