P a r t 1 2

531 86 3
                                    




YoonGi sostenía otra sonrisa cuando JiMin tomó la cintura de su pantalón y le dio un tirón juguetón. Estaban en el pasillo y la luz no era mejor que en el resto del lugar, pero YoonGi todavía podía distinguir cada una de las atractivas características de JiMin.

La Pantera caminaba hacia atrás, sus ojos verdes brillaban con pasión. Incluso con su cuerpo ligeramente torcido, JiMin se las arregló para caminar con un dominio sensual que hizo que el corazón de YoonGi retumbase.

Temprano hoy, cuando JiMin todavía tenía su uniforme, YoonGi había pensado que no había manera de que el hombre pudiera verse más sexy. Ahora bien, cuando su mirada lentamente viajó hacia arriba y abajo del cuerpo delgado de JiMin, YoonGi tuvo que admitir que se había equivocado. En ese momento, JiMin se veía como sexo empaquetado. Con unos jeans negros ajustados, una camiseta oscura que parecía como si hubiera sido moldeada al cuerpo de JiMin, se las arregló para verse lindo y caliente al mismo tiempo. Una combinación que a YoonGi cada vez le gustaba más.

Una sonrisa sexy brilló en JiMin y el corazón de YoonGi se hinchó de felicidad. Por primera vez en su triste y jodida vida, se sentía como alguien especial. No un asesino, o una cáscara sin emociones, casi... ¿normal?

Maldita sea, ¿Cuándo había pasado esto? ¿Qué tenía este hombre que hacía a YoonGi experimentar sensaciones y emociones que había pensado que no podrían existir dentro de él? Hacía que YoonGi quisiera envolver sus brazos alrededor de JiMin y no dejarlo ir. De alguna manera congelar ese momento para siempre.

Ahora YoonGi entendía por qué Owen y Jang actuaban como lo hacían con sus compañeros. Por qué decían que morirían por los hombres que amaban. Porque en ese momento, YoonGi sabía que le cortaría la garganta a quien fuera si era para proteger a JiMin.

JiMin lo llevó a una pequeña habitación. La cama matrimonial era simple, pero aun así tomaba casi todo el espacio. Cuando JiMin se detuvo en el borde del colchón, YoonGi le dio un empujón suave en el centro de su pecho.

El otro hombre aterrizó sobre su espalda y sólo tuvo tiempo para un rebote antes de que YoonGi descendiera sobre él, colocando su boca sobre la suya. YoonGi puso todo lo que sabía que no podía decir en voz alta en el beso, su miedo, su dolor, el profundo interés que tenía por JiMin.

Si era porque entendió el mensaje o simplemente porque estaba excitado, JiMin empezó a devolverle el beso de verdad. Su cuerpo se arqueó cuando tomó con los dedos el cabello de YoonGi. Normalmente YoonGi odiaba que alguien tocara su cabeza durante el sexo, pero ahora dejó escapar un zumbido que sonó a satisfacción cuando rozó su erección en JiMin. Todo el cuerpo de YoonGi se estiró más sobre JiMin. Desde que eran aproximadamente del mismo tamaño, sus pollas se rozaban a la perfección. Bueno, casi a la perfección. Había demasiada ropa para el gusto de YoonGi.

De repente, se sentó, riéndose cuando JiMin dejó escapar un gemido frustrado. No queriendo mantener al hombre esperando mucho tiempo, YoonGi rápidamente se despojó de su ropa. Luego dirigió su atención a los pantalones y la camiseta de JiMin, sacándolos del cuerpo del hombre en un tiempo récord. Una vez que estuvieron ambos desnudos, YoonGi se deslizó en su lugar, un gemido cayó de sus labios ante la suave sensación del roce de piel contra piel.

—Tan bueno —susurró YoonGi, líquido pre-seminal se escapaba de su polla y dejaba un rastro pegajoso sobre la carne de JiMin.

YoonGi bajó la cabeza e hizo algo que nunca había hecho antes. Frotó su mejilla y su mandíbula contra JiMin, a propósito, empapando al hombre con su esencia. YoonGi no quería dejar sólo el olor habitual de sí mismo en su amante, quería cubrir cada pulgada de JiMin. De esta forma cualquier otro hombre que llegara a tres metros de JiMin sabría que pertenecía a YoonGi. Era un claro respaldo de un aléjate de mi propiedad mensaje que YoonGi tenía toda la intención de hacer cumplir.

𝑲𝒊𝒍𝒍 𝒎𝒆, 𝒇𝒊𝒏𝒅 𝒎𝒆, 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒎𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora