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JiMin no sabía lo que había hecho para enojar a Dios, pero debía haber sido malo para terminar en el lado equivocado del medidor del karma. 

Como si no pudiera explicar por qué estaba jugando en la actualidad a la Princesa Leia con la versión cobra de Jabba el Hutt

Jaló irritado la cadena alrededor de su cuello cuando se resistió a la tentación de morder los tobillos del cambiaformas Cobra. Aunque ese hijo de puta necesitaría ayuda si trataba de ajustarle un bikini de metal, porque, encadenado o no, JiMin lo atacaría.

—Esto es un poco dramático, incluso para ti —escupió JiMin a su captor.

El Cobra le dio un tirón a la cadena, haciéndole ver las estrellas a JiMin que suspiró mientras luchaba por respirar. 

Maldita sea, ¿cuándo aprendería a mantener cerrada la boca?

—Cuida tu boca, Pantera, antes de que te ofrezca de alimento a los cambiaformas Tarántulas —advirtió DoYoung con los dientes apretados.

DoYoung hizo una seña a uno de sus subordinados serpiente que estaba detrás de un trípode. La serpiente asintió con la cabeza, a continuación, encendió la cámara.

—¿Nos van a filmar? —JiMin no pudo resistir el impulso de burlarse—. ¿Eso no es un poco egocéntrico?

DoYoung se agachó y cogió un puñado del pelo de JiMin. Lo jaló hasta que JiMin no tuvo más remedio que inclinar la cabeza hacia atrás. El movimiento expuso su garganta en un espectáculo de sumisión que hizo a su felino rugir en señal de protesta.

—Ya sabes, siempre me he preguntado algo — reflexionó la cobra—. ¿Por qué llaman a los de tu clase Panteras? ¿No eres realmente un Puma Negro de Norte América?

JiMin tragó saliva mientras su espalda comenzaba a arder en protesta por la incómoda posición. 

—Sí, somos Pumas por nacimiento.

—Entonces, ¿por qué no te llaman así?

—Porque, como muchas otras razas de felinos, siempre ha sido un estigma que acompaña a nuestro color negro. La única manera en la que el padre de SeokJin pudo conseguir que el resto de los Pumas aceptaran pacíficamente a mi clase en la coalición, fue con la condición de que fuéramos llamados Panteras.

—Así que ¿me estás diciendo que ni siquiera puedes andar con tu derecho de nacimiento, ya que naciste diferente? Eso no suena como a una coalición equitativa y justa para mí —cantó DoYoung cuando se agachó para acariciar la mejilla de JiMin.

JiMin se echó hacia atrás con un siseo , la cadena mordía su piel ya lastimada. 

—SeokJin es justo. La única razón por la que sigue con eso, incluso después de la muerte de su padre, es porque estuvimos de acuerdo con que era la mejor manera de mantener la paz.

—Eso es lo que el dice, pero tienes que cuestionártelo. Después de todo, no hace que JiSung se llame a sí mismo de una manera diferente a lo que es, un Jaguar Negro. —Una sonrisa astuta se enroscó sobre los labios de DoYoung—. Pero, de nuevo, JiSung es el hermano de SeokJin, y tú sólo eres uno de los perdidos que acogió por lástima.

—Eso no es cierto —argumentó JiMin, incluso cuando los inicios de la duda empezaron a acosarlo.

¿Cuántas veces había dicho él mismo exactamente eso?

—. Soy un miembro de pleno derecho de la coalición, y uno de sus soldados, así que soy uno más de ellos.

—Tú dices eso, pero ambos sabemos que no es cierto. Todo lo que ellos ven en ti es un pedazo de pelusa. Un vagabundo que sólo va a arrastrar a YoonGi. Ni siquiera te están buscando.

𝑲𝒊𝒍𝒍 𝒎𝒆, 𝒇𝒊𝒏𝒅 𝒎𝒆, 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒎𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora