Capítulo 5.

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-Llegamos a casa amor- dijo Kibum con la pañalera en los brazos abriéndole la puerta a su esposo con su hijo, habían pasado una noche ajetreada en casa de sus suegros, un poco más y se volvía loco, el odio de su suegro era tan obvio que hasta el dejo de disimular su desagrado por el mayor.

-Mira bebe, estamos en casa- Heechul inclino a su criaturita para que viera la fachada, aunque este estuviera profundamente dormido lo cual hizo sonreír al pelinegro de ternura, -Entremos- señalo hacia las escaleras que conducían a la habitación de arriba –Te tengo una sorpresa mi cielo- con cuidado subieron las escaleras, Kibum se acercó a la puerta que daba a una habitación que tenían extra, cuando la puerta se abrió Heechul no pudo contener las lágrimas que bajaron por sus mejillas. Las paredes del cuarto estaban pintadas de azul, nubecitas y ositos por doquier, peluches a un lado y en el centro una hermosa cunita de color blanco –Mi amor ¿hiciste todo esto? ¿Cuándo?- el pelirrojo lo miro con tanto amor que el más alto sonrió enamorado –Ayer, precisamente cuando estabas dando a luz yo… estaba haciendo esto. Espero te guste- Heechul avanzo dejando a su pequeño hijo en la cunita lo miro con tanto anhelo y suspiro de tranquilidad al sentir los brazos de su esposo alrededor de su cintura, se giró pasando sus brazos por el cuello de Kibum, se acercó para besarlo profundamente el contrario correspondió gustoso, continuaron por unos minutos más hasta que unos quejiditos los hizo separase, su bebito despertó, al parecer tenía hambre.

Después de tan maravillosa escena Kibum bajo para prepararle la comida a su esposo quien aún se encontraba atendiendo a su primogénito, lo vio bajar cubriéndose la boca mientras bostezaba –¿Estás cansado mi amor?- pregunto el pelinegro vestido de playera y short cortos –Claro que no, estoy feliz, feliz- le regalo una preciosa sonrisa acercándose a él, -Mi amor ¿Por qué me miras tanto?- pregunto Kibum al ver que Heechul se quedaba detenido analizándolo –No te había visto vestido tan informal ¿Hoy no iras al trabajo?- Kibum se giró al notar que la comida ya estaba lista, apago el fuego girando de nuevo para ver a su esposo –He pedido el día libre, hoy quiero estar junto a mis hombrecitos- el mayor casi llora, tantos días que no había podido estar a su lado, era una noticia maravillosa, se acercó para abrazarlo de nuevo –Te amo Choi Kibum- el más alto comenzó a reír emocionado –Mi amor siéntate te serviré de comer- el chico obedeció tomando lugar en la mesa, después de entregarle su plato de alimentos se sentó frente a él para observarlo comer gustoso lo que le había preparado.

Hangeng despertó como todos los días, se paseó sin camisa por la habitación para llegar al baño y asearse. El peso de los días anteriores comenzó a hacer mella en su cuerpo, la tensión, el estrés se hacía presente poco a poco, sus músculos pedían un descanso; también sentía la boca un poco pastosa había terminado bebiendo hasta muy entrada la noche con Kangin, el padre de Heechul. Mientras se frotaba el Shampoo sobre su cabello y el agua recorría su bronceada piel, comenzó a recordar lo acontecido en la noche anterior.

*Flashback*

Llegaron a un bar después de salir de la mansión Kim, a ninguno de los dos le pareció quedarse a conversar en la calle, el frio comenzaba a hacerse presente decidieron cambiar de lugar. Tomaron lugar en una mesa apartada así platicarían a gusto y pidieron algo para beber.

-Y bien háblame de ti rubiecito- el mayor paso los dedos por su copa de coñac mientras veía seriamente al joven frente a él.

-No soy rubiecito, mi nombre es Hangeng- el menor frunció el ceño –Te digo como quiera soy tu mayor, no me rechistes- contesto el hombre dándole un trago a su bebida –Pues, tengo 21 años, soy estudiante en la Universidad SM- admitió sorbiendo un poco a su vodka.

-Me lo imagine, te ves demasiado joven ¿Y porque conduces un taxi? Se supone deberías estar en clase ¿Qué hacías tú en el momento en que mi princesa dio a luz?- el mayor lo miro inquisitivamente parecía demasiado interesado en el tema.

-Bueno, yo…  me metí en suficientes problemas para que me suspendieran de la universidad- Hangeng se rasco la nuca algo apenado. –Es una larga historia-

-No estoy apurado en irme, puedes empezar, tenemos todo el tiempo del mundo- el hombre coloco su barbilla en sus manos mirándolo para que continuara con su relato.

Después de un rato y varios vasos terminados las carcajadas por ambos hombres resonaron por todo el lugar, Kangin intentaba respirar mientras continuaba riéndose –¿Me estás diciendo que por decirte “inútil sin condición física” le rompiste la nariz?- el rubio asintió riéndose aun al ver como el mayor no podía dejar de reír –Ya había aguantado demasiadas humillaciones y no soporte más, después de tantos reportes y escapadas no les quedo de otra que suspenderme, aunque esto me acarreo problemas, mis padres dejaron de mandarme dinero al enterarse, una especie de castigo- Kangin se acercó a él palmeando su hombro –Buen chico, yo hice cosas peores a tu edad- admitió tomando otro trago –Es la edad, diviértete- el chino asintió.

-¿Porque odia al esposo de su hijo?- esa duda lo carcomía desde el día anterior al ver como trataba al pelinegro.

-¿Es tan obvio? Te diste cuenta, jajajaja- al ver el asentimiento del contrario decidió contarle la verdad –Lo odio desde que lo vi, sabía que no era bueno para Rella, pero… ¿Qué hacer cuando tu hijo mayor está profundamente enamorado? No me quedo nada más que aceptar la realidad, deje que continuara su relación esperando que el caprichito se le pasara, había otra cuestión ya que también Teukkie apoyaba su relación, yo no podía hacer nada- miro hacia un lado antes de continuar –Cuando le propuso matrimonio fui el primero en oponerme, mi princesa y yo nos distanciamos por 2 meses, hizo un berrinche que era digno de alguien como él, pero con ayuda de mi querido Teuk pudimos solucionarlo, aunque a decir verdad nunca estaré de acuerdo, sé que ese tipo lo hará sufrir, hay algo que no me termina de gustar en ese sujeto, sé que Heechul está0 cegado por el amor-.

*Fin flashback*

Salió envuelto en una toalla, se paseó por la habitación buscando prendas con que vestir en uno de los cajones, había sido una noche bastante fructífera con el padre de Heechul, él mayor había dejado la invitación abierta para ir a tomar de nuevo juntos, no se había sentido tan a gusto a lado de alguien. Se había ganado al suegro de Kibum eso le hacía gracia.

Si el tipo pelinegro era tan astuto como decía el padre del chico que salvo debía mantenerse a la ofensiva, la guerra entre los dos estaba declarada desde el día que en el hospital lo habían declarado el esposo de Kim Heechul; por algo Kangin tenía odio por ese sujeto, se iba a divertir averiguando que era lo que escondía Choi Kibum, el pequeño Hangeng tenía un nuevo pasatiempo, después de todo si era una persona malvada tal y como lo dijo el padre de Heechul.

En busca de un papá para mi bebé (Hanchul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora