Capítulo 8

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Les regalo esta actualización porque me ausentare unos días >O< ¡Disfruten!

Decoro la casa con velas, y preparo la mesa elegantemente, un poco de loción en el ambiente y la música perfecta lograrían hacer sentir mejor al chico que consideraba su amigo, se quedó mirando su trabajo esperando a que la cena se cociera, se sonrojo un poco al notar como parecía más una cita romántica que una de relajación, alejo esas ideas poco éticas de su cabeza y continuo su trabajo, esperaría a que Heechul despertara, para cenar y lo que pasara el resto de la noche seria sorpresa,

El pelirrojo se removió entre las suaves sabanas, no supo cuando fue que había caído rendido al cansancio, ¡Demonios Heebum! Su bebe, se quitó las sabanas con fuerza corriendo hacia la habitación del pequeño, emitió un grito ensordecedor al ver la camita de su hijo vacía a punto de salir corriendo siendo detenido por Hangeng —Mi niño- sus ojos derramaban lagrimas —Tranquilo- el chino tomo su cara mirándolo tranquilamente —Mi bebe Han- estaba dispuesto a empujarlo para buscar a su pequeño —Heechul, Leeteuk tiene al bebe- la vida le volvió al cuerpo pero ¿Qué hacia Heebum con su Omma? —De que hablas, que hace mi hijo con mis padres?- quito las manos del chino de su rostro su cercanía lo ponía nervioso, demasiado —Sé que estas mal, te estoy regalando un día para que te recuperes- el pelirrojo le dio la espalda mirando el papel tapiz del cuarto del niño —Estoy bien...- las manos del rubio sobre sus hombros lo tensaron —No, no lo estas... déjame hacer algo por ti...- ese tipo de atenciones lo confundían, se alejó de Hangeng saliendo del cuarto del infante para bajar a la cocina, de pronto le había dado demasiada sed.

Boquiabierto quedo al ver la bella decoración en el lugar, unas ganas terribles de llorar ¿Qué demonios pretendía Hangeng? No creía que Kibum fuera el responsable de eso ni nada por el estilo, ese mismo día habían hablado, en realidad discutido con su esposo, el hombre se quedaría fuera del país un mes más, se encamino a la cocina por un vaso de agua, de pronto la garganta se le había secado.

 —Heechul sé que no estás bien... no malinterpretes mis intenciones por favor- el chico se encontraba en el marco de la puerta mirando las espalda del mayor.

—No es eso... te agradezco que te preocupes por mi... yo estoy bien... gracias... cenemos- la mesa estaba puesta, aunque su ánimo no se encontrara al 100% no sería ingrato con el chico extranjero, el rubio se había esmerado en hacerlo sentir mejor.

Comieron con calma el ambiente era incómodo para Hangeng, el pelirrojo no había emitido palabra alguna — ¿vino?- amablemente sugirió mostrándole la botella —Gracias- lleno la copa a la mitad, no iba a emborrachar al contrario. Pasando los minutos el ambiente se hizo más ameno, y horas después las carcajadas resonaban en el lugar el alcohol en sus venas rompió el mal ambiente que había.

Heechul tomo lugar en el sofá jalando al chino para que tomara lugar a su lado, -Vamos- ya estaba demasiado tomado incluso se recargo en el para comenzar a hablar —Sabes que mi querido Hannie~ su voz delataba cuan ebrio estaba —Mi marido... si... Kibummito me engaña- comenzó a reír tontamente —Yo lo seee~ el chino enarco una ceja escuchándolo atentamente —Aunque Siwon me diga y me repita que él está trabajando sé que no... yo he revisado su celular ¿Y sabes por qué?- posicionándose sobre el chino haciendo caer de espaldas se acercó hasta quedar a pocos centímetros de su boca —Hay mensajes... eres muy guapo Han-

¿En qué momento sucedió? Heechul lo estaba besando, su boca sabia a licor y aun así no le importo, todos sus pensamientos fueron drenados, la razón de esa cena era ayudar a animar al mayor, no había segundas intenciones, él estaba casado se encontraba triste, destrozado y ahora eso no importaba. Lo tomo de la cintura y de la nuca para profundizar el beso, ahora solo estaban ellos dos no importaban las consecuencias de sus actos.

Se levantó haciendo que el pelirrojo enredara sus piernas en sus caderas y sus brazos en el cuello sin romper el beso lo llevo a la habitación subiendo las escaleras con cuidado; lo arrojo en el colchón haciendo reír traviesamente a Heechul —Ven- el chino no lo pensó y retirando su camisa se puso sobre el contrario —Lo siento- susurro sobre sus labios para dejar la razón por un lado y enfocarse en sus deseos totalmente.

Se desnudaron, se amaron tal y como nunca lo habían hecho, lagrimas se derramaban de los ojos de Heechul se encontraba con el rostro pegado al colchón al sentir como el rubio lo penetraba, no sabía si la razón era arrepentimiento o de lo placentero que se sentía, importándole poco comenzó a gritar y a gemir más fuerte estrujando las sabanas bajo su cuerpo. Su miembro desatendido fue tomado bruscamente para ser bombeado haciéndolo chillar de tan deliciosa sensación, el calor subiendo por su vientre una poderosa sensación en su cuerpo, el orgasmo exploto como luces de colores, desfallecido cayó sobre las sabanas aun sintiendo como era taladrado potentemente, unas embestidas después chorros ardientes bañaron su interior.

El rubio cayó sobre la espalda sudada del mayor respirando erráticamente, todo había sido tan intenso, tan pasional, entrecerró los ojos acomodándose a su lado el cansancio consumió su cuerpo y olvidando por un momento lo que había pasado cayo profundamente dormido.

La mañana llego demasiado rápido, Heechul abrió los ojos pesadamente su cabeza dolía a horrores, demasiado alcohol en una noche se auto regaño no debió exceder sus límites, su cuerpo estaba pegajoso... la parte baja dolía, estiro sus brazos, ¿piel? Acaso era piel lo que estaba tocando, girándose temerosamente... sus ojos se abrieron desmesuradamente ¿Qué demonios había pasado la noche anterior? Era algo obvio ellos se habían acostado, se arrastró hacia atrás cayendo estrepitosamente le dolió hasta el alma y sin importar despertar al otro comenzó a llorar... había traicionado a su marido, se había aprovechado de Hangeng, había engañado a Kibum. 

En busca de un papá para mi bebé (Hanchul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora