Capítulo 6.

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Se paseó con el pequeño Heebum en brazos, su bebe comenzó a llorar durante la madrugada, leche caliente y unas palmaditas en la espalda lo ayudarían a conciliar el sueño de nuevo, sentía que su vida había vuelto a la normalidad, (si para él las desveladas y continuos cambios de pañales lo eran) también el que a Kibum se le haya pasado su etapa dulce y considerada con él. Ahora tenía que hacerse cargo del niño solo, su esposo se encontraba en otra reunión que le había sido impuesta inesperadamente, ya le parecía muy raro las sobre atenciones del pelinegro sobre él, aunque le gustara vivir en su fantasía donde él y su pequeño hijo eran más importantes que el trabajo de Kibum. Estaba a punto de irse con sus padres unos días, estaba seguro que Leeteuk festejaría tener a su pequeño y a su adorado nieto en casa aunque al reacción de Kangin era lo que más temía, era capaz de encerrarlo para siempre y propinarle una golpiza a Kibum en cuanto lo viera u osara pisar la propiedad de los Kim para reclamar por su esposo e hijo, tendría que hacerse cargo de su hijo el solo hasta que su marido volviera, aún quedaba un mes para qué regresara.

Hangeng volvió a su rutina diaria, continuaba como conductor de taxi y los días de suspensión comenzaban a ser menos, en menos de dos semanas volvería a la universidad, esperaba al menos durar lo suficiente sin meterse en problemas; también había creado una relación de amistad con Kangin quien más de una vez le ofreció trabajo en las empresas Kim cosa que el declino, todos los sábados ambos hombres salían a tomar como parte de sus fines de semanas muchas de esas ocasiones lo acompañaba su esposo Leeteuk con quien también se llevaba de maravilla, uno de esos sábados de juerga junto con los mayores se enteró que Heechul se había quedado solo con su pequeño hijo, el padre del menor había excusado una reunión muy importante en el extranjero dejándolos en abandono total hasta su regreso. Terminando su jornada compraría algo de cenar e iría a visitar a Heechul, había pasado ya un tiempo desde que no los había visto, pensó después de ver que el reloj marcaba las seis.

Llego acomodándose la chaqueta y el cabello se plantó frente a la puerta tocando el timbre, lanzo un suspiro dándose valor de pronto el nerviosismo se había hecho presente su respiración se cortó al ver que el pelirrojo abría la puerta sonriéndole suavemente –Buenas noches Hangeng- hablo el mayor mirándolo con tranquilidad el chino carraspeo mostrándole una bolsa Heechul lo miro con curiosidad –La cena, yo creí…- el contrario le regalo otra bonita sonrisa haciéndose a un lado –Pasa, me encantaría cenar contigo-.

Se encontraban frente a frente sentados en la amplia sala de la casa, Heechul se sentía un poco mejor esa noche se encontraba triste como todas las noches recientes a la ida de Kibum –Donde esta ¿Heebum?- pregunto el chino sacando al mayor de su ensoñación –Él duerme, hace uno momento lo acosté- Hangeng asintió sacando los paquetes de comida china que había traído –No sabía que te pudiese apetecer así que traje de todo un poco- el pelirrojo se inclinó para tomar un poco hasta que el dorso de su mano se rozó con la de Hangeng, ambos se alejaron uno del otro como si el contacto quemara, después de unos momentos carraspeo sonrojado el menor –Disculpa…-Heechul lo miro tranquilamente –No hay cuidado, gracias por acompañarme esta noche- admitió tranquilo –Tus padres me dijeron que estaba solo- el chino se sirvió un poco de arroz –Si, Omma me dijo que últimamente te habías hecho su amigo, debió contarte que Kibum viajo al extranjero- sus palabras sonaban derrotadas y triste y aunque no quisiera admitirlo a ausencia de su marido lo estaba matando –Preocupas a tus padres Heechul-sii- el chino tenía su comida en las manos pero no quiso alzar la mirada se reprochó a sí mismo la falta de tacto –Sé que lo están, ¿Por qué otra cosa vendrías?- el comentario salió áspero y seco Hangeng supo en ese momento que la había regado –No, no es así. Yo vine porque quise, tus padres no me dijeron ni nada, yo… estaba preocupado- confeso mirándolo fijamente –Lo siento, siento mi actitud estoy demasiado sensible estos días- el pelirrojo se levantó perdiéndose en la cocina, pasando un rato salió con un par de vasos y una jarra de limonada –¿Te apetece esto o quieres algo más fuerte?- señalo las botellas de licor cuidadosamente acomodadas en la taberna improvisada al fondo de la sala –Así esto bien ¿Cómo estás? ¿Qué tal la paternidad?- pregunto el más alto sirviéndose un poco de bebida –Bastante bien, amo a mi hijo con el alma, aunque las desveladas me están cobrando la factura- Heechul comenzó a sonreír, era feliz su hijo era la ilusión de su vida y lo amaba con el alma –Me alegro mucho- un silencio necesario se hizo presente en la habitación.

Se encontraba mirándose en el espejo eran cerca de las 12 am, ya se había quedado mucho rato en casa de Heechul, después de la cena noto que el pobre chico comenzó a cabecear, era cierto las desveladas comenzaban a cobrarle la factura, se secó las manos y volvió a la sala una sonrisa se asomó en sus labios al ver a Heechul completamente dormido sobre el sillón sus piernas estaban encogidas y uno de sus brazos rodeándolas, segundos después se escucharon unos quejiditos provenientes del cuarto de arriba, se apresuró a subir las escaleras no quería que nada perturbara el sueño del mayor entro la habitación que solo era iluminada por los rayos de la luna que se filtraban y vio un pequeño bultito que se removía inquieto, lo tomo en brazos con sumo cuidado para intentar calmarlo –Vamos a ver…- lo reviso con sumo cuidado –Al parecer solo necesitas mamila ¿cierto?- le pregunto al pequeño que había dejado de quejarse, bajo por las escaleras con mucho cuidado notando que el mayor aún seguía profundamente dormido sobre el sillón –No hagamos ruido para que Omma no despierte- le susurro al pequeño bebe que chupaba su manita mientras lo miraba curioso se acercó a la cocina y con una habilidad que no pensó tener preparo el biberón del pequeño niño; después lo paseo por toda la habitación palmeando su espalda para que pudiera eructar terminado su trabajo lo acostó sobre sus brazos para hacerlo dormir.

Suspiro recostándose en el mueble, miro al pobre chico profundamente dormido ¿Tenía que hacer eso todos los días? Un bebe era una enorme responsabilidad no se imaginaba como podía hacerlo Heechul solo, su marido era un imbécil al dejarlo solo, se levantó con rapidez al notar como el pelirrojo se giraba bruscamente y estaba a punto de caer al piso estruendosamente, alcanzo a pasar los brazos con rapidez por su cuerpo deteniéndolo, la posición lo hizo quedar cerca de su bella cara, observo sus facciones embelsado ese chico era realmente hermoso ¿Qué acaso le gustaba Kim Heechul?

En busca de un papá para mi bebé (Hanchul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora