Capítulo 34

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-Capítulo 34-


El siguiente bebé mostró su género aún en la forma de llorar... Más grave y fuerte... Un niño...

C: quiero verlos... Por favor...
Enf: un segundo antes de llevárnoslos...
Doc: tienen que hacerle todos los chequeos, Cristina...
C: sí, yo entiendo eso...

A primera vista ambos recién nacidos lucían idénticos... Los diferenciaba la cobija que los envolvía, una color rosa y otra azul...

Después Federico se preguntaría si iba a necesitar abrirles el pañal para identificarlos...

La niña en brazos de Cristina y el niño en los de Federico...

C: míralos Federico...
F: son... Preciosos... No puedo creer que hace unos minutos estaban en tu vientre...
C: ni yo... (Riendo levemente pues estaba cansada)
F: eres muy valiente, mi amor... (Inclinándose a besarle la frente) No sé cómo pudiste hacerlo...

Enf: ahora sí, nos los tenemos que llevar... Pero no se preocupen, pronto se los llevaremos a la habitación de la señora...

De repente los brazos de la pareja se sintieron vacíos... Por lo que él se apresuró a abrazar a su esposa...

C: estuvimos mucho tiempo aquí... ¿Verdad...?
F: algunas horas... ¿Por qué...?
C: Pablo y Elena deben estar asustados... Ve a verlos...
F: sí... Pero no tardo en volver... (Cubriéndole la boca con la suya, como siempre voraz)

*Sala de Espera*

Sev: ya chamacos, siéntense de una buena vez.
Ele: ¡no! (Abrazándose a Pablo)
Pab: vamos a jugar más lejos de ese señor, Elena... (Llevándose a la niña al lado opuesto del viejo gruñón)

Con: Severiano, no trates así a nuestros nietos...
Sev: la niña es mi nieta, el otro no... Es un simple...

>>> ¡Papi!! ¡Papá!! <<< Los niños corrieron como locos al ver salir a Federico.

F: ¿qué pasó? ¿Están aburridos...? (Con un niño en cada brazo)
Ele: malo... (Señalando a su abuelo)
F: ¿los regañó??
Pab: sí...
Ele: sí papi... Malo...

La sangre se le subió a la cabeza a Federico... Ya él había sufrido lo necesario para que sus hijos también tuvieran que padecer...

F: Severiano, no sé qué hace aquí si no soporta a mis hijos.
Sev: lo sabes bien Rivero, mi heredero está por nacer...
F: ningún heredero, son los míos.
Sev: tú no tienes ni en qué caerte muerto.
F: no le permito...
Con: Ya. Por favor Federico... Aquí están los niños... Y mi hija está ahí adentro en labor de parto...
F: ya nacieron...
Pab: ¿siempre fueron 2??
F: sí...
Ele: ¿dosh...?
F: 2 bebés... Una niña y un niño... ¿Quieren verlos?? (Mirando alternadamente a sus 2 hijos)

A pesar de la diferencia de edades y de género, la expresión de Pablo y Elena era la misma. Espantados por ver a Cristina tirada en la cama de la clínica y con semblante de enferma...

¿Eso habían causado los 2 bebés que decían ser sus nuevos hermanos?? Parecían preguntarse los 2 pequeños...

Cristina pensó que sería normal que los niños se mostraran retraídos. Era un choque emocional el nacimiento de 2 hermanos... Pero lo que si estaba rara era la actitud de su padre, bastante cariñoso para ser él...

Sev: estoy feliz por la llegada de mi nieto... (Junto a la cama de Cristina, casi hablándole al oído pues nadie más podía oír)
C: son 2, papá...
Sev: sí, pero el primer varón... Ya nieta tenía... Por eso voy a pedirte que apenas el niño deje de mamar, lo envíes a la hacienda...
C: ¿te volviste loco? Es un bebé, no un objeto que puedo mandar por correo...
Sev: tienes razón, yo vendré por él...
C: ¿y para qué?
Sev: quiero que viva conmigo, en sus tierras, porque es mi heredero... Yo quiero criarlo... Con tu madre, por supuesto... (Creyendo que así la convencería)
C: NO. (Luego de salir de su conmoción) Eso no va a suceder. Mi hijo tiene su familia.
Sev: Consuelo y yo también somos su familia...
C: pero Federico y yo somos los padres, y vamos a criarlo tal cual criaremos a sus hermanos.
Sev: hija...
C: sí quieres cuando esté más grande te visitarán por temporadas o en las vacaciones...
Sev: piénsalo bien... Sólo intento aliviarles un poco la carga, será un gasto menos para ustedes...
C: los hijos no son cargas ni gastos, papá... ¿Eso fui yo para ti??
Sev: no te hagas la ofendida, Cristina... Quiero ayudarte...

Con tristeza, Cristina comparó su caso con el de su hija mayor... Algún día ella también había adorado e idolatrado a su padre como ahora lo hacía Elena... La vio besándolo antes que saliera con su suegro...

^^ En el pasillo la historia no era muy diferente entre un hijo y su padre...

Federico todavía no entendía que los comentarios de su papá seguían causándole daño.

Riv: no sé cómo tu mujer te perdonó lo del chamaco...
F: pasó hace muchos años... Y yo no lo sabia...
Riv: lo que pasa es que es igual a todas las viejas, le aguantan a uno con tal de tenernos con ellas...
F: pues ese no es el caso de Cristina, papá...
Riv: me imagino que con 4 chamacos ahora sí se regresan al pueblo...
F: no. Te imaginas mal.
Riv: ¿qué piensas hacer en la ciudad con tanto escuincle??
F: lo mismo que pensé hacer sin ellos... Será un poco más difícil... (Por no decir "mucho") pero sé que podré hacerlo... Pronto termino la universidad y...
Riv: eso no sirve para nada, hombre. Ya se te pegaron las manías de los capitalinos... Ya hasta te vistes como ellos, ¿dónde están tus botas y tu sombrero?

>> Ver a los bebés de lejos, a través de un cristal no era lo mismo que verlos en vivo y en directo, y frente a frente...

En la cama Cristina sostenía uno y de pie Federico al otro... Pablo y Elena en el borde de la cama los estudiaban con detenimiento...

C: él es "Sebastián"...
F: y ella se llama "Paola"...
Pab: suena un poco a "Pablo"... ¿Verdad?? Empieza con la sílaba "pa"...
C: así es...
Ele: bebé... (Estirando una mano a la pequeña en brazos de su papá)
F: mírala, Elena... Es tu hermanita...

El momento era demasiado cursi y repulsivo para 2 viejos amargados como eran los abuelos de los recién nacidos, por eso decidieron irse a fumar un cigarro a otro lugar...

Quien sí se quedó fue la abuela, que no tardó en tomar el bebé de los brazos de su hija...

Pab: tu panza ya no está... (Recostado en el brazo de Cristina, abrazado por ella)
C: aquí estaban los bebés y como ya nacieron... Pues ya no hay panza...
Pab: me gustaba tu panza... Era bonita... Como tu cara...
C: ni tu papá me había dicho un piropo tan bello como ese... (Besándolo en la frente)
Pab: ¿qué es piropo??

CUANDO SOMOS 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora