Bright Eyes ¦ h.j.potter

xi. vacations, gift and blood

LAS VACACIONES POR EL MOMENTO iban relativamente bien, a excepción de un azabache de ojos verde esmeralda, ninguno de sus amigos le habían mandado una carta, se sentía triste, extrañaba a todos, las reglas de Hermione, el ver a Ron atacando la comida, a Leuks, esa castaña que le hacía sentir diferente cuando estaba con Hermione, pero él pensaba que se debía al tiempo que más pasaba con ella.

En la casa Snape se encontraba una peli castaña reproduciendo en el televisor una serie titulada El Príncipe del Rap provocando un dolor de cabeza en Severus ya que se encontraba haciendo trabajos en su despacho y necesitaba silencio. Por otro lado la fémina no se encontraba del mejor humor, llevaba todos los días esperando una carta del niño ojos esmeraldas tal y como este le prometió, pero él nunca se dignó a mandar una, solo Hermione y Ron han tenido contacto con ella, claro a excepción de los gemelos.

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La madriguera era un lugar en el que Leuks podía encontrar el significado de la palabra; cálido y familiar, la comida de Molly Weasley era lo más delicioso, el humor de Arthur Weasley ni se diga, Leuks disfrutaba hablar de lo poco que sabía sobre los muggles con él. Hablar con Percy era complicado pero al final era agradable, los gemelos ni se diga, era tener una risa todo el día, la pequeña Ginny era un amor, Leuks amaba peinar su cabello pelirrojo y Ginny estaba encantada con tener una persona que no fueran sus hermanos, y ni hablar de Bubbles, él se divertía con Errol aunque fuera un poco torpe. Y Ron, ese pelirrojo se estaba convirtiendo en el hermano que nunca tuvo, sentía una conexión con él y sabía que la visión del día que se conocieron significaba algo y lo había entendido, ese moreno y el pálido de lunares tenían una conexión de hermandad y ese era su destino con Ron.

Las semanas fueron pasando y con ello el cumpleaños de la serpiente pasó y Harry se sentía de lo más triste ya que no recibió ninguna felicitación de sus amigos, tenía que aguantar las burlas de Dudley sobre ese día. Las semanas para él no podían ir mejor, terminar encerrado, con barrotes en su ventana y con poca comida para él y Hedwig aparte que un elfo vino a prohibirle que no asistiera a Hogwarts; loco. Sin más decidió que lo mejor fuera dormir y esperar al día siguiente, mala idea. Una tonta pesadilla había interrumpido su sueño, la luz de la luna brillaba por entre los barrotes de la ventana. Sacándole un susto a Harry, una persona con los ojos muy abiertos, lo miraba tras la reja; alguien con la cara llena de pecas, el pelo pelirrojo brillante y la nariz larga, era Ron Weasley, pero no era solo él, si no que también los gemelos Fred y George, habían venido a su rescate.